Capítulo 23

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―Bueno, Oriana, no quiero parecer grosera pero tú no entiendes nada de esto. Yo siempre he estado con Julian en sus cumpleaños, he tenido la oportunidad de celebrar quince de ellos ―Kendall se recargo en el hombro de Julian.

¿Por qué Julian no la alejaba de él? Grite en mis adentros. Vamos Julian suéltala, abrázame a mí, yo soy tu esposa, no ella. ¿Es que acaso eres ciego para no notar que esta provocándome?

No había duda, los celos estaban consumiéndome. Jamás en la vida había experimentado un sentimiento tan doloroso.

―Estoy consciente de ello, Kendall. Pero créeme tu familia es más importante que yo. Así que me gustaría que fueras con tus padres ―Dijo Julian sonriendo.

Kendall lo abrazo fuertemente.

―Esta bien, iré con ellos ―Suspiro ―Pero solo lo hago por ti.

―Esa es mi chica ―Dijo Julian mientras le hacía cosquillas.

Yo desvié mi mirada, si seguía presenciando esa escena lo más seguro es que explotara de los celos que se estaban generando en mi estomago.

―Bueno iré a hablar con tus padres ―Julian salió del despacho.

Kendall y yo teníamos la mirada fija mutuamente.

―¿Feliz? ―Kendall cruzo los brazos a la altura del pecho.

―¿Disculpa? ―Fruncí el ceño.

―Tranquila, Julian ya se encuentra en el comedor así que deja de fingir ―Camino hacia mi ―Se honesta y dime porque te casaste con él.

―Kendall, creo que eso no es de tu incumbencia ―Trate de mantener la calma ―Pero veo que tu estas muy interesada en Julian.

―Si, lo estoy ―Dijo con tono de ironía ―A diferencia de ti, claro esta.

―¿Qué insinúas? ―Dije poniéndome muy cerca de ella.

―Que tu, Oriana no amas a Julian.

Golpe bajo, sin duda alguna.

―Tú no puedes saber eso. Nadie puede, salvo yo que conozco mis emociones y sentimientos ―Conteste irritada.

―Es más que obvio que no lo amas, querida. Así que porque no nos haces un favor a ambas y dejas a Julian en libertad, para que se dé cuenta de que se ha casado con la mujer equivocada ―Elevo una ceja ―Después de todo saldrías ganando con el divorcio. Obtendrías una buena cantidad de dinero más tu libertad.

―Escúchame bien Kendall ―Dije entre dientes ―Si crees que...

―Oriana, cariño, es hora de despedirnos ―Dora y Alan iban entrando al despacho.

Yo fingí relajarme y los mire.

―¿Ya se van? ―Dije caminando hacia ellos.

―Si ―Dora sonrió―El avión sale en dos horas. ¡Dame un abrazo!

Abrace a Dora y después abrace a Alan. Intercambiamos unas cuantas palabras más y después los tres salieron del despacho, pero claro está que Kendall no podría marcharse sin antes dedicarme una mirada llena de coraje. Yo le dedique una igual y después burlándose salió del despacho, dejándome sola.

<<Eres una mujer muy fuerte, Oriana, y esa es una cualidad muy valiosa. Por fortuna heredaste el carácter de tu papá y no el mío>> Esas palabras habían salido de la boca de mi mamá, cuando yo había alcanzado la mayoría de edad.

<<Estamos muy orgullosos de ti, Oriana. Jamás te doblegas ante la adversidad y siempre logras ser fuerte y no les permites a los demás verte llorar o explotar de coraje>> Esas habían sido las palabras de mi papá, después de un día desastroso en mi vida.

TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora