Última cena

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[[ Maratón: 4/4 ]]



Definitivamente Yoongi se había quedado dormido en su estudio mientras componía, porque aquella cena no era más que una repulsiva pesadilla. La peor que había tenido en su joven vida. Los hombres mayores, riendo, bebiendo, charlando con tranquilidad temas rebosantes de odio y discriminación en sus elegantes palabras, ¿y se suponía que ellos serían sus futuros jefes? ¿De verdad había firmado para trabajar con esa gente? Se sentía enfermo. Aunque lejos, lo más horrendo de todo, era ver la expresión de regocijo en la cara de Hoseok, y pensar que él había llegado a besar esos labios, aquellos que ahora se burlaban de él sin una pisca de arrepentimiento. ¿Si hubiese seguido follando con Hoseok y reprimiendo cualquier otro sentimiento y pensamiento se habría ahorrado todo el sufrimiento?

Ya no había modo de cambiar el pasado, por mucho que quisiera.

Min tuvo que desconectar su cerebro por las dos horas en que duró la comida, adquiriendo un modo automático, donde su rostro se mantuvo imperturbable y las palabras que salían de sus delgados labios no eran más que monosílabos, con suerte e hilaba una frase de cinco palabras.

Como era de esperarse a los mayores no les importó, y, de hecho, incluso cuando terminó la cena pareció no importarles en lo más mínimo que Hoseok, Jimin y él permanecieran en la mesa por un rato más.

El pelirrojo puso su codo diestro en la mesa para apoyar su mejilla en la palma de su mano, manteniendo una mirada retadora hacia el compositor.

–Ahora puedo decirlo tranquilamente. – Hoseok arqueó una ceja, saboreando cada una de las palabras. – Felicidades por firmar e irte a américa, por fin nos dejarás en paz. –

–Estás enfermo, Hoseok. – Escupió Yoongi. Ahora estaban solos, no tenía que mantener la compostura, no tenía que fingir absolutamente nada.

–Oh, ¿qué cosas dices, Yoongi boongi? – Comentó entre risas. – Yo estoy perfectamente bien, y ahora que no tendré que verte en corea estaré mucho mejor. – Suspiró llevando sus manos hacia su pecho. – Admito que será algo abrumador verte en televisión cada noche pero nada que una buena película no pueda solucionar. –

Jimin se encogía en su asiento, aquello no se veía bien, nada bueno saldría de ello.

–Ya déjate de juegos, Hoseok. – Las manos de Min impactaron en la mesa haciendo sonar los platos y su cubertería que aún no era retirada. – ¿Por qué mierda hiciste esto? ¿Éste era tu puto plan desde un principio? –

–Vaya. – Parpadeando un par de veces ante la exaltación del contrario, carcajeó una vez más. – Me estás dando mucho crédito, es tu talento después de todo, ¿no? ¿Acaso no recuerdas que una vez después de que te acostaste conmigo me dijiste que algún día esperabas hacerte conocido con tu música? Bien, yo sólo te ayudé a conseguirlo, ya sabes, por los viejos tiempos. –

Jung quería fastidiarlo, y sí que lo había logrado.

Lo siguiente que se escuchó fue el sonido de las copas y platos impactando con el suelo. Yoongi no perdió más tiempo y se abalanzó sobre la mesa sólo para tomar del cuello del traje al pelirrojo, acercándolo a su rostro, para por fin devolverle el golpe en la cara. Su puño impactó con irá contra el rostro del ex bailarín.

Jimin gritó sumiéndose en pánico. Poniéndose de pie enseguida, sólo para retroceder, sabía que si intervenía sería peor.

El estruendo continuó, cuando Hoseok se soltó sólo para rodear la mesa y dirigirse hacia el pelicyan. Si le había partido la cara una vez, podría hacerlo con seguridad una segunda y hasta una tercera vez.

I'm gonna bite you [ KookMin ]Where stories live. Discover now