Love letters to Min Yoongi.

Trigésimo Segundo Capítulo.

—Eunmi es torpe. —Dijo Jungkook haciendo que Yoongi se sobresaltara por la sorpresa.

—¿Que dijiste? —Preguntó Yoongi con su mano en el pecho.

—Que, Eunmi es torpe. —Contestó comiendo la mitad restante de su sandwich. —Ella siempre olvida muchas cosas, y cuando lo recuerda ya es tarde. Por eso tuvo que abrir el sobre y sacar la carta, porque olvidó decirte que te quiere pero, lo recordó después; lo mismo pasó con la carta de su madre, solo que tú la robaste. —Rió.

—¡No la robé! —Alegó el rubio rápidamente.

—Basicamente, si lo hiciste. —Respondió pensativo Namjoon detrás de ambos amigos.
—Pudiste dejarla ahí, y ya.

—Ella la habría encontrado y enviado a su madre.
—Continuó el castaño.

—Pero, jamás me habría enamorado de ella.
—Respondió rápidamente.

Jungkook y Namjoon abrieron sus ojos de golpe, al mismo tiempo que Yoongi.

—¿Lo dijiste? —Habló Jungkook boquiabierto.

Yoongi ahora estaba sonrojado y no podía creer él tampoco lo que acababa de salir de sus labios.

—¿Lo dijo? —Miró Namjoon a Jungkook. —¡Claro que lo hizo! —Se respondió a si mismo.

—¡Estás enamorado! —Gritarón al unisono Namjoon y Jungkook saltando de la emoción, provocando que la mayoría ahí volteara a verlos.

—Callense idiotas. —Suplicó Yoongi tomando de las manos a quienes no podían dejar de saltar. —La clase comenzará y los obligarán a salir por revoltosos.

El rubio de piel morena y el castaño de ojos tiernos, tomaron su asiento de nuevo y taparon su risa con las manos.
Yoongi tapó sus mejillas y trató de calmar el palpitar de su corazón.

—Sí, lo dije. —Respondió para calmar la felicidad de sus amigos y compañeros. —Estoy enamorado, pero no quiero que todo el mundo lo sepa. Ni siquiera sé si quiero que lo sepa Eunmi. —Se preguntó al mismo con angustia.

—Si no se lo dices tú, ¡Lo hago yo!

—¡Jungkook! ¿A dónde vas? —Exclamó Yoongi. Jungkook se sentó de nuevo y no pudo dejar de reír al notar que realmente causó miedo en su hyung.
—Lo haré, pero por favor, denme tiempo. ¿Si?

—Sí. —Respondieron ambos chicos frente al rubio.

—¿Sí que jóvenes? —Preguntó el profesor. El trío que estaba en la segunda fila miró rápidamente a quien tenía menos de cinco segundos en el aula y negaron con la cabeza.

—Nada, Señor Kim. —Canturrearon Jungkook y Namjoon. Yoongi miró al profesor que desapareció por varios meses, a causa de enfermedad.

—¿Cuántos años en la misma clase necesitan para entender que no me gusta que me digan “Señor Kim”? —Preguntó con desesperación falsa.

—Tal vez solo un par más. —Respondió la chica que estaba frente a él.

El hombre rió con todos y esperó unos segundos para comenzar con su clase.

—¿En qué no quedamos? —Preguntó mirando a todos.

—Hmm, ¿Señor Kim? —Interrumpió Jungkook. El profesor quitó la sonrisa de su rostro y miró a Jungkook fijamente. —Lo siento, Habin. ¿Puedo salir un momento? Mi madre me llama.

—Adelante, y dile que la próxima vez que hable, le contestaré yo. —Jungkook salió apresurado y riendo, así como todos lo hacían.

—Entonces, ¿Cual fue el último tema que vimos?
—Preguntó de nuevo.

—Contrapunto, Habin. —Respondió Yoongi mirando sus apuntes.

—¡Ah sí! Gracias, joven...

—Min. Min Yoongi. —Respondió el rubio al padre de su, ahora ya, novia.