PROBLEMAS... ¿POR QUÉ TANTAS COMPLICACIONES? © 1° PARTE.

Capítulo 15

*POV Agustín T.*

Decido por fin, después de unos 20 minutos, darme ánimo e ir en busca de mi novia, quien dijo estaría en el lago.
Busco en mis bolsos ropa, cuando encuentro me visto.

Tomo una toalla de playa, mis lentes de sol, salgo de la cabaña.
Camino hacia el lago, pero antes de llegar me encuentro con Clemente, él pasa por mi lado empujándome con su hombro.
¿Por qué Clemente me odia...?
Éramos unidos, cuando nuestros viejos no tenían rivalidades, eso fue como hace 3 o 4 años, si llevaba 2 años con Mia antes de nuestra primera ruptura, sí serían 3 o 4 años atrás... De un día a otro ya no sólo era amigo de Clemente, también comencé a ser amigo de Mia, me enamoré de ella, le conté a Clemente pero él se opuso, dijo que yo sólo quería a su hermana para un rato... Pero eso no era cierto, a mi me gustaba Mia, se lo intenté explicar, pero nuestra amistad se deterorió, nunca me perdonó que estuviera con su hermana, y hasta el día de hoy me detesta, jamás se ha dado cuenta de que a su hermana no la quiero hacer sufrir, quiero estar con ella mucho tiempo, no era algo pasajero...

-¿Qué pasa Clemente? -le pregunto cabreado.

-¿Qué? -se da vuelta y me confronta.

-¿Qué problema tienes Clemente?

-¿Qué problema? -me pregunta y se acerca demasiado a mí.

-No quiero pelear, después Mia me culpa a mí por niñerías tuya -lo aparto.

-¡¿Crees que me importa?! -me empuja, pero yo elevo mis manos en zona de paz.

-¡Para tú mierda Clemente! -le grito.

-¡¿Qué mierda imbécil?! -me empuja.

-¡Supera toda esa mierda y déjame en paz de una puta vez! -lo empujo.

Clemente se abalanza, pero yo lo tomo de sus brazos.

-¡Hijo de puta! -me grita.

-¡Para Clemente! ¿Cómo tanto? -lo afirmo.

-¡¿Cómo tanto?! ¡Te follaste a mi hermana a pesar de que te pedí que no! -suelta mi agarre, pero acerca su rostro al mío.

-¡Yo la amo, no le hago daño cómo tú! -lo apunto.

-¡Tú no amas gilipollas, tú solo la quieres para quitarte la calentura! -me empuja.

-¡Llevamos dos años juntos! ¡¿qué puta mierda Clemente?! ¡el único que sólo quiere para quitarse la calentura eres tú! ¡yo sé que haz follado con Agustina y tú amigo, tú le haces daño! -le grito cabreado.

-¡Vete a la mierda cabrón! -grita y me empuja por última vez.

Pasa por mi lado y camina hasta donde están las cabañas.

Sigo mi camino cabreado hasta el lago, llego y veo a Mia en los brazos del estúpido de Matías.

Me adentro y me quedo parado, la miro hasta que ella sale del agua y se percata de mi presencia, viene hacia acá, yo doy media vuelta, tomo mi toalla y me acuesto sobre ella.

-Precioso -se agacha y besa mi mejilla.

No le respondo nada, la verdad me cabrea que este con el idiota si sabe que me caga...
Ella se levanta y camina hacia mi lado contrario, la veo que toma sus cosas y camina nuevamente hacia donde estoy, deja sus cosas a mi lado y se acuesta.

-Es mi compañero de alianza, lo mínimo que puedo hacer es tener buena onda con él -me explica.

-No te he pedido explicaciones Mia -contesto cortante.

Me siento y ella hace lo mismo, se sienta, abraza sus piernas con los brazos.

-No te enojes gordo -hace un puchero y me empuja.

-No estoy enojado -me río.

-Idiota -se cabrea ella.

Siento que alguien nos mira, me giro a ver y es Matías, desvía su mirada.

-Te adoro gordiiii -me siento por detrás de ella y la abrazo.

-Y yo te adoro a ti -beso su frente y ella se abalanza sobre mí.

-No quiero que te enojes por tonteras, a mí sólo me gustas tú tontito -dice acurrucada en mi pecho.

-No me gusta que tengas ese tipo de confianza con él -acaricio su cabello.

-No pasa nada, solo somos conocidos -acaricia mi mano.

-Pero igual -le reprocho.

Siento que está tiritando, tomo su toalla la cual nadie la está usando y la pongo encima de ella abrazándola.

Estamos abrazados unos 10 minutos, en un silencio cómodo.

-Me dio frío, y tú estás con gripe, más te enfermarás -dice mirándome.

-¿Vamos? -le pregunto y ella asiente.

Ambos nos levantamos, tomo nuestras cosas.

-Gordo, quiero ir a ducharme, ¿te irás a tu dormitorio? -me pregunta.

-¿Quieres que te acompañe? -la detengo.

-Si -se ríe.

-Bueno, vamos -le sonrío.

Continuamos nuestro camino hacia las duchas...