Resident Evil: Vendetta.

Capítulos II.

Capítulo II; Las sobras de venganza aumentan.

Hoy, Viernes 13 de Enero. Se llevará a realizar mi plan falta aún para mi venganza pero, poco a poco. Las cosas bien hechas se hacen de forma lenta, todo esto tal vez suene estúpido. Pero, si estuvieras en mi lugar, pensarías igual. Desde que murió mi padre y Glenn, me he sentido sola, demasiado. Vigilando sus pasos, todo lo que hacen. Por ahora, Redfield y Kennedy se mantienen en vacaciones, pero el primer nombrado no tardará en entrar a su trabajo. La navidad fue linda para ellos, es la primera vez que no paso una navidad con mi papá se siente extraño, pero, ese no es el problema ahora.

Acordé en una cafetería cerca del trabajo de la chica Redfield, prácticamente me encontraría con la persona que me ayudaría en esto, era una persona fuerte y astuta; lo suficiente como para ayudarme en esto. No soy tan orgullosa para hacer todo el trabajo sola, necesito ayuda si quiero terminar con todo esto. Faltaban dos horas para esa pequeña reunión y por eso estaba cerca del lugar. Me mantenía en un parque observaba los niños jugar, las parejas ser felices, las familias compartiendo un día juntos. Pero me sorprendí al ver a mi primera víctima caminar por el parque, iba calmada supongo que se dirigía a su trabajo. Se encontraba demasiado cerca de mi ubicación, ella se detuvo y compró un helado, se acercaba a mí de forma amigable si tan sólo supiera que quiero acabar con la vida de su hermano.

Al estar al frente de mí, sonrío sin mostrar sus dientes la miré de la misma manera y sonreí un poco. — Hola, ¿qué tal? ¿Me puedo sentar al lado de ti? — Dijo mirando por un momento el resto de la banca en la que me encontraba sentada. Sonreí un poco más y asentí ante su última pregunta.

— Hola, todo bien y ¿tú? — Dije respondiendo a su pregunta algo que no me gustaba de este plan es que debía mostrarme extrorvertida, amigable, o sea todo lo que no soy. Debo hacerlo si quería ganar su confianza. En media hora, debía encontrarme en la cafetería con esa persona. Ella se sentó al lado de mí y dio un suspiro para comer de su helado y sonrío. — Sí, me alegro. Pues, todo bien. ¡Oh! Me diculpo, mi nombre es Claire Redfield y ¿tú? — Dijo ella estirando su mano con una sonrisa, la mire con la misma intención, sí, vamos a ser la mejores amigas.

— Mm, soy Diana un gusto Claire — Dije estrechando su mano con la mía, no quiero que ninguno de ellos me conozcan por mi verdadero nombre, al decirle mi falsa identidad ella me guiño el ojo, reí un poco y mire al frente había una niña con un hombre el le compraba un helado. Baje la mirada y suspiré, me duele, me duele. Encendí la pantalla de mi teléfono y observe la hora, abrí mis ojos eran las 16:00, la peliroja hacía algunas de preguntas pero las ignore. La chica Redfield me seguía con la mirada algo curiosa ya que me había levantado de la silla, volteo a mirarla y sonrío, me encojo de hombros y suspiro. Lastimosamente nuestro tiempo se acabó, por hoy.

— Lástima, me tengo que ir. Se me hace tarde, un gusto conocerte Claire. Tal vez, nos veamos en otra ocasión — Dije despidiendo me de ella con un beso en la mejilla. El tiempo pasa rápido cuando quiere, a las 16:05 debía presentarme en la cafetería "Le Cupcake", la mujer peliroja se quedo sentada en la banca comiendo su helado, pude ver como al lado de ella se sentaba una castaña, su pelo era corto y su forma de vestir mostraba una apariencia rebelde; que tierna se demostraba valiente y no es lo que aparenta.

16:04, estaba al frente de la cafetería, entre al lugar nombrado y suspire, divisé a lo lejos una mesa libre, camine a esta y me senté una mesera se acerco esperando mi orden sólo pedí un té helado de limón  y esperar, sólo quedaba esperar. Llegó mi pedido tomé de mi té helado, eran las 16:09 esa persona tenía 4 minutos retardados desde que llegue. — ¿Cuándo llegará? — Susurré para mis adentros levantando mi cabeza hacia arriba observando el techo pasaron horas, minutos, segundos eran las 18:00 indignada y algo enojada decidí en irme del lugar, estaba casi vacío el lugar estaban unas 2 ó 3 mesas ocupadas.

— Disculpa la tardanza Miss Gómez, tenía asuntos pendientes — Escuché una voz femenina detrás de mí, la mujer se sentó al frente de mí, llevaba un vestido color rojo, algo corto, sus tacones negros resonaban contra el piso al caminar y unos lentes de sol, haciendola notar más misteriosa e incluso más de lo que es.

—  Tranquila Miss Wong , valió la pena haberla esperado — Confesé de la misma manera formal que ella, el cuerpo ajeno cruzó sus piernas al sentarse al otro lado de la mesa, quedando frente a mí, quitó sus lentes mostrando a la humanidad sus ojos avellana claros con toques verdosos, hermosa combinación de colores. — Y bien, ¿a qué se debe nuestro encuentro? — Preguntó directo al grano la asiática, reí un poco y acomode mi cabello, suspire y la miré de forma juguetona.

— Sólo, quiero terminar lo que empecé y necesito alguien que me ayude en eso ... — Dije sin más, enarcó su ceja y asintió ante mi propuesta. Después de todo ella hace esto para su beneficio le daría una buena pasta después de todo. Ada Wong, gracias por ayudarme en esto.

Pero, aún me queda a algunas personas por contactar después de todo espero que sea un grupo poderoso.