58- El rostro de la dinamita

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# Dusk till dawn

Alba la miró a los ojos y sonrió, tenerla allí le hacía estremecer. La morena no pareció retroceder y le devolvió la sonrisa, así que le cogió las manos y se empezó a acercar. Con sus manos enlazadas comenzó a moverse despacio, Natalia la observó, el pulso empezó a golpearla. Alba guió sus manos hacia sus caderas y sintiéndolas se olvidó de ellas para pegarse a su piel de espaldas. Cerró los ojos y se movió al ritmo de la música sintiendo la firmeza del cuerpo de la chica acompañándola. La tortura de su olor empezó a envolverla tanto como la música, y su cuerpo se sintió irremediablemente imantado a aquel calor que emanaba.

Natalia sintió que cada partícula de su cuerpo se ponía en pie, se sujetó firmemente a sus caderas y hundió su rostro en el cabello de aquella mujer, que rozándose contra su piel no podía llegar a comprender lo que estaba despertando en su interior. Cerró los ojos, el balanceo sensual de Alba se le contagió y el mundo empezó a girar.

Esta deslizó sus manos por los muslos de Natalia, necesitaba sentirla cerca. La morena le rodeó con una mano la cintura, la otra fue posada en la cara de Alba que al sentir aquella suavidad se abandonó a su solicitud de control. La cadera de la chica y la suya ya formaban una. Se deslizó por sus piernas y sintió que aquella mujer la acompañaba sin flaquear.

Todo desapareció. Solo estaban ellas dos y aquella sensación creciente de un calor sin control que crecía y crecía. Las caderas parecían líquidas, las respiraciones permanecían bajo el manto del latir de la canción. De pronto Natali no pudo soportar por más tiempo aquel hormigueo atroz, abrió los ojos, y la volteó a ritmo de brazo y talón. Cuando sus ojos se encontraron ya no sonreían, sólo quedaba una pasión callada que los hacía brillar. Cogio las manos de la rubia y se las llevó al cuello para que la agarrara. Alba sintió que la piel se le quemaba cuando deslizó sus manos por sus hombros para luego bajar por su espalda hasta quedarse en la curva exacta de su cima sin invadirla.

Y  todo volvió a empezar. La morena sonrió y la pierna que cuadraba justo en medio de las de su chica se dobló imprimiendo un giro en las caderas de las dos que hizo que Alba bajara y se deslizara por aquel muslo firme que la hizo contener la respiración. Se sujetó a aquella nuca para no desfallecer y se dejó llevar por aquella cadera que ya vibraba de forma distinta y que ahora era la que conducía aquel juego de dos en mitad de aquella pista.
Al volverse a ver en los ojos de aquella mujer, un sentimiento ya vivido acudió a su memoria desde aquella cocina donde por primera vez llegó a comprender, qué rostro podía tener la dinamita.

Las luces se suavizaron con el anuncio de la DJ de una ronda de algo más lento. Alba se detuvo frente a ella con el pulso disparatado y el aliento quebrado... "¿Quién eres tú y qué has hecho con Nat?" quiso preguntar viendo a aquella mujer entera que tenía frente a sí con ojos tintineantes y actitud seductora. Natalia apartó sus ojos de ella durante un instante para localizar a Laura y Bea, ambas bailaban ya abrazadas como el resto de las presentes. Entonces la miró de nuevo.

-      ¿Seguimos? –le preguntó-.

Alba la miró y sonrió. Luego tomó la mano que le tendía y se dejó arrastrar hacia aquel calor ya conocido. Natalia le rodeo por la cintura, ella descansó la cabeza en aquella clavícula firme y la fragancia de aquella mujer la envolvió. Durante un rato, sus cuerpos se balancearon sin más, en quietud silenciosa. Las dos con ojos cerrados, las dos tratando de controlar sus temores, las dos frenando el galopar de sus corazones y aquel grueso deseo que se había instaurado entre ellas.

#Guantanamera.

Una nueva canción empezó a sonar, lenta pero mucho más sugerente...ninguna encontró la fuerza para separarse y continuaron abrazadas sin mirarse. La sensualidad de la canción y su letra empezó a colarse por los poros de sus pieles, Natalia empezó a acariciar la espalda de la chica y ésta suspiró por aquel foco de calor que la recorría. Sus caderas se acercaron, estrechó el abrazo y apartó el cabello que descansaba en el cuello de la rubia... algo iba a suceder.

Sus labios aterrizaron en su piel como si fueran lava, Alba se estremeció al sentir aquellos besos depositarse en aquella zona despejada, se agarró con fuerza a aquella nuca para no caer. Sus manos de empezaron a despertar, acariciaron su pelo, su espalda y su cadera suavemente, mientras que una de sus piernas se colaba ligera y presencial entre los muslos de la rubia. El pulso empezó a martillear expectante, y sus cuerpos empezaron a bailar creando un nuevo sistema de comunicación entre las dos.

El aliento de Natalia tintineó cerca de su oído, cuando sus mejillas se encontraron regalándose una caricia. La respiración quebrada de la morena provocó un gruñido en el foro interno de la otra, que ante la agitación de aquella mujer no pudo contenerse y deslizó sus brazos por aquella espalda hasta conseguir descansar en cerca de aquel trasero que quería estrechar.

-      Albi -susurró su nombre en aquel oído azorado-.

Y esta no necesitó que pronunciara nada más, separó su mejilla de la de ella, la miró brevemente con la mirada distorsionada por su deseo, y atrapó aquella boca entre abierta que tan cerca de la suya aún temblaba por las sílabas articuladas.

La fogata arrancó con violencia en cuestión de segundos. Ni los ríos de saliva, ni el aleteo de sus lenguas en tierra extranjera sirvieron para frenar aquellas llamas que crecieron desde las puntas de sus pies hasta incinerar su razón. El balanceo de sus cuerpos se detuvo en mitad de la pista por miedo a caer, Natalia la sujetó contra sí y acariciándole la nuca no dejó ni un recodo de su boca por saborear mientras sus gemidos se sucedían por la intensidad.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now