Rennervate

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- Reparo – era la tercera vez en el día que Remus conjuraba el mismo hechizo casi sin alterarse al escuchar el sonido de algo romperse. No se imaginaba que cosas estaría soñando ni qué conflictos consigo misma estaría atravesando su amiga, que hacía dos días que dormía plácidamente en la cama de ese hospital muggle. Dos por tres algo se salía de lugar o se rompía debido a alguna magia que ella no estaba controlando.

Mientras revisaba que las cosas volvieran a su lugar, Remus pensaba en como relatarle a la muchacha todo lo que había sucedido en tan poco tiempo. Por lo menos el hecho de que siguiera descansando le daba tiempo para elegir las palabras que debería usar.

El hombre lobo se había quedado dormido mientras leía el profeta del día. Al sentir ruido en la habitación dejó de roncar de golpe y se enderezó como si lo hubiesen picado con algo. Isadora se removía incómodamente en la cama y sin querer había tironeado del suero que habían colocado en su brazo y al cual Remus aún no se acostumbraba por parecerle un método cavernícola en comparación con los tratamientos acostumbrados en San Mungo.

- ¡No te lo quites! – exclamó Remus en un susurro intentando no asustarla. Isadora lo miró con espanto.

- ¡¿Qué es esto?! – comentó en un tono demasiado alto.

- Tienes que dejártelo – pidió él acercándose a la camilla – lo siento, Sky, de verdad. Pero no podía llevarte a San Mungo, el mundo mágico era un caos esa noche y...

- ¿Dónde está Sirius? – interrumpió ella como si las explicaciones no le importaran en lo más mínimo. Su amigo se quedó en silencio pensando en que decir - ¿Remus? – preguntó – Dime que no siguen creyendo que él lo hizo... - rogó con la voz temblorosa – James y Lily... - dijo ella con la voz quebrada - ¿Harry?...

- ¡Harry está bien! – contó Remus en un intento de dar la única buena noticia disponible. Ahora sólo faltaban las demás. – James y Lily... Voldemort los asesinó – informó con los ojos llenos de lágrimas. Isadora se quedó en silencio esperando el resto de las noticias, mientras en su cabeza las procesaba sin articular una sola palabra. Ella ya sabía lo que había sucedido con James y Lily, sólo había preguntado con la estúpida esperanza de que le dijeran lo contrario, de que Remus le desmintiera que estaban muertos. – Sirius... él está en Azkaban – admitió finalmente – Hay algo más...

- ¡Eso no puede ser! – bramó ella sentándose mientras destapaba sus piernas - ¡Te lo dije!, ¡Es inocente!, ¡¿Acaso todos se empeñan en no creerlo?! – espetó histéricamente al tiempo que comenzaba a llorar. Remus hacía todos los ademanes posibles para que guardara silencio. En cuando ella quiso usar sus manos notó que estaban vendadas y en ese mismo momento un médico entró en la habitación rápidamente aunque con gesto sereno. - ¿Qué me sucedió? – consultó ella igual de arrebatada mirándose las palmas.

- Sky, por favor, hablaré cuando te calmes – Remus miró con cautela al hombre que acababa de entrar en la habitación y esperó que éste hablara.

- Señora...Lupin - la llamó el doctor cuando ella por fin cedió a mantenerse en silencio...

- No soy Lupin, él es – dijo ella de mal humor, secándose las lágrimas con el puño de mala gana.

- Lo siento – se disculpó – supuse que ustedes eran una pareja – comentó.

- No se preocupe – intercedió Remus – ella es Isadora Lam...

- Black – interrumpió ella.

- Muy bien, señorita Black – aceptó el hombre con extrema paciencia, iré por su ficha y enseguida regreso. Giró sobre sus talones y salió apresurado de la habitación. Remus, quien seguía de pie a su lado, frunció el ceño.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now