Un cambio

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Lee Chittaphon.

Leechaiyapornkul Chittaphon.

Recordar su nombre aún le dolía. Le hería la manera en que los ojos de su tío matando a sus padres frente a él regresaba a su mente cuando pensaba en aquel apellido. El ahora era un Lee pero aún le preocupaba la sangre derramada en Tailandia.

Y cuando pensaba en ello, derramaba lágrimas. 

— Hey bebe, Tennie despierta.— Una dulce voz acarició su oído, unos fuertes brazos lo rodearon y se sintió a salvó, en casa.— Bebe, fue solo un sueño.— Dulces besos fueron repartidos sobre su cabello a medida que despertaba.— Está bien, pequeño, yo estoy contigo.

Chittaphon suspiro. El miedo y la pena abandonaron su cuerpo cuando sus ojos se encontraron con los del contrario. La calma volvió a su pecho mientras el otro limpiaba las lágrimas que habían empapado sus mejillas.

— John.— El mayor lo abrazo con fuerza, envolviendo todo su cuerpo con sus largos brazos.

— Está bien, Ten, solo fue una pesadilla.— La mano que acariciaba su mejilla paso a dar suaves pasadas a su cabello.— ¿Ya estás mejor?.— El menor asintió.— Vamos a bañarnos entonces, tienes que ir a tus prácticas en una hora.— El mayor se levantó de la cama y comenzó a ordenar las cosas que estaban regadas en aquella habitación de hotel en la que se encontraban.

— ¿Te bañaras conmigo?.— La pregunta del tailandés lo hizo voltearse y encontrarlo parado sobre la cama extendiendo sus bracitos hacia el con una adorable mueca en el rostro. La camisa que Johnny había traído ese día ahora estaba sobre el cuerpo del más bajo cubriéndole hasta los muslos lo que lo hacía ver aún más tierno.

— ¿Alguna vez deje que te bañaras solo?.— Le respondió acercándose a él y cargándolo en sus brazos para llevarlo al baño.

Se acomodaron en la tina, Johnny reposando su espalda sobre la porcelana y Ten en sus brazos. Eran como piezas de un rompecabezas, encastrado perfecto en el otro.

“¿Alguna vez seré tu oficial?” quiso preguntar el menor pero no se atrevió, sabía que ello traería una pelea y no tenía energía para ello.

Johnny no quería que nadie sepa de su relación, de que era él quien dejaba las marcas en su cuello y pecho, que eran suyos esos carnosos labios que el mayor poseía. Y lo entendía.

Jung YoungHo era el profesor de Chittaphon, y esa debió haber sido la única relación que mantenían.

Nunca debieron enredarse en las sábanas del otro, sus labios no debieron haberse tocado y mucho menos, sus corazones no debieron haber recibido al otro tan a gusto.

No debieron haberse enamorado tan perdidamente del otro.

Por que aunque Johnny no lo digiera en voz alta, amaba a ese chico tan pequeño y adorable pero maduro y sensible. Era la perfección, un ángel caído.

Sabía que debía dejarlo, que no era correcto pero ¿Cómo dejar algo que era lo único que podía satisfacerlo?

Johnny podría conocer a la mujer hermosa e inteligente, al hombre más dulce y listo; pero ninguno de ellos podría llenar sus expectativas de la forma en que el tailandés lo hacía.

Y eso estaba mal. Por que YoungHo le había jurado a sus hermanos que si un Lee volvía a tocar a alguien de su familia el mismo le rompería la boca.

Termino rompiéndosela a besos.

¿Cómo explicarle a las personas que más te adoran que estás enamorado del enemigo?

Con el hermano de la persona que lastimo tanto a DoYoung, el hermano de quien hizo llorar a Yuta durante meses y quiénes dejaron una herida en JaeHyun que no podría sanar.

Ten no entendía eso, y le preocupaba.

— ¿Qué tanto piensas?—  La pregunta del tailandés lo saco de sus preocupaciones, incluso con los mas mínimos gestos, una sonrisa, o una risita, hasta el rose de su voz era suficiente para que todo a su alrededor desaparezca.

—  En lo lindo que eres.—  Mintió besando la cabeza del contrario hasta llegar a su oreja.— Ya deberíamos salir, llegaras tarde a tus practicas.

Cuando ya estuvieron listos salieron de su nidito de amor. Aquel hotel alejado de su barrio, donde nadie que conocieran podría verlos.

Se subieron al auto y Ten controlo el reproductor de música hasta que llegaron a su lugar de despedida, donde la travesía acababa y debían volver a la relación de enemigos que decían tener.

—  ¿Nos vemos mañana?

—  Debo estudiar ya que cierto profesor malvado nos puso un examen sorpresa.

—  Agradece que te avise, la gracia de los exámenes sorpresa es que sean, ya sabes, sorpresa.—  La risa del azabache bendijo sus oídos y le dio mil años de vida.—  Además, te ira bien, sabes tanto ingles como yo.

—  That´s because I have the best teacher in the world.

Johnny no aguanto otro segundo sin besar los labios de su acompañante, deslizándose con su lengua y sintiendo el delicioso sabor a café que se mantenía en la boca del menor.

—  Te veré mañana, si es que el profesor Park no nos deja mucha tarea.

—  Entonces tratare de convencer a mi colega de que tenga un poco de piedad.

Se besaron una ultima vez antes de que el menor se bajara y caminara en dirección a su estudio, siendo seguido por el auto de su protector amante.

Una vez que el tailandés ya estaba dentro del lugar Jung pudo marcharse tranquilo a su caótico hogar.

Chittaphon saludo a sus compañeros y se dirigió a donde su mejor amigo estaba parado junto a los casilleros con rostro de cansancio, cabello despeinado y varias marcas que luego deberían maquillar.

—  ¿Por qué luces como si acabaras de tener sexo?—  La respuesta no tardo en llegar.

—  Tu hermano se puso caliente en el auto y no podía dejarlo así.

—  ¿Lo hicieron en el auto?

—  Recuerda no sentarse en los asientos traseros.—  El menor se volteo y camino hacia donde el profesor los llamaba, Ten aprovecho que su amigo se volteo y le dio una nalgada haciéndolo chillar.—  ¡Oye! ¡Tu hermano fue muy bruto hoy y me duele!

—  Si claro, cuando es un bruto es mi hermano.

—  Hablando de brutos...

— Todavía no hay avances.—  Resoplo el mas bajo comenzando con el calentamiento.—  Pero tengo el presentimiento de que pronto va a cambiar.

—  ¿Y si no lo hace?

—  Yo no salí del closet solo para volver a ser encerrado en un armario, quiero vivir el amor, salir a dar paseos al parque y tener a alguien que me cuide cuando enfermo.

—  Pero si yo siempre te cuido cuando enfermas.—  Reprocho el castaño.

—  Tu novio nos cuida, por que si yo caigo tu caes conmigo, perra.—  El profesor los obligo a dejar de hablar para iniciar con la coreografía.

Ten suspiro mientras dejaba sus preocupaciones salir en los delicados y agiles movimientos que hacia. Pero había algo que permanecía en su mente...

Realmente esperaba que las cosas cambien pronto.

[Ando soft con el JohnTen, sorry not sorry]

Como Perros y Gatos [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora