Capítulo 9

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Cruzar la semana entera sin estorbos de por medio era una meta imposible en mi calendario. Julen había faltado el día jueves, y me preocupaba principalmente porque a última hora teníamos matemáticas y él nunca faltaba a matemáticas, ¿qué podía esperar? Ni siquiera lo había llamado al salir del colegio, ya que prefería acompañar a mi madre a pagar las deudas y, por la mañana del jueves, fuimos juntas para que se haga unos controles en el hospital, luego, al salir del colegio, pasé a buscarla para comprar sus medicamentos, y el día viernes, durante la mañana, fuimos a retirar los resultados de su chequeo. ¿Cómo podía sacar tiempo? Mi madre tenía mi absoluta atención, y no podía entregársela a Julen solamente porque no lo había seguido cuando Heather me lo impidió en dos oportunidades. Bueno, tal vez tenía derecho de estar enojado, sobre todo porque entre los dos él era el inocente y yo era la intermediaria que no hacía nada para solucionar los problemas de nuestro grupo. ¿Debería hacer algo? No, tenía problemas más importantes, y ese mismo viernes me reuniría con Ross y Heather para comprar en una distribuidora los aperitivos y bebidas de la fiesta del sábado.

—Deberíamos invitar a Julen, ¿no te parece? Ayer no vino al colegio y hoy se lo ve muy apagado—le dije a Heather mientras recogíamos nuestras cosas, había finalizado la clase de informática y ya podíamos irnos.

—Le envíe el posteo de la fiesta por mensaje y ni siquiera me contestó—me miró ella al mismo tiempo que se colgaba su mochila en el hombro—, ¿qué culpa tengo? Al menos lo intenté.

—Sabes que a Julen no le gustan esas fiestas, yo me refería a la compra en la distribuidora.

—Hola, Hollie—apareció él por detrás.

Me giré rápidamente en su dirección y lo miré con una sonrisa. Hacía mucho que no manteníamos una conversación, y podría admitir que había extrañado escuchar su voz diciendo mi nombre.

—Hola, ¿te parece venir con nosotras a comprar las cosas para mañana? —lo miré con esperanzas. No me gustaba estar en conflicto con mis amigos, prefería que las cosas se solucionen cuanto antes y empezar la próxima semana sin ninguna preocupación—. No es necesario que vayas a la fiesta, pero me parece justo que nos acompañes, así declaramos tregua y solucionamos todo esto, ¿no crees?

—Hollie—masculló Heather, codeándome justo en la costilla.

—Iré—respondió Julen, advirtiendo que podría retraerme ante la mala cara de Heather.

—Y perdón por lo del martes y por cómo te traté, no fue un buen día para mí—lo miré a los ojos, demostrándome sincera.

—Tampoco fue un buen día para mí—me sonrió.

—Heather, ¿no te parece que también debes unas disculpas? —me giré hacia ella con los ojos amplios.

La reconstrucción del grupo, definitivamente ese era mi labor, ¿por qué me había tardado tanto?
¿Además de robar el dinero de tu mejor amiga?, inquirió mi voz moralista.

Perfecto, justo cuando empezaba a olvidar aquel gran detalle.

—¿De qué...?

—Heather—la interrumpí con solidez, dirigiéndole una de mis peores miradas—, ¿no te parece que también debes unas disculpas?

Yo nunca presionaba a Heather, pero Julen valía mucho más que mis ridículos principios.

Ridículo, Ross, ¿por qué todavía no me lo quitaba de la cabeza?

Tal vez porque eres ridícula al tener aquellos principios, me contestó mi voz moralista. Ni siquiera sabía por qué seguía llamándola moralista, últimamente se despertaba en mi mente con insistencia y me reprochaba cada cosa que hacía, lo cual la convertía en molesta

A dos caras | COMPLETAWhere stories live. Discover now