003. Desayunando ron.

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Llevaba dos días en Sidney tomando el sol y disfrutando de mis proclamadas vacaciones, cuando Jessica me llamó para decirme que debía conocer a Ashton. Desde que estaba allí, no me había puesto en contacto con nadie, salvo con Miley -necesitaba a mi mejor amiga de mi parte y ella sabía comprenderme y escucharme-, lo que más me sorprendió de aquellas 72 horas es que Luke no se dignó a mandarme un mensaje sabiendo que estaba allí.

Por eso mismo, aquella magnífica mañana de verano, decidí olvidarme de la playa y tomé la iniciativa de ir a ver a mis amigos. Calum, Luke y Michael vivían en un apartamento a las afueras de la ciudad. Llevaban bastante tiempo juntos y nunca llegué a entender cómo ni la policía, ni los bomberos tuvieron que ir jamás.

Cuando llegué, estaba la puerta principal cerrada, aquella que daba al inmenso jardín dónde Alex jugaba persiguiendo a los gatos de sus vecinos, ella era un gran pastor alemán de cuatro meses. Estuve quince minutos tocando al timbre, los tres estaban dormidos y si no hacía algo al respecto, me quedaría allí hasta la una del mediodía. Por ello, decidí saltar la verja. Me dí cuenta de que no había sido una buena idea al instante de hacerlo, la perra pensaba que era un ladrón y corría hacia mí con la intención de detenerme, así que eché a correr buscando una ventana o una puerta por la que poder entrar.

Me caí varias veces, echando a perder mi pelo y mi maquillaje y estropeando mis pantalones vaqueros. Me detuve cuándo vi que Alexandra estaba tirada en el suelo, esperando a que le acariciase y os podréis imaginar que me esperaba cualquier reacción menos esta, pero en fin, dicen que los perros se parecen a sus dueños y ésta era clavada a Calum.

Después de diez minutos de mimos, me dispuse a entrar en la casa, pero tomando un poco más de calma. Tan sólo había una ventana abierta y no llegaba hasta ella sin tomar impulso. Así que salté, salté sin mirar y escuché los gritos de una chica. El suelo dónde había caído estaba frío y me dolía bastante la cabeza, ya que era lo que me había amortiguado. Al levantarme, un cojín voló hacia mí y por culpa del mareo, volví a caer al suelo.

- ¿Quién coño eres? -seguía chillando.- Dios, Luke despierta, alguien se ha colado por la ventana.- o se callaba, o pensaba partirle la.. ¿Perdona, Luke?

- ¿Qué coño pasa?- Rugió el rubio, que todavía estaba demasiado dormido.

- Una fan, creo que es una fan,..- Susurraba la incrédula.

- Es gracioso que me llames "fan", seguramente tú serás una de ellas y después del polvo de anoche, no pudiste dejar de pensar en lo celosa que te sentirías si lo ves con otra.- Le respondí, la idiota sólo me miraba con la boca abierta, cómo si no tuviera palabras con las que contestarme.- Pues no, no soy una fan, chica ¿Y sabes qué? Yo soy tu peor pesadilla. Seguramente te habrás comido mis babas, así que te doy los buenos días. - Dejé que la chica lo procesara todo mientras que le sacaba de la cama a patadas y zarandeaba a Hemmings.- Despierta, perro, despiértate ya si no quieres que te mate. Son las diez de la mañana, abre los ojos princesa.

- ¿Sabes qué? Creo que esto está mal, tú no puedes entrar por...- No le dejé acabar a aquella morena de metro sesenta y sí, no lo decía con retintín, no estaba cabreada o celosa.

- Lo que está feo es que tú aún sigas ahí, él luego tal vez te llame, ahora deberías irte. - Le sugerí.

- ¿Y cómo quieres que salga? La valla está cerrada.

- Pues espera en el comedor, luego iré a abrirte, puedes desayunar algo.

Cuando esa cría salió, cerré la puerta con llave y me senté encima de Luke. Estaba guapísimo, tan guapo que en algún momento pensé que era un ángel. Sabía que por mucho que le llamara, no abriría los ojos sin una buena razón, así que empecé a dejar pequeños besos en su cuello.

|. Amnesia .|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora