Luego de hablar un rato con el taxista y contarle mis problema finalmente llegué a casa, siempre me pasaba cuando estaba algo ebria hablaba con los taxistas y contaba todo lo que me pasaba unas cuantas veces lloraba, una vez uno se burló y lo golpee, ese día iba con Julio si no hubiese sido por el ese hombre me habría golpeado también.
Cuando me desperté eran casi las 7 de la mañana, tenía clase así que me paré lo más rápido que pude y me arregle, bueno a mi modo lo hice; me puse unos jeans claros, una camisa gris y zapatillas peine mi cabello para que cayera en mis hombros, lave mi boca pronto tome mi maleta y salí.
Al llegar a la universidad estaba Lorna con Juan riendo como siempre, a verme los dos me saludaron normalmente.
-Hola bebé – Dice Lorna Abrazándome.
-Hola ¿Vamos a clase? – Dije.
-Sí, te estaba esperando vamos – Toma mi mano, besa a Juan y me lleva con ella.
-¿Ahora tengo que soportar tanta cursilería? – Dije bromeando.
- Cállate, yo te aguante con Eduardo – Dice y hago cara de desilusión – Lo siento, en serio no quise decir eso – Para y me abraza.
- No importa, da igual - ¿DA IGUAL? Ni yo creía eso.
- Bueno, entremos que vamos un poco tarde – Dice cambiando tema y yo finjo una sonrisa.
Al entrar sentí una mirada encima y no pude evitar voltear y ver quien era, que gran sorpresa ¿qué sería lo malo que le hice a la vida para que me pasaran esas cosas? Su mirada estaba penetrándome poco a poco sin quitarla un segundo, era Nicolás ¿qué hacía en mi clase de inglés? En ese mismo instante me di cuenta que ese chico iba a ser un gran problema en mi vida.
Deje de pensar y me senté pronto ya que me di cuenta que estaba haciendo cara de idiota cuando noté que él estaba allí, acomode mis cosas y decidí ignorar su mirada y seguir la clase normalmente. De vez en cuando sentía de nuevo su mirada pero no di mucha importancia.
-Señor Rojas ¿está poniendo atención? – Dice el profesor hacía Nicolás que no paraba de mirarme.
-¿Qué? – Dice el sin poner atención – Digo, sí – Responde y el profesor hace mala cara, luego continúa.
La clase siguió y no volví a sentir esa mirada, cuando termino tome mis cosas y esperé a Lorna pero antes de que ella terminará de guardar sus cosas el entrometido ya estaba a mi lado.
-Hola – Dijo poniendo su brazo en la pared yo solo rodé los ojos.
-Lorna ¿Toda la vida? Apura – Dije ignorándolo.
-Que pesada eres – Dijo.
- Gracias – Sonreí y lo aleje de mí.
-Listo vamos – Dijo Lorna por fin – Hola Nico ¿Qué haces? – Dijo Lorna mirándolo fijamente.
-Nada intentaba hablar con la pesada de tu amiga pero es imposible – Dijo.
-Pues sí soy muy pesada y sigues persiguiéndome ¿Acaso no entiendes? ¡NO TE SOPORTO! – Grite.
-Okey okey – Dijo alzando sus manos en son de paz y se fue.
- ¿Por qué eres así? – Dijo Lorna, creo que estaba molesta.
- ¿Cómo? – Dije sin prestar interés.
- Tan esquiva, tan mala.
- No lo soporto – Dije despreocupada.
- ¿Y no será que te gusta? – Soltó.
- ¿ACASO ESTAS LOCA? ¿Cómo me va a gustar ese imbécil? – Dije – Ni loca – Agregué.
¿Mi héroe?
Começar do início