Resident Evil: Vendetta.

Capítulo VIII.

Capítulo VIII;Las consecuencias de no seguir sus peticiones por las buenas, sin embargo, eso son solo caricias esperen que se vuelva ruda.

Caminó hacia la puerta somnolienta, frotaba su mano con su ojo izquierdo confundida. Miro la hora en el reloj de la pared;  marcando las 7:04, suspiro y abrió la puerta con el ceño fruncido; notó la cabellera rubia y el semblante serio de aquel hombre que trataba como su hermano.
— Leon, buenos días pasa adelante.
Habló la peliroja con una pequeña sonrisa, era sábado con un clima frío; el día perfecto para vaguear, ver películas y una taza de chocolate caliente con malvadiscos. ¿Por qué el agente la visitó tan temprano?

— Pensé que durarías más en abrir la puerta, me sorprendes Claire.
La nombrada río sarcástica y le indicó a sentarse en el sofá.
— Y ¿por qué estás aquí tan temprano?
— Uhm, bueno. No termine de discutir el tema contigo de tu amiga "Diana".
La peliroja enmarcó una de sus cejas y se cruzó de brazos, su curiosidad florecía, al igual que cierta tristeza; ya iban 15 semanas contadas con exactitud y no aparecía.
— Bien, dime que disparates tienes en tu cabeza.
— No son disparates, son cosas serias y reales. Yo sé que la he visto en algún lado y no fue esa vez que me la presentaste.
— Ajá, y ¿dónde la viste entonces?
— ¡Eso es!  No me acuerdo, pero su rostro me suena...claro, era ella. Claire, ella no se llama Diana, ella se llama Ma–.

Dirigieron su vista al gran ventanal de la sala, una camioneta negra más específico un convoy.
Fruncieron su vista confundidos, las puertas de atrás se abrieron dejando ver a una mujer con máscara de gas y una ametralladora en su dominio, varios hombres de igual forma bajaron con ametralladora apuntando hacia ellos. Claire abrió sus ojos e inmediatamente saltó el mueble escondiéndose detrás de este junto al agente con su revólver en manos.
Mientras la mujer con un megáfono dijo las siguientes palabras: "Dile a tu amiga, que esto pasa por no aceptar el negocio de mi superiora.  Oh, espera, dice lo si sobrevives."

A continuación disparó en dirección a la casa de la Redfield, destrozando prácticamente lo que era el primer piso, con una sonrisa escondida en la máscara la mujer dejó de disparar, se despidió con su mano y junto a los demás hombres entraron a la camioneta con rapidez. Ni siquiera dejando disparar al rubio que salía detrás del sofá destruido, Claire haciendo una mueca de igual forma salió, suspiro y observo aquella herida con un pedazo de vidrio incrustado en su muslo izquierdo. Miro a Leon con la adrenalina en su cuerpo, imediatamente el rubio buscó el boutiquín de primero auxilios en lo que quedaba de su casa.

— Esto es increíble, mi casa ahora es pura mierda, joder.
— Sí, al igual que tu herida, vamos al hospital. No conseguí el botiquín.

La peliroja puso su ojos en blanco y con ayuda del Kennedy entraron al auto del rubio, a llegar al hospital entraron por emergencia. Inmediatamente los enfermeros atendieron a Claire y León se ocupó en llamar al Redfield, notó una mirada en su nuca; volteó con curiosidad mientras colgaba la llamada terminando de avisar a su amigo.
Algo sorprendido y callado miro como la asiática se acercaba a el con curiosidad y preocupación, había visto a la Redfield herida y eso llamo su atención.

— ¿Qué ocurrió? ¿Se agarraron a pelear con vidrios? — Pregunto la pelinegra sarcástica, el rubio negó y miro hacia la puerta en donde se habían llevado a Claire.
— No, nos atacaron en la casa de Claire, destrozaron la casa, lo que es el primer piso.
— Oh, ¿quién?
Soltó Ada mientras se aseguraba con la mirada si el rubio se encontraba en buenas condiciones pero si recibió daño alguno en su cuerpo, algunas cortadas o rasguños era lo máximo en su cuerpo, y raramente su cabello se despeinó un pocl.

— Una mujer, hablo por un megáfono "que le dijéramos a su amiguita que esto pasa por no aceptar el trato de su superiora", aunque iba más para Claire ese mensaje, creo.
Comentó el rubio arreglando su apariencia. Ada bajó su vista al suelo conectando los sucesos anteriores y de todo salió una pequeña conclusión.

— El aviso, el primer teléfono, amenaza de que van en serio, segundo ataque, sobrevivientes... La reencarnación.
Expresó sin sentido alguno para el agente, mientras que esas palabras eran las conclusiones de los acontecimientos. Miro al rubio en silencio y dejó salir un suspiro con pesadez.

— Debo irme, Leon ten cuidado. Si vuelve a ocurrir algo parecido a lo anterior, llámame.
Recordó a Kennedy sobre du último reencuentro, donde le había entregado su número de teléfono y dirección del hotel donde se hospedaba.
Leon miraba confuso a la asiática mientras sentía un pequeño beso en su mejilla para después la pelinegra retirarse ¿ya alcanzó la locura máxima?, lo que le faltaba; Ada Wong se a vuelto loca.