Décimo Quinto Capítulo.

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—El contrapunto hace que me arrepienta de haber elegido esta carrera. —Lloriqueó Jungkook regresando a su asiento después de recibir su exámen revisado por décima vez en media hora.

—Tú haces que me arrepienta de seguir viniendo.
—Susurró Yoongi en respuesta a su mejor amigo.

Jungkook frunció el ceño y miró a Yoongi con ojos de dolor falso.

El mayor rió y siguió con el exámen que estaba a pocas preguntas de terminar.
Jungkook suspiraba cada vez que miraba de nuevo su exámen y rogaba con la mirada a Yoongi por alguna ayuda.

—Deja de poner esos ojos de venado bebé y contesta lo más que puedas. Te dije que estudiaras, pero preferiste ir a la fiesta de Namjoon ¿No?

Los ojos de Jungkook dejaron de ser tiernos y comenzaron a lanzar maldiciones a quien le pedía ayuda: —Fue una buena fiesta. Debiste ir, pudiste conocer a muchas chicas. —Habló sutilmente.

—No quiero conocer chicas. Quiero terminar el examen para largarme ya.

—Yoongi, por favor deja de ser así. —Rogó Jungkook ante las palabras de quien se levantó a entregar su exámen.

—Te veo afuera. No tardes. —Sonrió Yoongi tomando sus cosas y saliendo del aula.

—Yo nunca tardo. —Gruñió Jungkook. El castaño se levantó y entregó sus exámen a medias, siguiendo al de cabello platinado.

Los pasos del mayor habían sido rápidos, pues ya no había rastro de él por ningún lado del pasillo.

El desconcertado castaño buscó a su mejor amigo en las aulas que estaban al lado de la que acaba de salir, pero en ninguna de ellas estaba Min Yoongi.

—Si fuera Min Yoongi ¿Dónde estaría ahora mismo? —Se preguntó a sí mismo. —Eunmi... —Contestó su pregunta inmediatamente.

Jungkook caminó hacia el pasillo donde estaba el casillero de Min Yoongi y sin falta lo encontró ahí, leyendo la carta que correspondía según el día.

El pálido chico se mostraba real al momento de estar leyendo lo que sea que tal carta diga.
Jungkook pocas veces había visto sonreír a Yoongi de tal manera, él ya lo había dicho y aún si no estaba del todo seguro, el sentía que Min Yoongi realmente podría estar enamorado de quien le escribe cartas, no del todo anónimas.

—Uy, Min Yoongi recibió una carta hoy. —Habló el menor de tal manera que hizo que Yoongi guardara la carta debajo de su chaqueta.

—Eres divertido, Jungkook. Pero también eres muy tonto. —Soltó y siguió leyendo la carta que comenzaba a leer. Jungkook rió y se unió a la lectura de la carta que la castaña y pequeña chica había enviado en respuesta a la de su mejor amigo.

—¡No puede ser! —Exclamó con asombro Jungkook.

—¿Que? ¿Que sucede, Kook? —La mirada de Yoongi se veía tan llena de asombro ante las expresiones de Jungkook.

—¡Eres más alto que ella! —Habló con carcajadas en la boca y golpes en el brazo derecho. —¡Auch, hyung! Lo siento, lo siento pero es divertido.

La carta había sido guardada por Yoongi en el sobre de nuevo y siguió escuchando las risas de Jungkook salir del fondo de su ser.

—¿Algún día se conocerán? —Preguntó con más tranquilidad Jungkook. Yoongi miró incómodo a quien acababa de preguntar y negó con la cabeza:
—No. Me siento bien con las cartas, no necesito más.

Las palabras de Min Yoongi salieron y sus pasos lo alejaron de Jungkook, quien lo miraba con desaprobación.

El castaño despeinado y frustrado por su rendimiento en sus exámenes y por la actitud apocada de su mejor amigo, negó con la cabeza y miró su celular.

—Creo que Eunmi se sentiría mejor recibiendo mensajes de texto y no cartas, Min.

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Love letters to Min Yoongi.Where stories live. Discover now