Tan frágil como el hielo

1.8K 222 210
                                    

Viernes 9:53 p.m.

— ¿Ya vas saliendo? — pregunté caminando por la fría calle que me dirigía al club para una larga jornada.

Um... No exactamente — contestó Yuuri en su baño, terminando de arreglarse para ir a una reunión que tendría con sus compañeros — ¿y tú?

— Llegando al trabajo.

— ¿Dejaste a Shura con Mila?

— No, Dina se ofreció a cuidarlo esta noche, parece que Katia quería verlo... Ya sabes cómo es Shura cuando se trata de Katia — al otro lado una genuina risa sonó.

Bueno... Solo quería llamarte antes de irme. No parecías del todo feliz en la tarde...

— Oh, no. No tiene nada que ver con esto, ve a divertirte, pero no demasiado — otra risa salió del teléfono.

Sí jefe, y tú no trabajes demasiado.

— Sí, sí, sí. Ya tienes que terminar de vestirte, tienes que ir a casa de Leo a las diez — insistí para que no llegase tarde.

Está bien, está bien. Nos vemos...

— Cuídate y llámame si algo sucede.

Sí, lo haré.

— Te amo.

— Yo más.

Ambos enamorados cortaron la llamada y soltaron un suspiro.

Hoy tenía planeado salir a comer con Yuuri, sin embargo, sus ex compañeros de la universidad me ganaron en su agenda y lo invitaron a la despedida de soltero de uno de ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy tenía planeado salir a comer con Yuuri, sin embargo, sus ex compañeros de la universidad me ganaron en su agenda y lo invitaron a la despedida de soltero de uno de ellos. No me gustó mucho la idea si soy honesto, pero no podía decirle nada, no soy quien para reclamarle algo así. Si se quiere divertir, que lo haga, ¿no?

En vista de que mi cita fue cancelada, no me salvé del trabajo. Shura se quedó con Dina, así que no me tenía que preocupar de hacer mucho ruido al llegar a la casa.

Entré a los vestidores de los bailarines (los que eran mucho más apropiados a diferencia de los de los meseros). No poseían algo tan lujoso como una puerta, pero sí habían pequeñas cortinillas que nos separaban para desvestirnos tranquilamente.

— Viktor, llegas justo para empezar el calentamiento — anunció una de mis nuevas compañeras mientras calentaba desde el suelo.

Si hay algo que tengo que admitir, es que siempre tuve una mala imagen de los bailarines del club, todos parecían ser solo un montón de promiscuos que provocaban viejos con dinero. Sin embargo, para mi sorpresa, en su mayoría todos eran agradables.

Claramente, sí había cierta parte del equipo que cumplía con las características anteriores, pero teníamos a gente como Madeline, quien trabaja ahí porque simplemente le gustaba bailar y pasarla bien. La chica estudiaba por el día y trabajaba de noche, vive completamente sola y con el dinero de esto paga sus estudios.

You Found Me, YuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora