34. Accidente

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Nuevamente una mañana de verano, nuevamente 12 de enero, esta vez de 2018. Ya pasó un año desde que conocí a Clara, ella cambió por completo mi vida. Pero esta vez, a diferencia de lo feliz que fue conocerla, hoy no iba a ser un día tan feliz.

Preparé mi desayuno y me senté en el balcón, vi a Clara regando sus plantas y silbé para llamar su atención. Ella sonrió y sacó su celular, casi inmediatamente me llegó un mensaje de ella que decía que iría a mi casa en un rato. Me puse a pensar en algunas cosas que pasaron últimamente, por ejemplo, Daniel me da permiso de salir sólo si estoy acompañado con alguien, no es plena libertad pero es mucho mejor que el encierro. Terminé de desayunar y lavé las cosas, después de un rato salí de nuevo al balcón y vi a Clara saliendo de su edificio. Sin pensar ni mirar a ambos lados cruzó la calle, un auto, que hasta hace unos instantes estaba detenido en el cordón de la vereda, aceleró rápidamente y la atropelló.

Juro que vi el momento como si fuera una película, el cuerpo de Clara siendo golpeado por el auto y cayendo al piso. Mi corazón se paralizó por completo y una enorme angustia invadió mi cuerpo. En ese instante había sólo dos personas cerca, una se acercó a ella y la otra comenzó a correr atrás del auto, el cual no frenó en ningún momento.

No esperé el ascensor, simplemente salí corriendo bajando a toda velocidad las escaleras, no es fácil bajar ocho pisos corriendo. Al salir me acerqué a ella, estaba en un pequeño charco de sangre, todavía respiraba pero casi no podía moverse. Acaricié sus mejillas húmedas mientras brotaba una cascada de lágrimas de mis ojos, quise trasmitirle que iba a estar bien, que haría lo imposible para ayudarla.

-M-me duele Martín... m-me duele... -repetía una y otra vez con un hilo de voz.

-Ya llamé a la ambulancia, viene en camino. -dijo el chico que presenció todo. -mi amigo fue a correr el auto, dijo que va a memorizar la patente.

Besé ligeramente sus labios, manchándome con sangre por error. Entré a su edificio, ella vivía en el séptimo piso, nuevamente fui por las escaleras. Mis piernas temblaban, no pude evitar resbalarme en más de una ocasión. Al llegar golpeé de forma desesperada la puerta, Mariela me atendió y se asustó cuando vio la sangre en mi ropa y las lágrimas en mi cara.

-¡Martín! ¡¿Qué pasó?!

La agarré del brazo y corrí con ella escaleras abajo, Ezequiel dejó a los niños en el departamento y nos siguió. Las piernas me quemaban y mi corazón late a punto de estallar, no estoy acostumbrado a correr tanto, pero esta situación realmente lo requiere.

Si algo le pasa a Clara, mi mundo entero se destruye.

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Mi amada inspiración de madrugada puede ser cruel...

Ya casi 100 votos (99 en este momento) y casi 1k de lecturas (958 en este momento), les agradezco por todo gente, realmente los aprecio mucho :")

Ya estamos a pocos capítulos de finalizar esta historia. Es necesario porque tengo otras ideas y necesito trabajar en otras novelas, pero me encantaría que siguiera porque realmente me encariñé muchísimo con ella, y escribirla realmente hace que me sienta muy feliz. Aunque dudo muchísimo que vaya a hacer una segunda temporada.

Nuevamente les agradezco que la sigan, no saben lo importante que es para mí tener aunque sea un grupito chico de personas que la leen. (En especial vos mi querido amigo pato, te adoro chabón)

Feliz semana santa, tanto si son creyentes como si no lo son, y coman chocolate así nomás, porque el huevo de pascua está casi 6oo mangos 💔.

Ezyune ♥

Entre silencios y aromasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora