40- Fuera de todo pacto.

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Sofía se dejó enredar, pidiéndole que se quedara un poquito más con ellas, y la morena se vio encerrada entre aquellas mujeres, aunque sólo era una la que la tocaba y la ponía nerviosa. "Albi... ven, por favor, por favor." Rogaba en silencio, mientras notaba como la desesperación crecía y crecía por no poder empujar con rabia a Virginia lejos de ella.

Mientras, en el otro lado de la sala, Alba por fin consiguió las bebidas.

- Oh, gracias... no, no... sin limón, así está perfecto –le decía al barman, y se dispuso a llevarle la copa a su compañera, cuando Laura y Bea se cruzaron con ella-. Eiii, habéis vuelto.
- Y parece que no somos las únicas que hemos aterrizado. ¡Qué morro le echa! ¿con quién habrá venido? Porque nosotras no la invitamos, ¿no cariño? –decía Laura mirando hacia donde estaba Natalia-.
- ¡Claro que no! Como la voy a invitar estando Natalia –le corroboraba Bea-. Creo que ha venido con Clara.
- ¡Eso lo explica todo! ¡Tal para cual! –sentenció su mujer con el temple serio por primera vez en la tarde-.
- ¿De quién estáis hablando? –se alarmó Alba-.
- ¿Eh? ... -Laura y Bea se giraron hacia ella algo confusas-.  Bueno, de Virginia Álvarez, la ex de Natalia, pensé que... -Laura vio que Alba se giraba a toda prisa hacia donde estaba la chica- Creí que la conocías ya.

Alba vio como una mujer delgada, de pelo rizado y castaño cogía a Natalia por la cintura. La cara de la navarra llevaba impresa tanto una frialdad glaciar como una especie de ganas de vomitar, notó como toda la sangre se le subía a la cara. Sin despedirse, salió con paso firme hacia allí.

- Pensé que lo sabía. ¡Si estaban en todos las revistas de cotilleos! ¿Cómo no puede saber que era su ex? –decía Laura a Bea sin entender, se sentía desconcertada-.
- La verdad es que es raro cariño, además tú cómo lo ibas a saber... -la tranquilizó Bea abrazándola, mientras las dos se quedaban observando la escena que sin duda se iba a presenciar-.

- ¿Entonces fue bien la presentación de los nuevos vinos, no? –preguntaba Sofía, pues Virginia acababa de decirle que era el último sitio donde se habían encontrado Natalia y ella-.
- ¡Todo un éxito! –decía mientras preparaba sus mensajes subliminares-. Los vinos han salido de escándalo, la prensa se lució haciendo unas "fotografías" preciosas, muy esmeradas, y bueno nuestra amiga como siempre... estuvo espléndida, sobretodo al final de la velada -apuntó directa al recuerdo de aquel gemido de la morena-... ya sabes que tiene una voz preciosa, profunda y suave.

Sofía la miró un poco raro por como miraba su amiga en común, y por la tensión que ésta presentaba en el rostro. Sin embargo, Natalia siempre había sido la más formal de las tres, y ella hacía mucho tiempo que no las veía como para poder interpretarlas. De pronto alguien las interrumpió inesperadamente.

-       ¡Ufff! ¡Casi no llego, la barra está de lo más concurrida! –empezó a decir Alba con una sonrisa desbordada y gran jovialidad. Natali volvió en sí aliviada al ver como se pegaba al lado que Virginia no abarcaba junto a ella-. ¡Toma, mi vida! ¡Es que se había terminado el hielo!

Le dijo coqueteando con ella, con esa complicidad que no pasaba desapercibida. La morena se concentró en ella, pues era el salvavidas que sin duda la sacaría de todo aquello.

- ¡Gracias cariño! Pensé que ya te habías olvidado de mí –le dijo pasándole el brazo por la cintura, ante lo cual Virginia se separó de ella sorprendida. Que hubiera alguien en la vida de Natalia, no se lo esperaba-.
- ¡Como para olvidarme, gatita! –le dijo ella con una dulzura y deseo que en realidad no fingía-.

Entonces la morena, inesperadamente la besó en los labios buscando un alivio desesperado a aquella intranquilidad y nerviosismo que se había apoderado de ella por culpa de la presencia de su ex. Quería alejarla muy lejos de ella, no sólo físicamente, sino también de su mente y de las magulladuras de su piel. Alba le correspondió entendiéndola, a pesar de que aquel beso no era de los pactados, y de que su lengua buscó con cautela y temor, alivio en sus recodos. Por suerte para ella, Natalia no se demoró en aquel beso, aunque su pulso se aceleró del mismo modo que si la hubiera besado durante horas.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now