Capítulo XX

4.9K 316 98
                                    

Me encuentro en la sede central de la policía, en MarineFord, ya que tengo una reunión con mi superior, debido a lo ocurrido de ayer. No está nada tranquilo sabiendo que Vergo está suelto y pueda hacer alguna locura. O incluso destruirme. O tocar a ___. Ese desgraciado como toque un mísero pelo de ella, juro que lo mataré con mis manos desnudas si fuera necesario. Y me estoy poniendo nervioso, joder. Desde que llegué, no ha parado de fumar. La espera me está matando. Conociendo a mi superior pondrá a alguien para que me vigile y no necesito a un guardaespaldas. Sé cuidarme de mí mismo.

La puerta se abre y observo la figura de Sengoku. Su rostro muestra seriedad y preocupación, algo muy normal en él. Hace un gesto con la cabeza y yo acato la orden de entrar. Esto se va a poner muy serio y bastante crudo. Muchos informes hay en la mesa dando entender que no está tranquilo. A mi lado derecho escucho a su mascota comer papel como si nada. Prefiero los perros que las cabras.

—Me alegro de verte, Smoker —dice mientras se sienta en su silla a lo cual le imito, estando delante de él.

—Lo mismo digo, Sengoku. —Le tengo respeto y se le puede considerar como un amigo.

—Tengo entendido que ayer os encontrasteis con Vergo.

—Afirmativo.

—Smoker, siendo sincero me preocupa que ese hombre esté suelto e intente hacer de las suyas —explica juntando las manos—. Tú y yo sabemos que tú eres su objetivo. Intentará destruirte de la mejor forma posible.

—No lo hará, pienso como él.

—Y él como tú.

—No temo a ese traidor, Sengoku.

—Y tú tienes una novia. ¿Sabes lo que conlleva sobre-protegerla de alguien como él? ¿Ella sabe de esto? —pregunta.

—Lo desconoce. —No quiero que se entrometa más en la mierda. Quiero protegerla a toda costa de ese tipo a mi manera.

Escucho que él da un suspiro largo no de acuerdo a mi decisión. Tengo el presentimiento de que me dará un escarmiento—. Se supone que os lo contáis todo. ¿Por qué no lo haces?

—No quiero preocuparla y que hayan cincuenta policías alrededor de mi casa o la de ella.

Él posa los dedos en su sien una manera de tranquilizar la situación. Yo estoy a medias, es por eso que me levanto porque conozco que esto no se resolverá de ninguna manera. Lo haré a mi manera si es posible. Hago una reverencia a modo de despedida; sin embargo, su voz me detiene—. Te pido que no hagas ninguna locura, Smoker.

Y con ello me retiro entendiendo ese mensaje. Lo que no quiere es que caiga a las estúpidas trampas de Vergo. Pero si quiero que esté en la cárcel, debo encontrarlo. Pensar como él. Maldita sea, me está doliendo la cabeza. Tranquilízate, Smoker. Lo primordial es que ella está bien y este tipo desconoce donde vive ___. O eso creo. Joder, no puedo dormir sabiendo que Vergo está por ahí suelto. Y yo que pensaba que mi vida iba a mejorar. Y una mierda. Retiro los puros de mi boca para exhalar el humo. Debe haber alguna forma, pero no sé cuál es.

Creo que lo mejor es retirarme de ahí y dar una vuelta por la manzana con la moto. Sí, así estaré distraído con otras cosas. Cojo el móvil a ver si tengo algún mensaje de ___, pero no. Todavía estará trabajando. Debe estar a tope porque hoy es lunes y suele haber mucha clientela. Ya fuera de la oficina me dispongo a observar el entorno. Lo bueno que tiene MarineFord es que cuando estás estresado, vas al parque que hay enfrente y te distraes un poco. Voy en dirección a la moto que está mal aparcado, algo que me daba igual. Soy un policía y aquí todos me conocen y me respetan. Me largo de ahí a toda prisa para ir en dirección a mi casa o tal vez hacerle una visita a ___. Sé que nos vimos ayer, pero las ganas de verla todos los días no me las quita nadie. Me siento el hombre más afortunado del mundo y se me nota en la sonrisa cada vez que la veo.

Amar a una "gorda" (Smoker x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora