48- Olivia Newton John

Börja om från början
                                    

La velada trascurrió entre buena conversación, buena comida y buen vino. Vicky parecía haber dado una pequeña tregua, y Alba parecía calmar el ambiente entre ambas, así que ella disfrutó y se relajó mientras no podía evitar mirar embelesada a la rubia feliz y entretenida entre los suyos. Cuando terminaron de comer, entre todas recogieron la mesa y se sentaron a tomar algún licor en los sofás.

-      ¿Alba, en serio no quieres nada? ¡Un Malibú con piña, por lo menos! Eso es muy suave –le insistía Vicky-.
-      Venga vale, pero cortito –aceptó esta-.
-      ¿Y tú Natalia? ¿Whisky? –preguntó-.
-      No, yo nada gracias –dijo la morena-.
-      ¿Cómo que nada? Si no has tomado casi ni vino, entre Maria y yo nos hemos acabado dos botellas... -rechistaba ella-. Pues por lo menos otro Malibú como Alba, que si no vamos cojas.
-      Bueno vale... jjajja... pero cortito también –aceptó bajo la atenta mirada de la rubia que se había percatado de lo rara que estaba-.
-      ¿Mari, tú whisky? –le preguntó-.
-      Yo lo que tú quieras reina mora –la piropeó esta-.
-      Vayaaa... parece que nos despertamos –se sonrió-.
-      Nos despertamos y lo que haga falta, que estás más buena –se soltó de lengua-.

Alba se rió, y se pegó a Natalia en el sofá para susurrarle.

-      Ahí lo tienes, alcohol y calentón, lengua y manos largas... jajaja... de aquí un rato estamos sobrando tú y yo –le dijo-.
-      Ya veo ya... -asintió y de pronto impulsada por una confianza nueva, posó la mano en el muslo de Alba para añadir-, pero ya se nos ocurrirá a nosotras algo que hacer, ¿no?

Alba sintió que un rayo le caía encima, se le aflojaron las piernas en acto reflejo y se quedó quieta mirándola "¿Qué me está queriendo decir?... porque yo ya sólo entiendo de una cosa... ¡Ay mi madre, estoy más salida que la Mari, pues no me ha parecido qué me está proponiendo mambo!... No, no, no puede ser... jiji... -se rió nerviosa en su foro interno-, estoy fatal, ya todo lo entiendo con un solo sentido"... se debatió entre sus pensamientos, pero por si acaso, no se atrevió a moverse, pues al menos la mano de la morena seguía en su muslo calentándola a fuego lento.

-      ¿Entonces os vais a ir a la sierra toda la semana? –preguntó Vicky mientras les acercaba los cubatas-
-      Eso parece, ¿no? –dijo Alba y luego preguntó a la otra para que lo confirmara-.
-      Sí, es que nos han invitado unas personas con las que trabajo y no era plan de rechazarlo, me conviene –añadió esta con una sonrisa, mientras con su mano de vez en cuando acariciaba aquella pierna-.

Maria sonrió ante la escena, por la pose de su amiga sabía que estaba conteniendo la respiración aunque no se le notara... "Lo siento cariño, pero es por tu bien" pensó y entonces entró en la conversación.

-      Bueno, pero digo yo que todo no será trabajo... que la mente hay que trabajarla, pero el cuerpo también ¿eh Reche? –la pinchó-.
-      Ehhh? – por un momento salió de la delicia tortura de aquella mano-.
-      Jjajaja... ¿Qué si pensais tener tiempo para "esquiar" o no? –le volvió a preguntar con un juego gracioso de cejas?-.
-      Joder Mari... estás pesadita tú eh –le dijo con fastidio-.
-      ¿Esquiar? –preguntó Natalia inocentemente-.
-      Follar, quiso decir follar... pero es que estas emplean una jerga así de fina, hija –le aclaró Vicky, dejandola un poco ruborizada-. Pero tú ni caso, que como ésta es ninfómana, se piensa que todas vamos a ser igual que ella.
-      ¿Ya, cómo que a ti no te gustaría enredarte en esta ninfomanía? ¡eh Vicky! –le tonteó Maria pegándose a ella-.
-      ¿Y quién te dijo a ti, que no estoy haciendo ya mis pinitos? –le devolvió la pelota, echando un trago sin prestarle atención-.

