Desperté por el ruido de algunos autos pasando a toda velocidad, miré el reloj que estaba en mi mesa de luz y noté que eran las 09:23. La luz del sol me pegaba fuerte en la cara, maldije mi suerte y decidí levantarme. Clara y Mitsie seguían durmiendo. Al apoyar mis pies sobre el piso noté que estaba el piyama azul que había traído Clara, me pregunto con qué motivo lo trajo si iba a usar el otro...
Encontré algo de pan y algunos saquitos de mate cocido en la alacena, así que decidí prepararlos y tostar un poco de pan. Mientras lo estaba cortando escuché algunos ruidos desde mi pieza, al ir allá encontré a Clara que, intentando levantarse, tiró a Mitsie de la cama sin querer.
-¡Perdón hermosa! ¡No fue mi intención! -le decía levantándola del piso y dejándola en la cama de nuevo. Se dio vuelta y notó mi presencia. -Ah buen día Martín.
Mis labios dibujaron una sonrisa, después recordé lo del piyama azul y lo levanté del piso, dándoselo y mirándola con algo de confusión.
-Ah, ¿esto?, es mi ropa de entrecasa.
Levanté los hombros y me fui de la pieza a seguir cocinando, algunos minutos después apareció Clara y se puso a ayudarme. Cuando terminamos le agradecí con una sonrisa tímida y dejamos todo sobre la mesa. Estábamos comiendo tranquilos cuando de repente suena la cerradura abriéndose, dando paso a Daniel. Al vernos a ambos ahí se sorprendió un poco, pero lo tomó bastante bien.
-Provecho jovencitos, perdón por interrumpirles el desayuno. -dijo un poco incómodo.
¿No se supone que volvería a la tarde? Esto no estaba en mis planes, pero en parte me alegra que no lo haya tomado mal. Él fue a su pieza, dejó sus cosas y vino a sentarse con nosotros a la mesa.
-¿Qué tal descansaron?
-M-muy bien señor. -tartamudeó Clara algo nerviosa.
-Tranquila querida, decime Daniel, con confianza.
-Emm bueno... ¿querés que te haga un mate cocido?
-Yo me lo hago en uno toque.
Después de que Daniel se preparó su bebida volvió a sentarse con nosotros, se puso a charlar un rato con Clara y, para mi suerte, se llevaron bastante bien.
-No le voy a decir a Laura que ella vino, pero tenés permiso de que venga cuando quiera. Y quiero ser caballero de honor. -dijo guiñándome el ojo.
Me puse algo rojo y desvié la mirada, Daniel y Clara comenzaron a reír. Repentinamente ella se detuvo y comenzó a pensar, para luego comentar algo.
-Disculpe Daniel, pero si no te molesta quisiera que hablemos del cumpleaños de Martín, ya que falta poco.
Tengo miedo de lo que pueda salir de esa conversación.
YOU ARE READING
Entre silencios y aromas
RomancePortada hecha por @May_Calaghan Martín es un chico de 17 años que vive en Buenos Aires, Argentina. Debido a que es mudo, nunca salió del departamento de sus padres, ya que estos tenían miedo de cómo podría llegar a relacionarse con la gente, por end...