En aquel lugar había un grupo de chicos jugando en hamacas y toboganes mientras sus madres charlaban entre ellas, Clara intentó hacer que me acerque a ellos, pero me resistí.
-¿Estás nervioso? -afirmé con la cabeza -Te entiendo, pero todo va a estar bien, confía en mí.
Clara me agarró la mano y la acarició, lo que me dio algo de seguridad y confianza para avanzar hasta aquella parte. Los chicos dejaron de lado una hamaca y Clara me dijo que suba, la miré desconfiado, pero ella no dejó de insistir.
-Va a ser divertido, sólo tenés que agarrarte de las cadenas con fuerza para no caerte, yo te empujo un poco pero no muy lejos, así que quedate tranquilo que no va a pasar nada malo.
Me senté y me aferré con fuerza a las cadenas, Clara comenzó a empujarme y comencé a balancearme hacia atrás y adelante. La sensación del viento en la cara, la movilidad de la hamaca y el ruido de la gente a mi alrededor fue una experiencia extraordinaria. Estuve así algunos minutos, hasta que pude ver que Clara se había alejado de mí y me miraba. No pude evitar sentirme nervioso al verla lejos de mí, lo que provocó que me suelte de las cadenas sin querer y caiga al piso, golpeándome fuertemente la cara y el pecho.
Pude ver en cámara lenta como intentaba agarrarme de algo sin lograrlo, como mi cuerpo se golpeaba contra el piso y la cara de susto de la gente a mí alrededor. Clara corrió hasta mi ubicación para ver que yo esté bien, me ayudó a levantarme y nos sentamos en un pequeño banco, cerca de donde estaban las madres de los niños.
-¿Te sentís bien? ¿Te duele mucho? -me preguntó limpiando la sangre de mi boca, debido a que con la caída me corté el labio.
Forcé una sonrisa y traté de aguantar las lágrimas, me dolía mucho el cuerpo, pero no quería llorar frente a ella. Para mi desgracia no pude aguantar y terminé llorando de forma algo desconsolada, ella me limpió las lágrimas y me abrazó con fuerza.
-Tranquilo, todo está bien, no llores, ¿sí? -me dijo acariciándome el pelo para que me calme. -fue una caída bastante fuerte, aunque es bueno ver que al menos no estás tosiendo sangre, significa que no te quebraste una costilla y te perforaste el pulmón.
Pasamos un rato más en ese lugar hasta alrededor de las 17, momento en el que decidimos que sería mejor volver a mi casa, esta vez Clara se puso a conducir despacio. Descartando el golpe, admito que me sentí demasiado bien ahí afuera, y fue una experiencia que no olvidaré jamás.
Pero por sobre todo, jamás olvidaré como Clara se preocupó tanto por mí.
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Entre silencios y aromas
RomancePortada hecha por @May_Calaghan Martín es un chico de 17 años que vive en Buenos Aires, Argentina. Debido a que es mudo, nunca salió del departamento de sus padres, ya que estos tenían miedo de cómo podría llegar a relacionarse con la gente, por end...