Capítulo 3

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En dirección

―Jóvenes, saben el problema en el que están metidos por estar peleando en horario de clase, los dos deberían ser reportados y tener suspensión de 2 días , si vuelvo a ver otro tipo de acto similar tendré que suspenderlos una semana y no querrán saber lo que sigue como tercer aviso, cierto?- asintió el director dejando en claro sus amenazas.

―Puedo decir algo?-levante la mano aclarándome la voz y un poco quebrada quería llorar de furia e ira porque me pasaba esto a mí.

―Sí, Alumno Breidan.-dijo el

―No es justo, nada justo yo soy la victima aquí.

―Victima?, disculpa me golpeaste te aclaro- dijo el estúpido chico que me acosaba.

―Sí, señor Santino. Creo que aunque sea nuevo no tiene inmunidad en su primer día  ni se salva de recuerdos de este tipo―excuso la prefecta.

―Esta, bien tomare mi castigo me hare responsable como todo hombre, por mis acciones- dijo él.

―Ay por dios – respondí con mi voz arrogante, de “ enserio? Crees que se lo van a tragar estos vegetes tu actuación de chico bueno”.

Después de un gran regaño por parte de la Miss de Algebra, después por la prefecta, y cerrando con broche de oro con el director, me fui humillado hacia detención, donde duraría el resto de la hora pensando en mis acciones, totalmente encerrado y aburrido con este tipo que hasta ahora sabia su apellido y que era Santino.

La prefecta nos llevó hasta la puerta del aula de detención y abriendo la puerta, nos arrojó a ambos y nos encerró con llave, para que no pudiéramos escaparnos del aula.

―Gracias imbécil – le aclare para que supiera cuan enojado estaba con él.

―Perdón, que culpa tengo yo de que estés tan guapo y solo quería llamar tu atención.

―Ay por dios. Nomás esto me faltaba un acosador mentiroso, yo no soy guapo, okay?- solamente le dije lo que yo creía y sentía a veces de mi imagen.

―Lo eres, y mucho por eso me llamo la atención tu carita de ángel.

―Hay no te pases, eh! Que aun te traigo ganas de romperte la cara – dije con todo el enojo que yacía dentro de mi cuerpo que radiaba solamente odio y coraje.

―No te que eres “gay” ― dijo el sin más, sus palabras quedaron zumbando en mi cabeza un instante antes de responderle.

―Queee! Y tú qué sabes cómo sabes ¡―no sabía que me quería insinuar este tipo.

―Se nota en tu forma de ser y eres muy guapo para ser un hetero, lo siento y tu mochila tenia dibujada la bandera gay con colores y corrector liquido blanco pintado de colores.

―AHH, mi mochila simbólicamente me delato...

Me senté en un asiento y levante los pies sobre la butaca con pose de chico rudo, no te metas conmigo ―  aaaam – bostece y abrí mi boca para tomar aire, y cerré los ojos, tenía algo de cansancio, me puse los auriculares y le puse play a la música que tenía en mi tracklist de mi iPhone, así que empecé a tararear y balbucear una tonada rítmica de una canción de, “Katy Perry ― Peacock

I wanna see your peacock, cock, cock

Your peacock, cock

«Me enamore de un prostituto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora