3.-Dichosa juerga de estirpe

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Volviendo a la actualidad, el inminente atardecer empieza a recubrir el cielo con tan hermosas tonalidades. Ya que a la familia Pistilo se les pasó volando la hora entre tanto trabajo y el tiempo que pasaron divirtiéndose en la desembocadura.

—Ven cariño, quedate aquí que voy por unas hojas para secarnos.—Sale Celya a buscar algo suave con que escurrir el agua mientras deja a Cybille con Celio.

—¿Tienes frío? Iré a buscar mi chaqueta para que no lleguemos tan helados a casa.—Comenta Celio devolviéndose a la orilla de la desembocadura en busca de abrigo para su bebé.

Mientras el rey partió en su caminar, Cybille sentada en la roca recoge sus rodillas y las abraza, donde sus pecas de imprevisto empiezan a brillar de color azul, e inmediatamente el agua sobre su cuerpo comienza a disiparse y caer al suelo. Dejando a la chica completamente seca. En eso llega Celya con las hojas, pero no se impresiona de lo ocurrido ya que asume que Celio la secó. Y Celio al volver no se causa impresión puesto que cree que su esposa abrigará a su hija.

La familia se abraza con el abrigo sobre sus cabezas y los sacos llenos de rico telar para volver a su espléndido reino Pistilo, pero que para ese entonces el cielo cubría el hermoso atardecer con unos densos nubarrones calipsos.

Un viento helado azota las calles de Pistilo, pero eso no es impedimento para la celebración. Los reyes y su hija se demoraron tanto que los mismos pistilences tuvieron que organizar gran parte de la fiesta.

Justo como se planeó, cuando el sol esté acurrucándose entre la montañas, todos al centro de la ciudad vestidos del color azul, encarnando la tonalidad de la libertad. En el interior del reino desde las afueras podían escuchar las aperturas de las bandas que tocarán durante la noche, empezando por el grupo "Zoronca" y el que terminará la noche "El mar de Lirio", que es la banda de Celya. Por lo que su atraso hizo que sus compañeras de canto la estén aún esperando tras camarines, por lo que inmediatamente Celya se despide de su marido y en conjunto a Cybille se van a alistar para disfrutar la movida noche. Mientras que Celio decide tomar con calma su llegada, y se dedica a merodear la villa para deleitarse de su agraciado pueblo.

Las calles principales de Pistilo jamás se habían visto tan dichosas y deslumbrantes, las personas con sus adorables sonrisas y largos vestidos azules hacían que Celio sienta que todo lo que siempre han soñado construir, por fin lo están logrando entre todos, alcanzar una paz colectiva. 

Al caminar por afuera de los bares es interesante como todos los años se dejan llevar por la festividad y así crear una autentica bebida que apodaron "Luz Malva" para beberlo los días festivos. Una contenta aldeana Pistilence ofrece desde su puesto una prueba de este autentico brebaje al rey, pero este lo rechaza. Y al seguir caminando, nota como todos las las bebidas que consumen los pistilos están ambientadas con el color morado, pero el que le ofreció la aldeana destacaba por ser de color azul, de inmediato Celio comenzó a sentir una cierta extrañeza.

La poca agua que escurría sobre sus pectorales se va secando a medida que avanza a paso medio hacia el escenario para oír más de cerca el resonar armónico de las bandas musicales, pero a pesar del gran bullicio, voces detrás de sus orejas le susurraban sus peores pesadillas.

—¡Marlén está aquí...hoy!

—¡Deshonra!

—¡Destituir!

—¡Reemplazo!—Son algunas de las cosas que escuchaba Celio mientras pasaba por multitudes de gente, pero no le hizo mucho hincapié, ya que nada podía responderles a ellos, nada los llenaría más de satisfacción que cumplir lo que piden. Él solo quería llegar hasta el lugar del escenario, y meterse tras bambalinas.

Too green to live RelaxedWhere stories live. Discover now