Capítulo 39: Lost in emotions

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Minutos más tarde la morena condujo con los ojos fijos en ambos lados, el frente al tráfico, y el espejo retrovisor, masticando rabia cuando notaba los avances del abogado hacia Clarke, pretendiendo estar preocupado por su salud.

Pero al mismo tiempo adoraba que su esposa lo mantenía a raya, rechanzando sus intentos de tocarla, haciendo que la comisura de los labios de Lexa se curvaran, y que Echo la mirara de soslayo adivinando el porque.

Al llegar, habían bastantes periodistas de los medios gráficos mientras los famosos invitados al evento caminaban por la alfombra roja, muchos de ellos que habían sido pacientes de la famosa y exitosa doctora cirujana plástica Abigail Griffin. Lexa detubo la limousine y se bajo al mismo tiempo que Echo. Como correspondían a sus tareas, se acerco a la puerta trasera y la abrió para dejar salir primero al traidor del abogado, que ni bien la vió su gesto se volvió tenso, con ojos claramente cargados de odio puro. Poniéndose delante de la chauffeur, empujándola un poco con su espalda, en un gesto tan infantil, pensó Lexa, esperando ahora que Clarke saliera de esa limo. 


Lexa tenía tantos deseos de darle un buen golpe en las rodillas asi caía desparramado por la alfombra roja y ante todos los paparazies, pero los ojos de Echo la escudriñaron desde el otro lado, haciendo que detuviera sus deseos y respirara, comenzando a contar sus obejitas mentalmente. Agradeció la presencia de esa alta y buena colega allí frente a ella.

Cuando Clarke salió de la limo, tomó, sin mucho agrado, la mano del abogado que le sonreía tan falso que le daba asco, especialmente porque sabía que el maldito lo hacía aun más para las cámaras.

Detrás de Finn Collins logró ver el rostro de su esposa tan tenso que podía cortar el aire, aunque de inmediato los verdes ojos de Lexa la miraron chispeantes asintiendo levemente con su cabeza, en señal de que estaba bien. Al mismo tiempo que una ola de flashes se disparaban sobre la famosa CEO, ahora sujetando el brazo del abogado Collins, comenzando a caminar por esa alfombra roja.

Lexa se perdió unos segundos en aquella imágen, era la imágen clásica de la CEO, vestida maravillosamente, asi como maquillada y peinada perfectamente, y esa típica sonrisa de foto armada, posando para las miles de cámaras.


Pero más allá de eso, la morena odiaba el hecho de que su esposa fuera del brazo de otro, y nada menos que ese maldito hijo de puta, era simplemente más fuerte que ella, no soportaba aquella patetica imágen para la prensa gráfica, sus ojos fijos en la rubia se cargaban de odio al punto que no se movía como debería, cerrando ya la puerta de la limo y conduciendo el vehículo hasta la playa de estacionamiento.



De inmediato Echo disimuladamente se acercó a ella, dándole un pequeño apretón en el brazo, para que reaccionara de una puta vez. Cerrara la puerta y llevara la limo a la zona de estacionamiento. Los ojos de Lexa se encontraron con los castaños de Echo de inmediato asintiendo con su cabeza, en señal de un "gracias por traerme de vuelta", a lo que la guardaespaldas contestó de igual manera, bajando su cabeza rápidamente para luego seguir caminando detrás de la jefa.

Recién cuando Lexa volvió a sentarse en la limo para conducirla al estacionamiento, tomó unas cuantas bocanadas de aire, al tiempo que se maldecía. No podía creer lo poco profesional que estaba actuando y eso la estaba sacando de quicio. No era para nada útil de esa estúpida celosa manera que estaba encarando la situación con ese mal parido. Necesitaba calmarse, necesitaba volver a ser la agenta entrenada, segura, fría y muy inteligente como lo solía ser. Y dejar de llevarse por sus emociones descontroladas, o no podría ayudar a su esposa de ninguna manera.

La Jefa [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora