78- Juicios de valor

14.2K 778 254
                                    

Las dos mujeres se miraron, la mujer tranquila, Alba procesando rápidamente lo que estaba ocurriendo allí.

- No sé de qué me está hablando –salió por la tangente la chica joven-.
- Ah, ¿no? ¿seguro? –preguntó cínicamente Marisa-, porque si no me equivoco esta misma tarde creo que esa amiguita tuya y tú habéis cerrado un contrato por una actuación de streptease muy suculenta por cierto.
- ¿Me ha puesto un detective? –le preguntó Alba sintiendo que la furia crecía y crecía dentro de ella.
Jamás se había sentido enjaulada ni manipulada, y no estaba dispuesta a empezar a sentirse así por nadie-.

- No cariño, la verdad es que no ha hecho falta... por suerte para mi hija hay alguien que sí la quiere de veras y que vela por su bienestar, alguien que no es capaz de embolsarse seis mil euros por estar con ella, porque considera que su sola presencia es ya todo un privilegio. Si no fuera por ella, a saber que hubieras conseguido sacarle a mi niña... ni muerta dejaré que te acerques a ella –le terminó de escupir con los dientes apretados y la yugular saliéndose de su cuello por la rabia-.

El ruido de unas copas estallando en el suelo captó la atención de ambas mujeres. Marisa vio reflejada la incredulidad en los ojos de su hija, Alba cerró los ojos antes de girarse para verse reflejada en los de ella.

- ¡Mamá! –la llamó Natalia mientras nerviosamente se acercaba hasta ellas-. ¿Con qué derecho le hablas a Alba así?
- Con todo el del mundo, eres mi hija y no voy a consentir que arruines tu vida –le dijo su madre-.
- ¿Y quién te ha dicho que voy a arruinar mi vida? Además, tú no tienes que consentir nada... yo quiero a esta mujer y ella me quiere a mí....
- Ja, ¿te quiere? No me hagas reír... -se jactó su madre enfrentándose a su hija-. ¿Qué clase de amor es ese? ¿el que se compra con un millón? ¿el que se basa en la mentira?
- Estás muy equivocada mamá, Alba jamás me ocultó a que se dedicaba, ni quien es... siempre se mostró clara y sincera conmigo, y por eso entre otras muchas cosas la quiero –le dijo ella notando que su temperamento empezaba a crecer y crecer-. Que haya sido prostituta no me importa, todos tenemos un pasado, y ella ya no lo es...
- Bueno, quizá no se acueste con clientas... pero para mí que baile desnuda por dinero, es lo mismo –terminó por escupir su madre-.
- ¿De qué hablas...? –preguntó la morena aturdida-.
- Pregúntaselo a tu novia, si tan sincera es, que te cuente que ha hecho esta tarde... -sacó de su tejado la pelota Marisa-.
- Alba... -la nombró ella girándose para mirarla cara a cara-. ¿De qué está hablando?

Los ojos de la rubia se encontraron con los suyos, en ellos pudo ver la inseguridad y el miedo que habían creado las palabras de su madre entre las dos.

- Alba? –volvió a preguntarle-.
- María y yo hemos firmado una actuación esta tarde –le dijo esta aun con los dientes apretados. La sensación de sentirse chantajeada estaba dinamitando su paciencia-.
- Ja, ahora lo llaman así, si al final va a resultar que lo considerarán arte y todo, eso de poner a tono a una panda de pervertidas –murmuró su Madre por detrás-.
- Cállate mamá... -la detuvo Natalia con furia, y al volverse a girar hacia su novia sus ojos parecían fundidos por el dolor-. ¿Alba, de qué tipo de actuación me hablas?

La joven vio reflejado en el mirar de Natalia la decepción. Algo en su interior se alzó como un muro que empezó a separarlas, debatida entre su sentimiento de culpa, y su orgullo por haber sido juzgada antes de tiempo, la dureza de su coraza se irguió por completo.

- Nos propusieron hacer un streptease conjunto, y esta misma tarde acepté. No iba a ocultártelo, sólo se precipitó todo un poco, y tuve que decir que sí –le confirmó-.

Natalia sintió que la apuñalaban. ¿Por qué no le había dicho nada antes? ¿por qué había aceptado hacer aquello? ¿Acaso se arrepentía tan pronto del camino que querían emprender juntas? Ella no quería cambiarla, pero.... ¿cómo iba a poder estar con una mujer que necesitara aquella vida? Aturdida, las inseguridades con las que la vida te mina, comezaron hacer acto de presencia en ella. La morena empezó a marearse. Alba odió a aquella mujer que acababa de manipular sus vidas, aprovechándose sólo por ser su madre. Al ver su inestabilidad, la sujetó...

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now