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Jimin creía fervientemente que su matrimonio era perfecto, si hace unos días le hubieran preguntado ¿confías en tu esposo? Ella hubiera dicho que sí, sin siquiera dudar

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Jimin creía fervientemente que su matrimonio era perfecto, si hace unos días le hubieran preguntado ¿confías en tu esposo? Ella hubiera dicho que sí, sin siquiera dudar.

Sin embargo, ahora mismo lo que veía no podía creerlo. Su esposo estaba en esa cómoda cafetería sosteniendo la mano de una hermosa pelinegra, la mujer parecía Blanca Nieves. Piel lechosa, labios rojos y cabello negro, simplemente perfecta. Y Jimin, ella simplemente era una ama de casa sin chiste, hubo un tiempo donde se considero bonita pero no, porque para los estándares coreanos, ella era y es gorda. Caderas anchas, senos copa C y su vientre no era del todo plano, no después de haber tenido dos hijos.

Mordió sus labios con fuerza al notar como su... ese hombre besaba con cariño a la mujer. Contuvo sus sollozos, no quería que su bebé viera que su mamá estaba mal, lo mejor sería ir a casa y llamar... ¿A quién? La última vez que habló con su hermano, solamente discutieron por su esposo y ella le pidió que no le volviera a hablar.

Condujo con calma hasta llegar a su casa a las afueras de la ciudad en un lindo pueblo. Estaban en Daegu, ciudad natal de su esposo, pero no creía que aquella mujer viviera allí. Sus ropas finas la hacían destacar, además de sus modales. Daegu es una ciudad rural, dudaba que ella viviera en el lugar.

Estando en casa solo podía hacer lo de siempre, limpiar, cuidar a su bebé y preparar comida para su otro bebé. Esta semana su esposo debería estar en su oficina en Seúl, siempre se había preguntado ¿por qué vivir en un pueblo tan lejano si su esposo trabajaba constantemente en Seúl? Pues lo que él había dicho era que deseaba que sus hijos vivieran en un lugar tranquilo en lugar de la gran ciudad y ella lo aceptó, ciegamente aceptó todo y ahora entendía el verdadero propósito.

— wawa - balbuceaba la linda bebé en su silla

— Si mi amor, la comida ya casi está ¿tienes hambre? - cuestionó con voz dulce

Se sentía asqueada por la terrible realidad, pero estaba agradecida de haber tenido a sus hijos. No importaba si todo lo demás era una mierda, sus hijos eran lo más preciado en su vida.

Decidió que se dedicaría a sus hijos, al menos por el momento, realmente no tenía idea de cómo proceder y se sentía en shock. Bueno descubrir que tu esposo te engaña, te deja en shock y sin saber qué hacer.

Extrañaba el tener amigas o amigos, incluso extrañaba a su hermano mayor. Fue realmente ciega al creer tanto en un hombre, llegando al grado de dejar todo atrás, por él. Por supuesto que se arrepentia y cuando se dedicaba a pensar, por momentos llegaban las ganas de tomar sus cosas y marcharse.

Sin embargo ¿qué le diría a sus hijos? Su hija menor apenas iba a cumplir un año en unos meses, ella no recordaría a ese hombre. Pero su hijo mayor, su niño de 9 años casi 10, no sabría qué podría decirle. Cómo explicarle que su padre fue un desgraciado que arruino todo, que arruinó un matrimonio de 10 años.

No quería llorar, no cuando faltaban minutos para que su hijo volviera a casa y su bebé estaba dormida. Pero era tan frustrante, se sentía estúpida. Desde el principio su hermano y sus antiguos amigos se lo dijeron, que el hecho de estar embarazada no significaba casarse, ella podría haber salido adelante.

Perfecta - Yoonmin fem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora