—Nadie es inocente en esta vida excepto los hombres cuando piensan que una mujer es inocente e indefensa —Clover dijo, sonriente—. Por eso hay muchos hombres con las bolas adoloridas.

—Creo que no tienes otra defensa aparte de esa acción —respondió Paxton, provocándo algún tipo de enojo con intención.

Por qué su deporte favorito aparte del fútbol, era hacer enojar tanto a Clover que sus mejillas se ponían rojas.

—Si la tengo, mis palabras —sentencio ella, tirando su cabello hacia atrás.

Paxton puso sus ojos en blanco al mismo tiempo que negaba un poco. Apagó la única luz que iluminaba al auto, y luego se acomodó sobre su asiento. Un pequeño Click se escuchó, luego la luz iluminó el auto nuevamente.

Paxton desde su posición con la cabeza apoyada hacia atrás, miro a Clover con un solo ojo abierto.

—No puedo conducir sin la luz. Tengo un cubre ojos en mí bolso, puedes usarlo si quieres.

Paxton apretó sus labios de una forma tan fuerte que estaba seguro de que perdieron su volumen. Se movió hacia el bolso rosa de Clover, con cautela para no tocar alguna fuente de  microbios saco el objeto que Clover le prestó.

Paxton frunció sus labios al ver que era completamente rosa.

—¿Es una broma? —pregunto, levantando el objeto.

Clover lo miró con cansancio.

—¿Un color te intimida?

—No, es solo que —Paxton se rindió, refunfuñando—. ¿Hace cuanto no lavas está cosa?

Las pequeñas manos de Clover se tensaron sobre el volante, ella tenía ganas de estrellar el auto contra algún barranco con Paxton adentró y saltar del auto antes del impacto.

—Lleva el mismo tiempo sin lavarse que tú trasero. Ahora cállate, no puedo concentrarme.

Paxton gruño, cubriendose los ojos y tomando una posición cómoda para comenzar a dormir. El podía jurar que tan solo pasaron quince minutos antes de sentir la fría mano de Clover sobre su brazo.

—Despierta, ya llegamos.

Paxton soltó un suspiro, levantó un poco el cubre ojos rosa y miró hacia afuera, seguía oscuro. Dalewood estaba tan apagado y triste como siempre, se volvió a cubrir los ojos y se tiró hacia atrás.

—Avisame si necesitas ayuda cuando lo encuentres.

No pasó mucho tiempo cuando sintió un dolor en su brazo, Clover lo había pellizcado y con solo ver el enojo en sus ojos, Paxton sabia que debía acompañarla.

—Bien —dijo, agarrando su chaqueta del asiento trasero y también su teléfono.

Clover encendió el suyo, buscando la ubicación que se le fue otorgada. Estaban tan solo a un par de cuadras, el lugar no tenía un nombre. Paxton soltó un largo bostezo a su lado.

Clover guardó su teléfono, concentrándose en el camino. Dalewood era un pueblo apagó y lúgubre, parecía hacer más frío que en Sparrow. Se agachó al ver un periódico en el suelo roto.

"FUNDADORES DE DALEWOOD BRUTALMENTE MASACRADOS POR UN ASESINO MISTERIOSO"

—Este lugar si que tiene historia —murmuro, dejando el periódico donde estaba bajo la mirada de asco del rubio.

—Dalewood tiene más secretos que tu, Clover. Así que puedes darte una idea de que historia tiene.

Clover hundió sus uñas en la palma de su mano, contó hasta tres en su cabeza y decidió no hacer caso al comentario. Ni siquiera estaban en el pueblo, mas bien a las afueras.

GEMELOS MALDITOS ©Where stories live. Discover now