La Mari abrió los ojos y la boca de golpe, miró a las otras dos chicas como diciéndoles: "¿habéis oído esoooo?"

-      ¿Tú? ... ¿Y se puede saber con quién? –le preguntó-.
-      No, no se puede –le cortó en seco-. ¿Yo te pregunto a ti con quién te acuestas?
-      Eh... no es lo mismo –se defendió-.
-      Bueno no es lo mismo, pero hacemos lo mismo... así que no se puede –le espetó-.

Maria quiso añadir algo, pero aquella información la había dejado out.

-      Chicas no arañaros que tenemos invitada –dijo Alba para tranquilizarlas-.
-      Cierto... -concedió Vicky y la rubia tuvo que quedarse con la mosca detrás de la oreja-.

La conversación inevitablemente se desvió hacia otros derroteros menos escabrosos. Eran cerca de las ocho de la tarde cuando Alba tomó la iniciativa de abandonarlas, pues aunque Natalia no había dado signos de incomodidad o inquietud por marcharse de aquella reunión, cada vez tenía más ganas de disfrutar de ella a solas.

Ya en la puerta, Maria se despedía De la Morena... mientras ella lo hacía de Vicky un poco apartadas.

-      Y tú tranquilita, que le estás dando una caña que pa qué –le decía a Vicky-.
-      Vale, vale... me moderaré un poco, pero es que mírala, ni reacciona la tía... aggg... ¡Estoy hasta el moño de que me mire con ojos de mojigata, te lo juro! –le dijo haciendo un gesto de desesperación-.
-      Bueno, es que con nuestra profesión es difícil creer que alguien pueda enamorarse de quienes somos... y si lo juntas, con el tema de vuestra amistad, el pensar en algún tipo de relación más íntima dispara cualquier alarma de seguridad –le trataba de hacer entender-. Es solo cuestión de tiempo, yo no te he dicho nada eh... pero está empezando a reaccionar, y a mirarte con otros ojos.
-      ¿Siii? ¿Qué te ha dicho? –le preguntó emocionada, mientras la apartaba más del brazo para que no las escucharan-.
-      Eso no te lo puedo decir –ponía cara de apuro Alba, y ante la cara de pena de Vicky bajó la voz-, pero creo que el miedo a perder vuestra amistad por intentarlo, parece que le pesa menos que el miedo que siente al pensar que te puede perder en otros brazos. Ya viste como votó con tus insinuaciones.
-      ¿Síiii? Pues menos mal que al menos funciona, porque tú no sabes lo que me está costando esta pose de mujer fatal... y para colmo, el miércoles se pasó por el bar a ver con quien me iba de copas después del trabajo, y acabé enrollándome con Lucía por darle en las narices –ponía cara de apuro-.
-      ¿Qué te enrollaste con Lucía?... – ponía los ojos en blanco-... ¿Con Diva Lucía?
-      Si, ainsss... yo que sé, lleva tanto detrás de mí, y Maria se puso así en plan tan ligón en el bar, que me tocó los huevos cuando se puso con dos rubitas a bailar en plan trío.. Lucía entró, me tiró los trastos como siempre, tú sabes que nunca le di bola, me invitó a bailar y pa que más... nos enrollamos –le contó nerviosa-. Si vieras la cara que puso cuando nos despegamos.... Yo creo que le jodió y bastante.
-      Joderrr Vicky, como para no joder... sabes que esa tía no la traga, y para colmo, vas tú y te la amorras... -le regañó-.
-      Ainsss no me riñas, que ya bastante he tenido que pasar para sacármela de encima... no veas lo pesada que se puso por un poco de magreo la Lucía esta –puso cara de fastidio Vicky-.
-      Bueno, vale... mirémoslo por el lado bueno, al menos ha servido para que se mueva ¿no? –la tranquilizó Alba-.
-      Eso espero, que esto funcione para que me de la oportunidad... porque yo ya no sé cómo voy a hacer para no derretirme.. ¿tú has visto como me mira? .. mmm... ay mi madre, como le tenga que dar otro corte, no sé si podré... con las ganas que tengo de tirarme a su cuello, y lo que no es su cuello, madre mía que está de un bueno que cruje la japuta –sentenció mordiéndose el labio inferior mientras le echaba una miradita a Maria que hablaba con Natalia-.
-      Jajajjaja.... Desde luego, si me llegan a decir a mí, que ibais a estar vosotras dos así algún día... jajajja... -se rió Alba ante su amiga, pues verdaderamente aquellas dos mujeres estaban más pilladas de lo que decían-.

Por otra parte, las otras dos hablaban también lejos de oídos curiosos.

-      Bueno, y tú qué... ¿no te piensas lanzar nunca o qué? –le preguntó a bocajarro Maria-.
-      ¿Cómo? –se sobresaltó ella no queriendo entender lo que le preguntaba-.
-      Joder Natalia, yo no sé a qué esperas a lanzarte, de verdad... me imagino que algo muy gordo y feo te debieron de hacer para que no te relajes, pero tía... que mi Reche es de ley, y tú le pones unos ojitos de estar fundida que te cagas. No sé a qué coño estáis esperando, si las dos estáis como locas de hincaros el diente –le dio con el mazo, para que espabilara-.
-      Es que no es fácil Mari... de veras que me gustaría, pero a pesar de que es maravillosa y me pone todo tipo de facilidades, se me acerca y se me enciende un piloto rojo que no sé como apagar – se mordió el labio, callando lo que no podía decir sobre sus sentimientos ante aquella mujer-. ¡Es complejo!
-      Complejo es todo... y sino mírame a mí con Vicky, me caigo de cama en cama sin preocupaciones, ataduras ni remordimientos, y me topo de frente con ella, que es mi mejor amiga, y en un segundo me pegan un par de guantazos y me doy cuenta que hace tiempo que la miro con otros ojos, solo que no quería verlo... ¿y ahora qué? ¿Me quedo quieta... o me lanzo? Si me quedo quieta conservo nuestra amistad, o quizá no porque ya desperté algo que no se puede borrar así como así, y si me lanzo y no nos funciona, la pierdo de todas formas... y yo no quiero perderla, joder, no quiero –le explicaba echando un vistazo de reojo-. ¡Es complejo! ¿Y qué? Si nos tenemos que estrellar o en tu caso, estrenar, mejor con ese par de bombonazos que encima de que están para comérselas a lametazos, son unas tías de primera que no fácilmente se encuentran. ¡Al menos ellas, no intentaran hacernos daño ni retorcernos el corazón con regocijo! Eso te lo garantizo...

Natalia se quedó pensando en aquello. Evidentemente no podía decirle a la mejor amiga de Alba, que estaba en la misma situación que ella, porque la realidad era que se había enamorado también aun sin ser correspondida, y aun pagando por aquel afecto. ¿Cómo iba a conseguir que su sentimiento convenciera a la rubia para cambiar su vida? ¿Qué derecho tenía ella, a llegar de pronto, volcar un sentimiento en aquella mujer de trámites claros, y esperar a que todo saliera como una película romántica donde se quedaba con la protagonista? No, aquello era realmente más que complejo... no sabía qué hacer ni que sentir... y cuando más cerca la tenía y más ganas tenía de entregarse, más aquel sentimiento la hacía temblar de pies a cabeza no sólo por el miedo a que le rasgaran el corazón entero y jugaran con su afecto, sino también porque si se entregaba y luego aquello terminaba, no sabría como levantarse de nuevo.

Se giró a mirar a Alba, y en ese momento también clavó sus ojos en ella. La electricidad que corría entre ellas aún a distancia era abrumadora. Tenían miedo, no había un camino definido para ellas, quizá la distancia fuera insondable, pero... cuánto deseaban estar juntas pese a todos los contras.

Sex education. //Albalia.Där berättelser lever. Upptäck nu