Capítulo 13.

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Corre, Eleanor, corre... en dirección a los hermanos Kavinsky.

—¿Recuerdas nuestro viaje a la playa?

Noah se reclinó sobre su asiento y su mirada azul celeste adquirió una nota nostálgica.

—Como olvidarlo —respondió mi hermano y una de sus grandes manos apretó la pierna de Rowen que le sonrió dulcemente— Fue en ese viaje donde nos conocimos.

Ambos se observaron unos instantes como si se devorasen mutuamente y nada más fuese relevante en aquel bendito segundo. Los contemplé en silencio hasta que Noah se incorporó con brusquedad y de sus labios escapó una risa divertida.

—¿No fue también donde perdiste la virginidad con esa alemana? —inquirió.

Con esa simple cuestión logró romper la burbuja del par de enamorados. Robert giró la cabeza con brusquedad hacia su amigo y sus ojos se expandieron por el espanto y la sorpresa.

—¡Idiota! ¡Eso era un secreto! ¿¡O quieres que te recuerde que a ti también te desvirgaron en ese viaje?! ¿Ya ha dejado de mandarte Linda tarjetas todos los años?

La sonrisa burlona que Spellman había mantenido en su rostro se esfumó por completo. Entrecerró los ojos como si de repente estuviese contemplando directamente el sol y no a mi hermano. No pude contenerme durante más tiempo y estallé en estridentes carcajadas hasta el punto de tener que sostenerme el estómago y que las lágrimas aflorasen en mi ojo.

—Que monos, ¿acaso hicisteis un extraño pacto?

Rob se estremeció ante ese mero pensamiento pero Noah no se dio por vencido e hizo lo que mejor se le daba: desviar la atención y poner la situación a su favor. Su rostro recuperó aquella templada calma de depredador y las comisuras de sus labios se alzaron en una mueca divertida y socarrona.

—¿Pretendes seguir el ejemplo de tu hermano pequeña Cole? ¿Quién será el afortunado?

Me calmé de inmediato y le sostuve la mirada retadora. Toda la chispa de gracia se disolvió en mis venas con rapidez y aunque me mataba admitirlo sentí como la sangre me explotaba en las mejillas ante la mera insinuación de Noah.

Lo cierto es que mi mente corrupta de hace un par de semanas sí planeaba dar ese decisivo paso en ese momento en cuestión. Pero ahora...

—¡Por Dios! —Spellman soltó un alarido de dolor cuando Robert le golpeó en el brazo— ¡Spellman! ¿¡Qué coño haces diciendo esas cosas a mi hermana pequeña?! Eleanor lo hará cuando esté preparada.

—Yo podría ofrecerme...

Dicho esto se puso en pie ante la inmediata reacción de mi hermano. Sacudí la cabeza mientras ese par de niños saturados de testosterona corrían como dos desgraciados por el salón. Su relación se iba fortaleciendo con el transcurso de los años pero había cosas que no cambiaban y esas estúpidas y necesarias peleas se repetían casi a diario.

Eran más dos hermanos que dos amigos.

—En cualquier caso, pequeña, usa siempre protección —Troy me guiñó un ojo y siguió con la mirada a sus dos amigos antes de volver a depositarla sobre mí— Aún me sorprende que sigan organizando esa clase de eventos. Lo cierto es que suelen ser un descontrol y cada año amenazan con suspenderlos. Nuestro año casi se incendia media planta del hotel.

—¿Tanto descontrol hay?

El muchacho asintió con gravedad y alcanzó el botellín que degustaba con tranquilidad.

—Mezclas adolescentes, alcohol y poca supervisión y la mezcla es explosiva.

—No es ineludible —intervino Rowen— en mi caso estuve bastante tranquila. Me pasaba las tardes enteras al sol y disfrutando del mar. Por las noches me abstenía de las fiestas más desenfrenadas y escogía en los ambientes en los que mezclarme. Eres inteligente, verás como te las apañas y lo disfrutas. Y quien sabe, quizás encuentres al amor de tu vida.

Kavinsky © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora