Capítulo 5: Lazos que aún no se pueden romper.

40 7 24
                                    

           

El ambiente fuera del bar era tan tenso que se podía cortar con unas tijeras.

Las dos rubias miraban enfurecidas al bicolor y a su mejor amigo; ya que según ellas, los habían echado fuera del bar a los cuatro gracias a ellos.

—Buen trabajo, mechas —dijo Natalie mientras se disponía a pararse frente a los chicos, de no ser porque Beth la detuvo rápidamente—, y no nos olvidemos del enano que también tuvo la culpa.

Después de gritar por lo que parecían horas y al ver que el bicolor y su amigo continuaban riendo, Natalie Neidhart tomó la bebida casi terminada de manos de Beth y la arrojó directamente al rostro del bicolor, el cual afortunadamente se la había esquivado, y justo cuando giró su rostro para ver porque el británico había dejado de reír, vio rápidamente como un manchado de pies a cabeza Benjamin le arrebató a una de las personas en la pista lo que tenía en las manos, Natalie no pudo esquivarlo, así como Beth tampoco pudo y eso fue solo el inicio de una absurda e infantil guerra de lanzarse bebidas alcohólicas que lamentablemente las otras dos rubias se perdieron ya que estaban muy ocupadas charlando con cuatro chicos al fondo del bar.

Justo cuando Natalie estaba por lanzar una bebida y trató de detenerse, ya era muy tarde, el contenido había ido a parar al rostro de Peter, el cual los sacó a los cuatro sin contemplaciones, no sin antes decirle a Benjamin que nunca más volviese por estos rumbos.

Llevaban más de dos horas ahí afuera, Benjamin —sin que Colby se diera cuenta— había llamado a Thomas ya que Peter les había cobrado —al doble— por todas las bebidas y el desastre ocasionados, dejándolos sin plata para volver a Long Island, pero no contestó y espero que al menos leyera los mensajes de texto y viniera a rescatarlos.

Por su parte Natalie y Beth estaban molestas ya que sus amigas conseguirían lo que las cuatro se habían propuesto, y la razón por la todavía seguían ahí afuera era porque les debían dinero a los estúpidos chicos que platicaban plácidamente tirados en el suelo afuera del bar.

Otra media hora pasó, hasta que Leah y Lexi salieron por fin, acompañadas de los mismos tipos de hacía ya un buen rato; no habían notado siquiera a los cuatro chicos que ya hablaban entre ellos, hasta que Colby jaló a Leah del tobillo, haciéndola gritar mientras se volteaba para verlos:

—¿Qué mierd... —Leah se calló cuando vio a Lexi tirándose al piso para abrazar al bicolor.

—¡Colby! —gritó Lexi aferrada al torso del bicolor, el cual correspondió al abrazo rápidamente—, ¿en dónde te habías metido?

—Pues nos hizo creer que en Iowa, pero en realidad estaba ocultándose en casa de su maestro de botánica —intervino Benjamin mientras reía ante la mirada furiosa del bicolor.

Los seis chicos continuaban hablando entre ellos sobre cualquier cosa, hasta que el chofer de Lexi hizo su aparición, y mientras las rubias le pagaban lo que les debían, Colby divisó una conocida mancha pelirroja a la distancia, haciéndolo despedirse rápidamente y jalar consigo a Benjamin—el cual se dio cuenta que el de cabellos azabaches no vendría, pero este seguía despidiéndose de las rubias que estaban caminando ya hacía el vehículo; justo cuando Natalie estaba por cerrar la puerta del mismo, Colby recordó el teléfono celular y le gritó a Natalie para que volteara a verlo:

—Tengo algo que te pertenece —gritó Colby—, tu teléfono celular, pero lo deje en casa, ¿en dónde puedo ir a dejártelo?

—Ve a "The Hart Foundation" y pregunta por mí —gritó la rubia antes de cerrar la puerta de la limusina.

Después de ver como el lujoso vehículo se perdía en la lejanía de la noche, Colby corrió rápidamente hasta alcanzar a su pelirrojo amigo, mismo que charlaba a punto de llorar con otro de sus amigos, Kevin Steen:

—¿Todo bien? —preguntaron al unísono el bicolor y el castaño al ver lágrimas en el rostro del pelirrojo.

—Es culpa de Fergal, venimos de su apartamento y las cosas no salieron como Rami quería —contestó el castaño al ver que Rami seguía muy afectado como para siquiera hablar—, sigue rehusándose a darle el divorcio.

—¿Divorcio? —volvieron a decir al unísono ambos chicos parados frente al pelirrojo abrazado con la cabeza hundida en el cuello del castaño.

—¿Pero por qué se van a divorciar? —preguntó insistente el bicolor.

—No entiendo nada —comentó Benjamin—, no los vemos desde la boda y ahora nos salen con esto.

—Supongo que no han hablado con su amigo, ¿o sí? —intervino molesto el castaño.

—Yo no lo he visto en algún tiempo y dudo que Colby lo haya visto —dijo Benjamin.

—Pues pregúntenle lo que hizo, y lo más importante, con quien —habló por primera vez el pelirrojo alejándose del cuerpo de Kevin para poder mirar fijamente a Colby y a Benjamin, los cuales lo miraron sorprendidos al igual que el castaño parado a su lado, sobre todo Steen que a pesar de todo este tiempo a su lado, el pelirrojo continuaba rehusándose a revelar lo que le había hecho el irlandés—, y si se niega a decírtelo, puedes venir a preguntármelo a mí, que ya no tengo más intenciones de seguir callando.

—Y les recomiendo que lo hagan cuando antes, chicos —concluyó Rami.

No hubo necesidad de decir más, ya que cada fría palabra que había salido de la boca del pelirrojo sembró una gran duda en las cabezas de los confundidos mejores amigos que no se atrevieron a quedarse un segundo más ahí parados, Colby fue el primero en despedirse y salió huyendo del incómodo momento seguido por el británico.

—¿Qué crees que pasó? —se atrevió a preguntar Benjamin unas cuantas calles después.

—Tu no conoces a Fergal tan bien como Thomas y yo lo hacemos, y creo saber qué fue lo que hizo —comentó intrigado el bicolor—, pero créeme, no pasara mucho tiempo para que vaya verlo y descubrir qué y con quien hizo lo que le hizo a Ramita.

[...]

           

—No puedo creer que hayan pasado tres días y aun no nos regresen las pertenencias de tu hermano —comentó molesta la castaña sentada en el comedor frente al moreno—, ¿Qué se piensan en ese lugar?

Stephanie McMahon continuaba molesta ya que en cada llamada que hacía a la clínica de rehabilitación continuaban con evasivas con respecto a su situación con las pertenencias de la habitación del chico, la cual continuaba intacta por órdenes de Paul, quien se encargaría de aquello personalmente.

El moreno al ver el semblante lleno de tristeza de su madre, optó por decir algo de lo que probablemente se arrepentiría:

—¿Quieres que vaya por ellas? —comentó Joseph levantándose de la mesa—, tengo algo de tiempo libre y puedo ir por ellas en un rato.

Después de ver como Stephanie asentía un poco más animada, el moreno salió rápidamente del apartamento y sacó su teléfono para marcar el número que su mejor amigo le había conseguido, esperó hasta que en el segundo tono la persona tomó la llamada, y se aclaró la garganta antes de hablar:

—Me ofrecí a recoger unas pertenencias de Jonathan en el centro de habilitación —escuchó como asentía la persona—, y estaba pensando que esta es nuestra oportunidad para investigar que pasó en realidad.

Me parece una buena idea —contestó la persona.

—¿Sabes en dónde está Mount Sinai? —preguntó el moreno—, ¿o quieres que pase por ti?

Yo sé en donde está —contestó antes de colgar—, te veo allá.

Sin más, Joseph emprendió su camino a lo que creía que resolvería todo el misterio.


a/n: dejaré de actualizar por un buen tiempo, incluso creo que voy a escribir todos los capítulos y actualizaré todo en una sola noche. O unos cuantos capítulos el fin de semana, ¿qué debería hacer?

Mend My Broken Heart ◉ Rolleings; MDH #2.Where stories live. Discover now