71- A cara de perro.

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- ¿qué? –le preguntó-.
- No, nada, nada... quieres seguir teniéndola en la cuerda floja, tú misma...  me pediste que fuera "muda" y yo, cumplo –le soltó con retintín-.
- Quieres soltarlo coño.... –le espetó Alba poniéndose nerviosa-.
- Mira, pues te lo voy a decir... ya sé que el trato era que no te contara como estaba Natalia para que no influyera sobre tu decisión respecto a ella, pero te lo voy a decir en tu propia cara porque es que si no reviento... la tienes jodida que te cagas, ha perdido kilos, no duerme y va matada de trabajo, en definitiva se ha tirado un mes de perros y no se lo merece, y todo porque eres una "japuta" cobarde que la ha tenido completamente incomunicada y yo una subnormal y mala amiga, porque lo que tendría que haber hecho era haberte mandado a la mierda, y haceros una encerrona para que os hablarais por teléfono.  ¡Tiaaaa... que está muerta contigo!, y tú con ella, deja de hacer el gilipollas y vente echando ostias, porque como la tengas más en este sin vivir te juro que le busco una tía que la espabile, paso de que la trates mal. ¿He sido lo suficientemente clara, o qué?

A la rubia las neuronas se le pusieron en órbita en un segundo, las gotas de información "very important" se clasificaron en su cabeza... Natalia lo había pasado mal, lo mismo que ella, sólo que aquí la causante del mal estar de la morena era su propio alejamiento.

- Cristalina –acertó a contestar a la pregunta de Maria.
- ¿y? –insistió, no quedándose conforme-.
- Y la llamo hoy mismo, no te preocupes –le aseguró Alba-.
- ¿Seguro no? –le preguntó-.
- Segurísimo... -se lo garantizó-.
- Vale, lo dejo en tus manos
- Mari? –la llamó antes de que colgaran-.
- Dime –le contestó esta-.
- Gracias por todo... sí, eres una buena amiga –le dijo Alba-.
- Anda calla tonta, yo solo quiero que vuelvas y seas feliz... os lo merecéis, las dos –le dijo su amiga-.

——
Entre un dolor agudo que provenía de su cogote y aquella somnolencia quebrada, Natalia consiguió escuchar su móvil. Estiró el brazo, pero con la luz apagada no acertaba a alcanzarlo.

- Joder... -gimió, viéndose obligada a incorporarse y encender la luz para poder atinar. Sin mirar la pantalla descolgó-. Diga.
- ¿Dormías? –preguntó Alba, que nerviosa como un flan había marcado aquel teléfono tras pasar más de un cuarto de hora ensayando la frase que emplearía de introducción y que no le había servido para nada. Tras notar la voz enronquecida de la morena su estómago se vio sumido en un auténtico tío vivo.
- No, no pasa nada... pero ¿quién es? –preguntó ella desconcertada, pues el efecto del tranquilizante le había proporcionado un sueño profundo que la aturdía. El jaleo del repentino despertar impidió que reconociera la voz de Alba -.

Esta se quedó parada... "¿Ya me olvidó?" se preguntó en un flash de pavor.

- Vaya no pensé que te olvidarías tan pronto de mí –acertó a decir con una mueca-.
- ¿Albi!!!? –reaccionó de golpe-.
- Hola gatita -la saludó esta en un susurro-.

Y acto seguido escuchó un estruendo y un... "joder" lejano.

- Nat? –la llamó-.
- Mierda, mierda... ufff... que daño... joder –escuchó de fondo los lamentos de Natalia-. ¿Y el teléfono?... mierda... mierda...

Alba se debatió entre la risa de imaginarla azorada y la inquietud de no saber si estaba bien. Lo segundo ganó en el peso de balanza y esperó ansiosa a que alcanzara el teléfono.

- ¿Estás bien? –le preguntó cuando la escuchó resoplando en el auricular-
- Si, sí... estoy bien, pero se me desparramó el móvil –le explicó.
- ¿Pero qué ha pasado? –insistió ella aún no calmada del todo-.
- No, nada... nada –se apresuró a decir Natalia y acto seguido notó que se enrojecía un poco-. Me caí.
- Te caíste -confirmó la rubia- ¿De dónde?
- mmm... de la cama –reconoció ya roja como un tomate mientras se frotaba el brazo sobre el que se había caído de lado tratando de atrapar el móvil que había soltado de pronto tras el escalofrío de escuchar a Alba diciéndole "hola gatita"-.
- De la cama -recopiló mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro imaginándosela en situación-. ¿No me digas que vas a necesitar que te ate a la cama cuando vuelva?
- Eh... -a Natalia se le disparó el corazón, quedándose sin habla-.
- jajaja... anda cierra la boca, que te entrarán moscas –le dijo ella imaginándose aquella expresión tan impresionable de la morena , y por un momento sintió que podría dibujar su rostro a pleno detalle, nítida y hermosa como su recuerdo la mantenía frente así. Quería verla-.
- ¿Vuelves? –se atrevió a preguntar Natalia reaccionando-.
- Sí, dentro de un par de días. No iba a avisarte porque no quería que estuvieras pendiente de mi viaje, pero Maria me hizo cambiar de opinión... -le empezó a explicar-.
- Me alegro de que llames -la interrumpió, ya aferrada al móvil como si de un bien preciado se tratara-. Tenía tantas ganas de oírte. Te extrañé

A Alba se le cayeron todas las barreras ante aquella voz segura y dulce que la reclamaba sincera. Cerró los ojos, deseando estar a su lado.

- Yo también tenía muchas ganas de oírte, si no lo hice fue... porque sabía que saldría corriendo hasta ti y no podía –le contestó-. Siento haberte hecho pasar por esto.
- No importa, lo único importante es que tú estés bien. ¿Estás bien? –le preguntó Natalia, mientras la duda de saber si volvería para intentar una relación con ella revoloteaba sobre su cabeza-.
- Ahora sí... -le susurró ella y a la morena se le encendió una llamita de esperanza en mitad del pecho que la hizo callar-. Nat, tenemos muchas cosas de las que hablar, pero no quiero hacerlo por teléfono... en un par de días estaré en Madrid, ¿me esperarás?
- Sí, claro que sí –le contestó ella sin dudar, aunque ese "hablar" la tenía un poco preocupada-. ¿Necesitas que te recoja en algún sitio?
- No, no es necesario. Si te parece bien, ya quedamos y me paso directamente por el piso... de todas formas ya vamos hablando para quedar ¿sí? –le dijo la rubia y a ella se le encendió una bombillita-.
- Eh.. sí, sí claro... pero ¿cómo lo hacemos? ¿tú me llamas? –se apresuró a atar aquel tema de la incomunicación antes de que se esfumara de nuevo-.
- Anota este número... -le avisó Alba-.
- Espera... -le dijo la chica que rauda y veloz se apresuró a buscar boli y papel, al final solo consiguió alcanzar una barra de labios- ya...

Uno a uno anotó los números en el espejo de la cómoda, mientras Alba se despedía de ella unos minutos después. Natalia se quedó mirando aquellas cifras color vino mientras sentada frente al espejo trataba de recomponer aquel desaguisado que había causado la voz de la rubia en su interior.

- Vuelve ...ya vuelve -se dijo para sí-... ¿Ya vuelveee???... –se sobresaltó-. Ostiaaaaaaaa... ostiaaa.... ¡Sólo tengo un par de días!

Se apuró, de pronto salió de su ensimismamiento para fijarse en el aspecto descuidado que había a su alrededor, la casa estaba patas arriba. Se observó en el espejo, " ¿y ahora cómo coño hago yo pa arreglar esto?" se preocupó mientras se contemplaba la tripa y revisaba sus facciones. De prisa se deshizo de la camiseta y se metió en la ducha, era hora de recuperar un poco de apetito y energía si quería conquistarla.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now