Nunca llegará

74 8 1
                                    

5 agosto 2018

Aún abro tu chat esperando un mensaje que nunca llegará. Deseando que aparezca un en línea y que, ojalá, pase a ser un escribiendo. Esperando una de tus llamadas diarias. Sí, alguna de tus 500 llamadas diarias que ahora, se han visto reducidas a una sola. A una sola llamada de solo cinco putos escasos minutos. Cinco minutos por los que paso el resto del día (y la noche) esperando.
La llamada del día entra en el teléfono y me preguntas qué tal, qué cómo estoy, si te echo de menos a ti y tus locuras, yo te respondo la misma mentira de siempre 'sabes que estoy bien, no te preocupes...' pero acabo la frase con una promesa de esperanza: '...aquí solo importas tú.' Esperando creérmela yo más que nadie. Esperando tú risa y tu mirada sincera que nunca llegará.
Y es verdad. Solo importas tú... aunque cuando lo hiciste no te importó nada. No te importamos. Pero, de algo que sí estoy segura, antes de hacerlo sí te acordabas de nosotros. Sí, te importábamos. Pero... pero lo hiciste. Y eso es lo que más me duele. Eso es lo que produce un nudo en mi garganta. Eso es lo que me hace esperar(te). Esperar cosas que sé que nunca llegarán.
Por otro lado, estás tú, sigues estando tú. Ahí. Tras unos cristales junto a 20 más. Luchando (como nosotros lo estamos haciendo desde aquí) y peleando. Pero más que nada perdonando. Perdonando algo que no nos has hecho.
El nombre de tu contacto sigue intacto ante mis ojos, la pantalla del móvil aún no se ha apagado. 'Mi tía preferida' te prometí que, pasase lo que pasase y le pesase a quien le pesase, ese nombre no sería removido jamás (al igual que ése sentimiento... de que seas mi preferida). Y, por si lo dudas, no. No. Nada me ha hecho cambiar de opinión. Podrás seguir actuando ser fuerte ante mis ojos pero yo seguiré sabiendo que cuando me dé la vuelta una gota salada recorrerá tu mejilla. Llevo semanas luchando por llorar, apenas podía, no me salía ninguna lágrima.
Ahora, me has pedido que te escriba una carta que, sé que, nunca llegará (porque quizá nunca la enviaré) y el papel se moja mientras que de mis ojos no paran de brotar esas pequeñas gotas de agua ardientes y saladas. Me enseñaste a no llorar pero he fallado ahora, la débil soy yo. Pero tengo que ser fuerte.

Por ti, por mí y por todos. Te lo prometo. Seguirás siendo mi preferida. Mi tía. Mi familia. Mi ejemplo. Mi mayor sustento. Esto ha sido un error. De esos, que todos cometemos. Sin querer pero por querernos. Eres mi pequeña inocente. Mi gran valiente. La hermana pequeña de mi madre. La que nunca miente. La que sonríe y me da suerte.

Catia C.🖤

Cartas al Futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora