Familia Nikiforov

1.2K 188 98
                                    

Narrador omnisciente.

Yuuri mentiría si dice que estaba feliz con la decisión que Viktor había tomado.

Esa noche, en la que su padre llamó, Viktor terminó tragándose todas sus lágrimas para poder viajar solo sin que Yuuri enloqueciera. El albino le comunicó la noticia, más no se dejó consolar por el nipón.

No lo hacía por egoísmo, solo no quería preocupar a Yuuri.

Le explicó al japonés que viajaría a Roslavl un par de días, que su familia tenía la costumbre de hacer seis días de luto, siendo el séptimo una pequeña celebración por la asunción del fallecido.

Yuuri asumió que iría con él hasta que el ruso se lo prohibió tajantemente. El nipón quedó confundido, así mismo adolorido, pero cuando captó que ni siquiera estaba llevando a Shura a la casa de su familia, Yuuri sintió que algo no estaba para nada bien.

El japonés no pudo hacer nada cuando su prometido compraba el pasaje.

Yuuri, después de la repentina partida de su futuro esposo se quedó solo en París al cuidado de Shura y Makkachin.

Ambos llegaron del aeropuerto mudos, Shura no entendía porqué Viktor se iba tan de repente después de pedirle que se portara bien, y ciertamente esa pregunta le taladraba la cabeza. No tuvo tiempo de entender y sentarse a llorar, por lo que su estado de shock seguía completamente intacto.

Yuuri suspiró cuando cerró la puerta. Todo quedó en un repentino silencio.

El japonés miró de un lado a otro sin poder procesar el que Viktor se haya ido solo de un día a otro, y no pudo terminar de preocuparse hasta que Shura sujetó su mano con delicadeza.

El azabache miró hacia el pequeño, quien sostenía su manga con sus ojitos ligeramente cristalizados.

— ¿Por qué Papi se fue solo? — preguntó con la voz destrozada.

Viktor jamás en la vida haría algo así. Nunca.

No es normal que de un día a otro haya decidido irse, no es normal el que no se haya llevado a Shura, no es normal que le prohibiera, sin darle razones, el ir con él. Este era otro Viktor, uno el cual Yuuri daba por muerto.

El nipón se quedó mirando al pequeño sin respuesta.

Temía decirle que realmente no tenía ni la menor idea. Y si comenzaba a caer en cuenta, él estaría encargado de Shura en todo momento, cosa que nunca había sucedido. Viktor le advirtió que sería por poco tiempo, mas el japonés estaba seguro de que su estadía se alargaría.

No tenía algún argumento concreto, solo era su intuición.

Yuuri suspiró, se agachó hasta Shura y lo abrazó. El niño quedó estático, sin entender ese gesto.

Las cosas no estaban bien, y averiguaría a toda costa lo que su prometido le oculta.

— Lo veremos antes de que se lo espere, pequeño...

— Lo veremos antes de que se lo espere, pequeño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
You Found Me, YuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora