¡A visitar al lisiado sin ninguna doble intención!

2.7K 364 183
                                    


Al día siguiente, decidí pedirle a Hiroko que me dejara salir un poco más temprano para poder ir a buscar a Shura a la escuela e ir a ver a Yuuri.

Honestamente no sé en qué punto de mi vida Yuuri comenzó a ser tan importante, jamás me había sentido tan preocupado por algún amigo, y menos en esa cantidad de tiempo. Después de lo que hablamos unas semanas atrás, todo cambió. Me comencé a sentir cómodo con el chico, y hasta quería pasar mucho más tiempo con él, ¿Por qué?

Estaba a la salida de la escuela primaria de Sant Petersburgo, y me sentí ahogado en las miradas de las mamás. Estaban localizadas en grupos observándome y susurrando cosas. Soltaban risillas muy poco disimuladas. Era increíblemente incómodo.

Ya la campana que marcaba la salida de los niños estaba sonando, agudicé la mirada para encontrar a mi niño lo antes posible. Unos minutos después, ya el pequeño venía caminando, pero no venía solo, al parecer Shura había conocido a una niña el día de hoy.

Shura venía hablando animadamente con una niña de trenzas a los costados, ella tenía una linda sonrisa y no apartaba su mirada del niño.

— ¡Papi! — chilló cuando me vio, sosteniendo la mano de la niña y arrastrándola hasta mí — ¡Ella es Ekaterina! — sostuvo con alegría — ¡Es nueva! — la niña poseía una tímida sonrisa. Bastante impresionado por ser la primera vez que Shura me presenta a una de sus amigas, me agaché quedando en cuclillas. Extendí mi mano hacia la chica.

— Soy Viktor, un placer — le brindé una sonrisa. La chica se quedó un poco pasmada al ver mi mano, sin saber mucho que hacer. Shura, por otra parte, le dio un pequeño empujón con su hombro demostrándole que el terreno es seguro. Estiró su manita hacia la mía, sujetándola un poco dudosa.

— Ekaterina... P-Pero todos me dicen Katia... — la chica parecía ser tímida y algo callada y Shura es todo lo contrario. Una extraña mezcla que promete una gran amistad.

— ¡Katia! —los tres giramos curiosos a aquel llamado.

Una chica de unos 21 años me atrevería a decir, venía corriendo con un montón de libros desordenados en sus brazos. En un torpe paso, muy cerca de nosotros, se dio un tropezón con su propio pie, rápidamente, antes de lo que sería una evidente y vergonzosa caída la sostuve poco antes de aterrizar, sosteniéndola desde su cintura por mero reflejo.

— Debería tener cuidado señorita — sostuve reponiéndola, asegurándome que no le haya ocurrido nada — ¿Está usted bien? — la chica se quedó un poco desconcertada por no haber terminado en el suelo.

— S-Sí, sólo me asusté — repuso colocando su corto cabello detrás de su oreja.

— ¡Mami! — chilló Ekaterina abrazando la pierna de la desastrosa chica.

— Hola mi cielo — dijo dejando un beso en la afectuosa criatura. Se dio cuenta como Shura y yo observábamos como se saludaban. — Oh, lo siento — estiró su mano hacia mí — Soy Dina Ivannov — agarroté su mano moviéndola de arriba abajo.

— Viktor Nikiforov un gusto — la chica sonrió y luego bajó la vista hacia Shura soltando el apretón de manos. Adoptó la misma posición que tomé antes de evitar que se callera.

— ¿Y usted? ¿Cómo se llama caballero?

— Soy Shura, Shura Nikiforov.

— Un placer Shura — la chica asintió con la cabeza y se levantó del suelo — Supongo que es tú hijo ¿Me equivoco? — negué con la cabeza.

— Estás en lo correcto, y yo supongo que ella es tú hija — la chica sonrió y asintió acercando a la niña desde su cabeza — ¿Primer día aquí? No recuerdo haberlas visto por aquí antes.

You Found Me, YuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora