He llorado

117 14 17
                                    

Continuando con la carta anterior, mi querida yo. Mi querida Catia.
Quiero decirte que hemos llorado. He llorado.

He llorado por no amar.
He llorado por no vivir.
He llorado por no ser yo.
He llorado por querer ser como otros.
He llorado por no tener límites y por ponérmelos donde no debería.
He llorado por no tener un minuto a solas conmigo misma.
He llorado por estar rodeada pero sentirme aislada.
He llorado por esa gente que nunca ha contado conmigo.
He llorado por no tener un hombro en el que llorar.
He llorado por no tener amigos. Amigos, de verdad.
He llorado por confiar en todos y olvidarme que yo soy lo único que tengo.
He llorado por no ser como ellos querían que fuera.
He llorado por tener todo lo que he dicho en voz alta que quiero pero que nadie me haya dado eso con lo que sueño noche tras noche y que nadie sabe.
He llorado por no mostrarme como realmente soy.
He llorado por no decir 'te quiero' a quien debería pero si decir 'te odio' a quien no se lo merecía.
He llorado por no bailar en público.
He llorado por conocer gente. Pero ellos no saben ni mi color favorito.
He llorado porque la gente con la que convivo cree conocerme.
He llorado por no hablar más.
He llorado por debilidad.
He llorado por creer sabérmelo todo.
He llorado por creerme importante para alguien.
He llorado por ir con esa sonrisa falsa siempre. Pero lloré más al saber que todos se la creían.
He llorado por el peso de mis hombros.
He llorado por creerme indestructible.
He llorado por ser la rara siempre.
He llorado por odiarme.
Odiarme a mí.
Odiar mi cuerpo.
He llorado y me he odiado aún más.
He llorado por las veces que me han roto y he tenido que actuar como si nada.
He llorado por no tener a nadie que me aconsejara.
He llorado por no ser nunca la primera opción de nadie.
Pero luego recordé que ni siquiera era un segundo plato, ni el postre de nadie.
He llorado por responder rápido los mensajes.
He llorado por dudar.
He llorado por pensar demasiado.
He llorado por no ser una persona más segura.
He llorado por depender.
He llorado por no leer la letra pequeña.
He llorado porque aún sabiendo que iba a perder pulsé play.
He llorado por enfadarme y luego no recordar de qué.
He llorado por confiar demasiado en tan poco.
He llorado por creer que salía bien a la calle y luego tener algo entre los dientes.
He llorado por decirle algo a alguien y que haga como si no hubiera dicho nada.
He llorado por hablarle al viento.
He llorado por decepción.
He llorado por no llorar nunca.
He llorado por quedarme en el banquillo y no luchar.
He llorado por no atreverme a jugar.
He llorado por la sociedad.

Lloré y aprendí.
Aprendí que llorar no solucionaba nada.
Solo eran lágrimas saladas que salían de mis ojos como río desbordado que no sabe dónde ir.
Aprendí que para todo hay solución.
Aprendí Catia. Aprendí mucho más que dos Cartas atrás.
Llorar es para fuertes no para débiles.
Pero lloré tanto, Catia.
Que me di cuenta que los fuertes que están siempre en pie son los que se merecen llorar. Yo no.
Yo no merezco llorar.
Yo solo aparento ser fuerte.
Para así, poder creérmelo.
Y para así, poder serlo.

Espero que algún día leas esto de otra manera.
Y que te sirva de algo.

Y si es para alguna decisión importante para ti. Para mí. Hazlo.
Di que sí.
La puerta que tenga que ser cerrada, sola se cerrará.
Y por ella una ventana se abrirá.
Confía en mí, Catia.
Confía en ti.

Catia C.🖤

🖤

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.
Cartas al Futuro.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt