Capítulo 12: No se trata de ser, sino de estar.

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—Si no lo besaste —mustió resignado el bicolor mientras cruzaban la calle dirigiéndose hacia su edificio—, dime que al menos tienes su número telefónico.

Cansado ante la insistencia de su mejor amigo, Benjamin estaba a punto de hacer énfasis en como después de lograr escabullirse de la morgue sin que TJ se diera cuenta, y una vez reunidos los tres, el moreno había huido prácticamente corriendo sin despedirse siquiera de ambos —Colby, pero sus ganas de acallar al bicolor fueron reprimidas de golpe cuando observó una figura conocida posada fumando un cigarrillo ante la gran edificación:

—Thomas —comentó Colby sin darse cuenta siquiera que Satterley ya se había adelantado hacía el chico de la cabellera azabache.

No sabía si acercarse o no, pero cuando notó el vendaje en la mano de su mejor amigo, apresuró su paso acercándose tímidamente a sus dos mejores amigos.

—No es nada, viejo —Thomas trataba lo mejor posible de mantenerse sereno para no preocupar a Benjamin, aunque sus intentos eran en vano, ya que bastaba con verlo para darse cuenta que nada era absolutamente lo opuesto a lo que en realidad le sucedía.

Una vez dentro del apartamento, y con el permiso de quemar incienso por parte de Benjamin, el tatuado se dispuso a relatar los hechos, tratando de omitir el latente dolor que quemaba en su pecho al revivir dichos sucesos:

—Mierda —fue lo único que atino a decir el británico después de las casi dos horas en las cuales había escuchado atento y sin interrumpir a Thomas, cosa bastante difícil para él; Colby por su parte permanecía estático postrado ante la pared, sin atreverse siquiera a darle una mirada a Thomas, no quería empeorar la situación, sabiendo que aun las cosas no estaban bien entre ellos, e hizo lo que mejor sabía hacer, escuchar. Aunque sabía que quizá con Thomas era tarde para hacerlo.

—Pero ustedes son Thomas y Matt —se atrevió a decir el británico tratando de contener el llanto—, y después de todo lo que han pasado, no pueden ni deben separarse.

—Esto no me duele menos que a ti —se atrevió a reconocer por primera vez el tatuado—, pero algunas cosas están destinadas a no ser más.

La habitación se había teñido de una fétida mezcla de silencio y desamparo, la cual nadie se atrevía a romper, por miedo a decir lo equivocado o porque quizá cada quien se encontraba absorto en su propia mierda y el silencio ofrecía una desoladora paz que hacía acallar las voces en los chicos:

—Sé que oírme es tal vez lo último que quieras hacer —dijo el bicolor en un susurro que hubiera sido inaudible de no ser por el completo silencio que ya se había esfumado con el último eco de sus palabras—, pero tengo que sacarlo de mi pecho.

Dudoso de sus pasos, se acercó hacía donde se encontraba un cabizbajo Benjamin y un perturbado Thomas, encontrándose con la mirada del último.

De pronto ya no hubo necesidad de palabras ya que el resentimiento y el dolor que se había instalado en Thomas pareció abandonarlo cuando se encontró con esa húmeda mirada castaña llena del mismo sufrimiento que el mismo albergaba y no pudo contenerlo más, y soltó todas esas lágrimas, las cuales se había convencido que era muy fuerte para hacerlo, pero al encontrarse con la mirada sincera de arrepentimiento al no haber estado ahí antes, se dio cuenta que la verdadera fuerza radicaba en darle cabida al perdón y a los sentimientos, y que expresarlos sin contener nada era sinónimo de valentía.

De pronto, la mirada pura de Benjamin también se les unió, haciendo a los tres amigos fundirse en un sincero abrazo, que si bien no acallaba por completo las voces, les hacía darse cuenta que si tenían mutuamente, esas voces podían pasar a segundo plano.

[...]

Habían pasado poco más de tres semanas desde la última vez que Matt había visto a Thomas, y cada segundo había dolido como el infierno; todas las cosas que significaban algo para él, ahora carecían de sentido, había abandonado el departamento que compartía con su todavía novio aunque era cuestión de tiempo para que su madre los desalojara, continuaba sin tener noticias de Xander y había decidido abandonar su puesto como locutor en la radio de la universidad; ya nada valía la pena.

Y una de las cosas que más le dolían de toda la situación es que su madre continuaba molestándolo al grado de ponerle un ultimátum, en el cual, si no regresaba con Amy lo más pronto posible, acabaría siendo desheredado, puesto que la dueña de todo era ella y podía disponer de las cuentas y propiedades a su antojo; realmente se encontraba atado de manos, razón por la cual seguía sin buscar a Thomas.

—Me parece una locura, hermano —Joseph rascó su nuca mientras trataba de asimilar todo lo que su mejor amigo le había espetado de golpe.

Joseph era la única persona con la cual Matt todavía mantenía contacto, a pesar de toda la falta de sentido que pudiese tener en su vida, en su mejor amigo siempre recobraba un poco. Además de que cansado de su madre, había decidido invadir el pequeño departamento de Joseph, antes que la insoportable Galina se instalara ahí, dejándolo nuevamente sin opciones.

—Lo sé, sé que el dinero no importa y que una mierda como esa no debería ser excusa para no estar con Thomas, pero no me siento capaz de nada por el momento, no quiero verlo porque sé que vamos a seguir peleando por la misma mierda y poner mil excusas para no aceptar que ninguno tiene la razón —se resignó Matt—. Porque así somos.

—Lo que son es un par de idiotas —expresó burlonamente Joseph mientras se levantaba del sofá—. Por mí pueden vivir en este mismo sofá por toda la eternidad.

—No es tan sencillo, actualmente soy un don nadie y no puedo darle a Thomas una vida decente si no tengo un solo centavo, es por eso que continuo buscando alternativas —rodó los ojos Matt—, tú deberías saberlo, teniendo una situación similar con Colby.

Había dado en el clavo, pero decidió no contestar nada, porque también había recordado como la noche anterior había salido huyendo sin siquiera despedirse del bicolor, pero en ese momento, parecía más importante develar los resultados de la autopsia, los cuales lo habían dejado más confundido que antes, solo atinó a darle las buenas noches a su mejor amigo, para poder entrar a su cuarto y hacer esa llamada que se disponía a hacer antes de enfrascarse con sus problemas y los de Matt:

—Tu costumbre de contestar en el último timbre parece no cambiar —espetó molesto el moreno—, creo que ya es tiempo de que me des explicaciones, ya que hay muchas cosas que no cuadran.



CARAJO, que Wrestlemania más hermoso, SETHIE POR FIN ES CAMPEÓN UNIVERSAL, ESTOY DEMASIADO FELIZ.

Hablemos de lo lleno de fanservice ques estuvo Wrestlemania 35 (THE MAN Y KOFIMANIA) y lo feliz que me hizo; honestamente no esperaba que Seth y Triple H ganaran, pero fue una grata sorpresa, fuck.


Mend My Broken Heart ◉ Rolleings; MDH #2.Where stories live. Discover now