De sueño ligero

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El domingo llegó con más rapidez para algunos y con más lentitud para otros. La familia Kim se encontraba mimándose entre las sábanas, y es que, a pesar de encontrarse un tanto incómodos y acalorados, el amor que sentían entre ellos era mayor, a tal punto que, en la mente de los padres, lo único que aparecía era la imagen de años atrás, donde su tigre era un pequeño cachorro que se negaba a dejarlos solos. La sonrisa no desaparecía de los gruesos labios de Seokjin quien veía como su esposo atacaba con cosquillas a su hijo, era tan dichoso que creía que no era merecedor de aquella felicidad.

En la habitación de Taehyung, el calicó y el conejo todavía se encontraban cómodamente acostados. Era obvio que a mitad de la noche la temperatura los sofocaría, por lo que ambos se encontraban a torso descubierto, rozando la piel ajena entre sus yemas.

Jimin estaba maravillado con la piel tostada de su menor, con la firmeza de sus músculos y aquel marcado abdomen, debería ser ilegal que un adolescente tuviese un cuerpo así, ¡hasta era injusto! ¿Por qué él no podía tener brazos así o inclusive un vientre esculpido? Ah, quizás debería comenzar a hacer ejercicio. Por su parte, Jeongguk estaba más que fascinado con la tersa y pálida piel del felino, sentía que en cualquier minuto éste se derretiría entre sus dedos, incitándolo a recorrer cada centímetro posible para grabarlo en su mente.

–Jimin-hyung, eres un gatito travieso. – Comentó juguetón, bajando sus manos peligrosamente por la curva trasera del rubio.

–¿E-Eh? –

–Tu cola no deja de rozar mi muslo. – Arqueando una ceja, sonrió mostrando sus dientes frontales para lentamente ladearse y acomodarse sobre el gatito.

–¡N-No es cierto! – Automáticamente sus mejillas se enrojecieron dejando sus caricias en el pecho contrario para cubrir su rostro, enrollando su cola en su abdomen para evitar nuevas acusaciones. – ¡Eres malo Kookie! –

–Nunca dije que no me gustara, hyung. – Susurró acercándose a una de las orejas triangulares para dar una mordida en la punta de ésta y apresurarse a lamer por sobre la inexistente herida.

–¡Koo...! – Y su gritito fue cortado por un fuerte ronroneo escapando de su garganta. No era secreto que aquella extensión era sumamente sensible, a todo gatito le gustaba ser mimado.

–Buen gatito. – La voz grave del castaño resonó para continuar lamiendo el pelaje tricolor, sintiendo como su misma cola esponjada se movía de pura excitación, si sus manos no estuviesen en el futón para ayudarlo a no aplastar al más bajo con seguridad estarían quitándole los estorbosos pantalones al minino.

–¡Chicos hora de desayunar! – Seokjin siempre tan oportuno.


🐾🐾🐾🐾🐾


Los menores habían bajado a comer y tomaron turnos para ducharse, quitando las malas emociones junto a la suciedad, casi parecía que el día anterior nada extraño hubiese ocurrido, es más, hasta las marcas de chupetones y mordidas en la piel de Park habían desaparecido. Los híbridos veían un programa de variedades animadamente en la sala mientras los padres Kim se situaban en la cocina, abriendo varios paquetes de dulces para separarlos por color -manía del mayor de todos- y así dejarlos en sus respectivos frasquitos al interior de la alacena.

En medio de las conversaciones, el timbre sonó sacando a todos de su burbuja.

–¡Yo abro! – El de cabello gris elevó sus redondeadas orejas para correr hacia la puerta, provocando una alegre risita en sus amigos. –Oh, hyung. – Mostrando su geométrica sonrisa dio un paso al costado para dejar que ingrese el de cabellos celestes.

I'm gonna bite you [ KookMin ]Where stories live. Discover now