Capítulo 1

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Era la tarde del viernes al comienzo de su primer semestre de primavera en la universidad cuando Jungkook conoció a el Kim Seokjin. Como con la mayoría de las cosas intimidantes y románticas en su vida, sucedió por una completa coincidencia y, por supuesto, lo tomó con la guardia baja.

Jungkook entró en el gimnasio, arrojó su mochila a uno de los casilleros al lado de la puerta y llevando con él solo la botella de agua, se sentó en una de las bancas. Si hubiera sido una clase por la mañana, seguramente estaría corriendo para llegar, siendo tan difícil como le era despertarse. Pero ya que era un curso de levantamiento de pesas para principiantes por la tarde, Jungkook llegó casi 15 minutos antes. Jugó en su teléfono mientras uno por uno varios hombres de voz profunda y diferentes niveles musculatura entraban en la habitación. Uno de ellos agitó la mano y saludó a Jungkook cuando pasó a su lado, habían tenido juntos un par de clases ya que tenían la misma especialidad: gestión deportiva; pero la mayor parte del tiempo se quedó solo con sus memes en 9gag (1).

Aproximadamente cinco minutos antes de que comenzara la clase, un viejo ruso de baja estatura, vestido con un traje deportivo rojo y negro, entró tirando su mochila al lado del banco azul que se alineaba en la pared principal y examinó la habitación de manera casual. Sus ojos se encontraron con los de Jungkook, curvando su cara arrugada hacia arriba en lo que Jungkook sabía por experiencia era una sonrisa, pero que a primera vista podía parecer una mueca.

"Ah, John. Nos volvemos a encontrar". Dijo el hombre, palmeando a Jungkook en el hombro. Jungkook sonrió, mirando sus rodillas y tratando de no parecer demasiado divertido. El hombre había malentendido su nombre el primer día, y siendo una persona tan tímida como era, no había tenido el valor para corregirlo. Parecía que realmente le agradaba Jungkook, e incluso lo molestaba un poco en clase, solo para ver si podía mantenerlo desafiado cuando destacaba en ciertas áreas más rápido que sus compañeros, algo que Jungkook disfrutaba usar para avivar la llama de su gran - y silencioso - ego.

"Hola, profesor Vasiliev."

El hombre frunció el ceño, dándole a Jungkook un ligero golpe en el brazo que casi derribó al delgado chico, repitiendo la acción hasta que Jungkook se echó a reír y se corrigió. "Hola, señor Pasha."

"Quita el señor o te daré un golpe en la mandíbula, mocoso." Bromeó Pasha, alejándose de él para ponerse de pie en la banca de madera azul, mirando a los estudiantes dar vueltas.

"Comencemos, no vale la pena perder los minutos que están pagando sus padres. Traigan sus traseros aquí y formen dos líneas". La clase se movió de un lado a otro hasta que estuvieron separados por la habitación. Jungkook intentó automáticamente pararse detrás de la clase, en la esquina, pero las burlas de Pasha no querían esperar ni siquiera la primera clase. "John, ¿qué demonios intentas hacer? Ven aquí al frente donde pueda vigilarte". Hizo un gesto al frente de la línea, como si estuviera enfadado y Jungkook sonrió mientras cumplía la orden, avergonzándose por toda la atención y, como siempre, divertido por las bromas de Pasha. 

Pasha se agachó, buscó en su bolso y sacó un hipopótamo de plástico azul claro que parecía estar hecho para un perro o un niño pequeño. Le dio un fuerte apretón, haciéndolo chillar estrepitosamente, provocando las risas de algunos de los estudiantes; luego pasó el juguete de mano en mano mientras hablaba. "De acuerdo, debiluchos, bienvenidos a la primera clase de levantamiento de pesas. Si estás en el lugar equivocado... bueno, rezo por tu pobre madre y todas las tonterías con las que tiene que lidiar, porque, ¿cómo confundes esto, con otra cosa?"

Pasha sacudió la cabeza con incredulidad: "Esta es una clase de una hora crédito los viernes de 5 a 6 de la tarde. Sé que la mayoría de ustedes la eligió de último momento para salvar sus horarios, porque ¿quién, además de un anciano como yo, decide reservar sus noches de viernes para sudar en un gimnasio con extraños que huelen a calcetines viejos, cuando podrían estar en la fiesta de alguna fraternidad emborrachándose a más no poder?" Otra vez la risa se extendió por toda la clase. Lanzó el juguete al aire y lo atrapó. "Les dejaré de tarea lecturas del libro todas las semanas, al menos háganme creer que lo leen, porque quiero creer que todos ustedes estarán al día con la lectura. Son fáciles, lo prometo. Es aburrido. Lo sé. Yo lo escribí. Pero complázcanme diciéndome siempre que sí si les pregunto si hicieron la lectura, y tómense cinco minutos mientras están con su novio o novia para llenar los pequeños cuestionarios. Si hacen eso, y se presentan, pueden pasar esta clase."

Llegaste por mí (te quedaste por nosotros) •Traducción•Where stories live. Discover now