42- Formas de querer.

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Su boca era apremiante, Natalia empezó a sentirse invadida por aquel licor que destilaba mientras sucumbía a aquella suavidad y sabor exquisitos. El corazón le empezó a golpear con violencia en mitad del pecho, notó el dolor de un ansia que había luchado por mantener dormida durante mucho tiempo.

La alarma se disparó en su cabeza... "no, no..." gritaba su alma maltrecha, pero su cuerpo reaccionó con memoria selectiva ante el roce de Alba que se apretaba contra su cuerpo volviéndola loca. El cuerpo empezó a temblarle, para dejar paso después a un hormigueo eléctrico que se encargó de tensar cada partícula de su anatomía. Empezó a sentir que se perdía en aquella energía que la rubia estaba llamando a golpes de labio y licor. Una pierna de la chica se hizo paso con firmeza entre las suyas, volvió a sentir ese golpe preciso maltratando su entrepierna...

Gimió, el sonido de su voz se quedó vibrando en sus oídos como recuerdo del placer del que se estaba privando... "No, no..." luchaba su alma hecha girones, mientras un demonio crecía como tempestad desde el bajo de su vientre apoderándose de sus entrañas. La cabeza empezó a darle vueltas, atrapada entre aquella boca, aquella pierna y aquel cuerpo que con destreza se apretaba contra el suyo despertándola. Un mordisco en su labio, unas manos colándose por su pantalón hasta alcanzar la carne redondeada de su retaguardia, estrujándole el poco sentido que le quedaba... esta vez no gimió, emitió un gruñido gutural que traspasó a Alba como una lanza afilada.

- grrrrrrrrrrrr....

Todo su autocontrol se fue a la mierda en un segundo bajo aquellas manos. Con una fuerza no esperada, Natalia la abrazó alzándola del suelo mientras sus lenguas se volvían frenéticas en boca ajena. Con unos cuantos pasos, la trasportó hasta la mesa de la cocina... A Alba no le dio tiempo a pensar en el parentesco de su sueño y aquella nueva realidad, pues con un sólo golpe de brazo tiró el centro de mesa al suelo estallándolo en mil pedazos.

- uaaaaaa.... –soltó Alba por la sorpresa del ruido-.

Pero pronto el impacto de su trasero sobre la mesa la hizo callar. Se detuvo a mirar apenas un segundo a la mujer que tenía en frente, los ojos de Natalia estaban oscuros como el alquitrán y en su boca una sonrisa perversa se dibujaba borrando todo resquicio de ternura. "Así que esto es la dinamita" pensó para sí estremeciéndose, mientras alcanzaba aquel cuello que tanto le gustaba dejando un reguero de besos y saliva a su paso, mientras ella notaba como su cuerpo se fundía con aquella boca que quemaba.

De pronto la morena succionó con intensidad... y ella emitió un pequeño grito por el dolor, Natalia volvió a calmar con su lengua la piel dolorida mientras Alba sentía que moría bajo aquel calor. Otro nuevo grito ahogado, ya no sabía lo que le estaba haciendo... sólo sabía que aquel placer doloroso, le estaba haciendo perder el sentido. Trató de buscar aquella boca que la torturaba, pero no la halló, en su lugar se encontró con unas manos que atraparon las suyas guiándolas hacia el techo, para luego ser abandonadas mientras deslizaba con urgencia la camiseta de su pijama en la misma dirección hasta desprenderse de ella.

- Nat.. –suplicó sin decir nada, a la espera de que aquella mujer que se había quedado mirando su piel descubierta hiciera algo con ella-.

Esta levantó los ojos para encontrarse con los de Alba, luego elevó una comisura de su boca haciéndola temblar... A ella aquella mirada la inquietó, pues no la conocía, pero poco pudo pensar si le gustaba o no pues aquella misma boca desfigurada empezó a mamar de ella como si le faltara la vida. Alba gimió recordando cómo aquel combate le hacía sentir, como aquella mujer exquisita le reportaba un placer que ni quería ni podía comparar a ningún otro. Sin esperárselo, le arrancó el pantalón de un sólo movimiento, con tanta violencia y rapidez que no tuvo tiempo de adaptar su calor corporal al frío de la madera.

Sex education. //Albalia.Onde histórias criam vida. Descubra agora