31. In Fraganti

94 10 4
                                    

-Escuchame Martín, te voy a ser bastante sincero, no me importa que no hables, sos mi hijo y eso es suficiente para que seas especial para mí. Tenés mucho parecido con Luciana, estoy seguro de que ella estaría orgullosa de lo que podés llegar a ser. -dijo Zander sonriendo.

No nos quedamos demasiado tiempo ahí, debido a que el ambiente lograba deprimirme bastante, pero el tiempo que estuve con Zander fue realmente mágico. Tal vez nunca pueda conocer a mi mamá, pero conocer a mi verdadero padre es algo que realmente me hizo feliz. Durante el camino a casa nos detuvimos a comprar helado para los tres y ½ kilo extra, ya en casa Daniel decidió llevar el ½ kilo para los padres de Clara como agradecimiento por habernos prestado el auto.

-Che Martín, subí mientras tanto, yo ahora vuelvo. -dijo entregándome las llaves del departamento.

Entré al edificio y subí por el ascensor, en la puerta de mi departamento sentí un extraño olor a perfume, parecido al que usa Daniel, pero un poco más ácido. La puerta estaba sin llave, lo cual me resultó aun más raro. Pensando que tal vez era un ladrón decidí entrar silenciosamente, agarré una escoba que estaba al lado de la puerta de entrada y me acerqué a la puerta de mi pieza. Se escuchaban ruidos y quejidos desde adentro de mi pieza, también algunos susurros que no podía descifrar. Intenté espiar por la cerradura de la puerta, pero no logré ver nada, así que lentamente abrí la puerta.

Fue un muy grave error.

Al entrar vi a Laura y otro hombre, los dos sin ropa y moviéndose sobre mi cama, tal como las escenas eróticas que ella veía en las que me tapaba los ojos. No dudé cerrar la puerta con fuerza, salir de casa, cerrar con llave y quedarme atrás de la puerta.

-¡¿Qué mierda acabo de presenciar?! -pensé.

Al parecer Daniel tenía razón, Laura tenía un amante, aunque nunca pensé que vendría a casa con él, mucho menos que tendría relaciones sobre mi cama. Creo que ya no podré verla de la misma forma, mucho menos podría descansar tranquilo en mi propio lugar de descanso. Entiendo la calentura y todo, supongo que es normal, pero me indigna que usen mi pieza...

Cuando Daniel y Clara llegaron me encontraron aún sorprendido detrás de la puerta, me pidieron que me corra pero me negué a hacerlo.

-Dale Martín, movete de ahí. -dijo Daniel un poco molesto por mi actitud. -no me hagas perder el tiempo.

Continué negándome, Daniel comenzó a impacientarse cada vez más, hasta que me hizo a un lado, entró y vio a Laura y su amante desesperados por encontrar una forma de escapar.

La cara que puso al ver eso fue épica.


Entre silencios y aromasWhere stories live. Discover now