¿Volverá?

65 6 0
                                    

Anoche me acosté llorando. No sabía qué ocurría dentro de mí. Solo sabía que algo, en mi interior, necesitaba desahogarse. Algo que llevaba acumulándose, en lo más profundo de mí, desde hace mucho tiempo. Necesitaba desahogarlo de alguna manera y no encontré otra que no fuera desbordando ese río a través de mis ojos. Las lágrimas no querían parar de brotar de mis ojos y el nudo en mi pecho crecía, un poco más, cada segundo que pasaba. No entendía por qué. Sé que lo llevo pasando mal desde hace unos meses atrás hasta ahora pero, ¿por qué? ¿Por qué hoy? No encontraba respuesta a tantas preguntas que venían a mi cabeza. Aún así, continuaba llorando. Derramando recuerdos disfrazados de gotas saladas. Yo sola, en aquella habitación, con el sonido que emitía la radio cada vez más lejos.

No me quedé dormida hasta el último pensamiento que pasó por mi mente.

  —"Si hoy me encuentro así será porque mañana me tiene preparado un día más feliz." Creo que, incluso, me reí de mi propia ocurrencia. Era una locura.

¿Feliz? ¿Felicidad? Dejé de tenerla, hace nueve meses, cuando me arrebataron a la segunda persona más importante de mi vida. No creo que sea tan simple como para que la vida vuelva a ponerla entre mis brazos, así como así, de la noche a la mañana.

Hoy, viernes 29 de marzo de 2019, ocho meses y cuatro días después, he recibido una llamada como la que recibí aquel día que me la arrebataron. A diferencia de aquella, que solo fue oscuridad absoluta y odio eterno, ésta llamada fue todo lo contrario, fue como el primer rayo de sol que sale al amanecer. Fue como la primera luz que apareció en todo el universo. Fue como un águila que vuelve a volar después de mucho tiempo. Fue como una gota de agua en plena sequía. Como el primer llanto de un bebé al nacer. Como un suspiro al llegar a la cima del Everest. Fue como todo lo indescriptible que todos hemos sentido alguna vez.

Tengo muchas ganas de decirle que la volveré a ver. Que la volveré a tener. Que estará aquí conmigo otra vez. Pero no puedo. Todavía es difícil. Aún tengo que esperar un poco más. No me puedo apresurar. No me puedo precipitar.

Tienen razón con eso que dicen por ahí: «la espera desespera». Que me lo digan a mí por todo lo que llevo –y aún sigo– esperando.

No pensé que una libertad costara tanto. No pensé que volar con alas rotas fuera tan difícil. No pensé que este momento llegaría tan pronto. No me quiero contradecir, sí, llevo mucho tiempo deseando que llegara este día. Llevo deseándolo tanto que no pensé que llegaría tan pronto. Llevo soñando, noche tras noche, con este día. Y no esperé, en ningún momento, que llegaría de verdad.

Cinco horas más tarde y ya se lo he contado. Se lo he dicho. Me he atrevido por fin. La volveré a tener. Volverá a ser la luz de mis días y de mis noches. El motivo de mi sonrisa. Y ya no volverá a ser jamás el motivo de mis lágrimas. Volverá a poner mi mundo patas arriba. Volverá a concederme muchos días más de vida. Volverá a regalarme su presencia. Volverá a ser ella. Tan bella. Tan dulce. Tan risueña. Volverá para no irse. Volverá para regalarme sus besos y abrazos. Volverá para darme todo su apoyo en cada momento. Volverá para quedarse. O, simplemente, volverá.

Catia C.🖤

Cartas al Futuro.Where stories live. Discover now