jenlisa; oneshots

[m / g!p] your poetry;

Si te incomoda o te desagradan las historias g!p (chicas con pene), por favor, no lo leas.

"¿Sabes dónde puedo encontrar una copia de Crepúsculo?"

Jennie presiona un libro en el gran estante de madera, dándose la vuelta para encontrarse con una estudiante universitaria cualquiera, vestida con una sudadera holgada y lo que parecían ser los jeans de su novio. Asintiendo, camina por el sitio el cual ya ha pasado muchas veces a la sección de novela juvenil de la librería, sacando el famoso libro y entregándoselo a la chica.

Sonríe, volviendo a organizar su carro de libros nuevos. Ella esperaba su descanso, quería dejar su turno para poder pedir un café de la pequeña cafetería que hay junto a la librería, y así tomar una nueva selección de poesía de la estantería para leerla.

Con los ojos pegados al reloj, Jennie no puede esperar a que la larga aguja del reloj gire un círculo completo para que pueda tomarse un descanso. Sus clases acababan de empezar de nuevo, los papeles y los libros de texto hacían hincapié en el hecho de que se estaba cansando de su trabajo.

En realidad, a Jennie le encantaba su trabajo, realmente lo hacía, estaba cerca con el dueño de la tienda, así que de vez en cuando conseguía libros gratis, junto con pasteles complementarios de la pequeña cafetería. Amaba los libros más de lo que amaba a la mayoría de las cosas, y su ocupación era como una combinación de todo lo que amaba. Pero mentiría si dijera que todo era precioso, especialmente cuando la única manera de desahogarse es ordenando libros alfabéticamente todo el tiempo.

Cuando Jennie entra en la sección de artes, ella nota dos cuadernos colocados erróneamente en la sección, en lugar de en la parte de la estantería con todos los demás libros. Rápidamente los saca, con la intención de colocarlos en el lugar correcto, pero al igual que lo hace se encuentra con un par de ojos avellana en el hueco donde estaban los libros, detrás de la estantería.

Jadeando, Jennie suelta un chillido ruidoso en los pasillos tranquilos de la librería, —indudablemente alarmando a algunos clientes— y tropieza en el pesado estante detrás de ella. Con la mano en el pecho, respira hondo y se endereza.

"Mierda— Lo siento, ¿estás bien?" Ella escucha un ligero tartamudeo. Aturdida, con los ojos bien cerrados, mira a través de uno de ellos para ver a una chica de alta estatura con el pelo en coleta alta y flequillo.

Mierda, ella era muy linda.

"Uh..." Jennie lo logra, abriendo el otro ojo para ensanchar ambos, pareciendo un pobre ciervo atrapado en los faros mientras se queda congelada como una idiota.

"Sí, me acabas de asustar." Escupe. Su suéter se desliza de su hombro un poco, los pantalones vaqueros presionan contra el suelo mientras trata de levantarse. Ella la ve estirar su mano, dejando que se levante. En ese momento se da cuenta de la mano tan bonita y grande que tiene, finalmente levantándose con su ayuda.

"Perdona por eso." Se disculpa Jennie. Se siente avergonzada de saltar hacia atrás así y gritar, especialmente a una clienta. Su jefe probablemente se reiría y la regañaría si estuviera mirando.

"No, debería ser yo quien se disculpe." Su mano todavía apenas se aferra a la de ella y sus mejillas arden por el contacto. "No quise asustarte, simplemente no pude encontrar el libro de música que quería y estaba mirando a través de todos los estantes."

Jennie asiente, masticando la piel en el costado de su mejilla antes de darse cuenta repentinamente de que trabaja allí.

"¡Oh! Bueno, los libros de música están ahí." Señala a la pared un poco lejos de ellas. "Realmente no hago mucha lectura de música porque las notas son bastante aburridas, pero puedo apreciar a las personas que lo hacen." Jennie empezó a divagar, y se siente un poco molesta por hacerlo. Sus amigas ya se habían quejado alguna vez de eso, pero cuando mira a la otra chica, ella tiene una sonrisa en su rostro, su cuerpo volviendose hacia ella.