- Arthur, por favor, aquí no molestan, pueden quedarse lo necesario.
- Gracias – dijo con una sonrisa amable – pero ya abusamos lo suficiente de su hospitalidad, y también queremos volver a casa.
- ¡Oh, claro, me imagino! – respondió ella – pero no tienen que apurarse por nosotros.
Arthur asintió y se acercó a Tonks para poder observar a la bebé que ella llevaba en brazos.
Raphaella rara vez lloraba, y es que tenía un ejército de personas en su casa haciendo fila para cargarla; además ella parecía a gusto con todo el mundo, especialmente con Sirius, quien la consentía más que nadie en toda la casa.
●
30 de Junio 1997
Habían pasado ya varios meses, los Weasley habían vuelto a su casa, el verano recién comenzaba y Sirius preparaba con entusiasmo la habitación de Harry, que había permanecido cerrada por semanas; a su lado, su hija jugaba torpemente con animales de peluche que de a ratos levitaban a pocos centímetros del suelo, algo que era atribuible al nulo control de la niña sobre su habilidad mágica la cual había comenzado a ser evidente un mes después de su nacimiento.
- Bueno, ya terminamos aquí, ¿No? – preguntó Sirius - ¿Crees que a Harry le gustará? Sí, seguro deje la habitación hecha un desastre en tres segundos.
Tomó en brazos a la niña y bajó las escaleras hasta la sala de estar donde Isadora tomaba un té y leía un libro que estaba a punto de terminar.
- ¡Sirius!, dijiste que la llevarías a dormir.
- ¡Es que no quería dormir!, estuvimos ordenando el cuarto de Harry, ¿Cierto? – Isadora lo regañó con la mirada. – Está bien, está bien – dijo subiendo las escalera de nuevo.
Sirius apareció nuevamente unos cuantos minutos más tarde y sentó junto a Isadora rodeándola con un brazo.
- ¿Ya terminaste? – preguntó dando un beso en la mejilla. Isadora dejó caer el libro al suelo para sólo dedicarse a ese beso; pasó sus manos alrededor del cuello de Sirius y él tomó su cintura.
- Olvida el libro – susurró ella con una sonrisa.
Ese momento de tranquilidad llegó a su fin en cuanto el patronus con forma de gato se posó frente a ellos.
Isadora sintió que la sangre se le helaba en las venas pues, en su experiencia, un mensaje a esas horas jamás podía ser bueno y el mensaje venía desde Hogwarts; ese era el patronus de McGonagall. El temor reflejado en los ojos de Sirius afirmó que lo que ella pensaba era seguramente correcto y la voz de Minerva confirmó sus sospechas. El castillo estaba siendo invadido.
- Puedo aparecerme con Buckbeak en Hogsmeade, me ahorrará tiempo si no puedo aparecerme en Hogwarts. – dijo Sirius caminando de un lado a otro.
- Yo puedo aparecerme en ...
- No – interrumpió él abruptamente.
- No voy a quedarme esperando que no te pase nada.
- Uno de los dos debe quedarse.
- Yo esperé aquí la última vez Sirius, no quiero pasarme horas mirando a la puerta pensando lo peor, ¡Sirius! – él no terminó de escuchar lo que Isadora decía y subió corriendo las escaleras hasta la habitación de Raphaella, quien dormía plácidamente, ajena a todo lo que sucedía en el castillo. Se acercó en silencio hasta la cuna y besó su frente.
- Volveré – le prometió a Isadora – siempre vuelvo – la abrazó por última vez y fue en busca de Buckbeak.
Lo último que Isadora escuchó de Sirius fue el chillido del hipogrifo y las alas batiéndose mientras el animal se elevaba del suelo y se perdía en la noche.
KAMU SEDANG MEMBACA
Sirius Black: el velo de la muerte¹
Fiksi PenggemarPrimera y Segunda Generación La mente de Isadora le habló, pero en lugar de la suya, escuchó la voz de Sirius Black: "¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?". Tenía toda la razón. #1 en primera generación [4/02/2020] #1 en potterhead [25/02/2020] ...
Partis Temporus
Mulai dari awal