22. Noche especial

145 12 12
                                    

Para los que llegaron a esta parte pensando que habrían relaciones, lamento decirles que no habrá nada de eso, discúlpenme por haberles arruinado las expectativas (?. Habiendo aclarado esto, comencemos con el capítulo.


Clara llegó a casa con una mochila y una almohada bajo el brazo, me saludó con un beso fugaz y se dirigió a mi pieza para dejar sus cosas. De su mochila sacó un piyama azul, un oso de peluche y algunos sobres raros. La miré confundido y le escribí en mi cuaderno "¿qué es eso?".

-Ah, ¿esto? Son preservativos.

"¿Y para qué sirven?".

-Pues... si vamos a tener una noche juntos no quiero quedar embarazada, me matan mis viejos.

Me puse rojo a más no poder y me tapé la cara por vergüenza, tener relaciones no es algo que quiera ahora, no sé mucho sobre ello así que prefiero evitarlo.

-Vos tranquilo que no es malo, pero si no querés no te voy a obligar, además yo tampoco quiero. -dijo riendo de mi notable vergüenza.

Mientras ella se cambiaba yo me acosté, realmente no sabía que sucedería esta noche, los nervios me comían por dentro. Ella salió con un piyama blanco con corazones rosas, el cual le quedaba bastante tierno, se acostó y quedamos ambos cara a cara. Traté de no mirarla a los ojos por vergüenza, pero ella se acercó lentamente a mi cara y me besó de forma tierna. No tardé en ponerme rojo y esconderme atrás de la almohada, ella comenzó a reír hasta que salió su clásica risa de cerdito.

-Perdón che, creo que me pasé un poco de la risa. -dijo intentando calmarse.

Cuando terminó todo quedó en un profundo silencio, que ocasionalmente era interrumpido por el ruido de algún auto que pasaba.

-¿Te puedo abrazar? -preguntó Clara en un susurro que fue casi inaudible para mí.

Afirmé con la cabeza y la rodeé delicadamente con mis brazos. Clara se acomodó contra mi cuerpo, la sensación de protección y seguridad que me brindaba su calor corporal era algo que deseaba que dure eternamente.

-Te amo...

Lentamente sus ojos se iban cerrando. A pesar de no haberle respondido con palabras, el sólo hecho de besar su frente le hizo saber que yo también la amaba, además de que iba a estar a su lado en todo momento. Me quedé algunos minutos contemplándola dormir, realmente es tan tierna como imaginé. Pensaba que tal vez sería más incómodo, pero realmente dormir con ella es una experiencia bastante maravillosa para mí.

Mitsie, quien había estado en todo momento a los pies de mi cama, intentó subirse hasta donde estábamos nosotros. No se lo impedí, incluso la abracé a ella también para que se sienta cómoda a nuestro lado.

¿Es exagerado decir que me sentí como un marido que duerme junto a su esposa y a su hija?

Entre silencios y aromasWhere stories live. Discover now