Maria las miró a las dos sin entender, de pronto se soltó de Vicky.

- Ehhh... que yo me pirooo con Natalia y Alba, que vamos a hacer un trioooo... ¿esoo es delitooo poliii? –le preguntó sentándose al lado de Irene que le sonrió haciéndose cargo de la situación-.
- Si lo es, no voy a decir nada –le dijo Irene-.
- ¿¿Zabees?? No te invitooo porque no ze si con tres coñosss podríaaaa... que zi nooo... -le soltó a bocajarro-.
- ¡Ay Dioooooosssss! –gritaron a la vez Vicky y Alba, y corrieron a cogerla, se estaba desbocando-.
- Venga vamos –le dijo Alba-.
- ¿De verdad que no quieres que me ocupe yo? –le preguntó Vicky un poco preocupada de verla en ese estado-.
- No, tranquila, nosotras somos dos y tú estás con Irene –le dijo Natalia tranquilizándola-.
- Bueno pues... llamarme mañana para ver como quedó la cosa –les dijo-. Y tú, haz el favor de portarte bien... que tajada más tonta has pillado, gilipollas.

Maria le sonrió, luego aprovechó un momento en el que el tío vivo que había en su cabeza se detuvo para dar dos pasos y plantarle un pedazo de beso en todos los morros. Vicky se quedó paralizada, luego se sorprendió a ella misma respondiendo al beso. Irene se quedó boquiabierta de ver que aquello era un beso con lengua en toda regla, Natalia y Alba se miraron llenas de sorpresa. Ambas chicas al final se separaron.

- ayyy la oztiiaaaaa.... ¿quién le ha daooo el play a las violasss??? –dijo la Mari desconcertada-.

Vicky estaba en estado de shock tapándose la boca con la mano y sin atreverse a mirar a Irene, sabía que tendría que darle una explicación. Alba la miró, Vicky la miró a ella con cara de... "no digas nada, no digas nada"... Maria trató de volverse a arrimar, pero Alba entonces la sujetó.

- Anda fierecilla... vámonos a dormir, que ya has montado el espectáculo suficiente –le dijo y Natalia la ayudó para guiarla-.

Entre dientes Maria salió del local y se metió en el descapotable de su amiga. El aire de la calle, le sirvió para despejarse un poco, mientras las tres ponían rumbo hacia el apartamento de la morena .

El sacarla medio dormida del coche y subirla hasta el piso, fue toda una odisea. A aquellas alturas de la noche le había subido tanto el alcohol que su cuerpo era casi un peso muerto que entre las dos casi no podían sostener.

- A ver Mari... no arrastres los pies cariño, que no llegamos –le decía Alba mientras la sacaban del ascensor-.
- ¡piiieezzzz... piezzzz! –decía articulando mucho con la boca-.
- jajaj... anda déjame a mí, sino no llegamos nunca –le dijo Natalia viendo que no podía dar ni un paso-.
- ¿Qué vas a hacer? –le preguntó la rubia cuando Natalia la apartó de ella-.
- Toma, ve abriendo la puerta –le dijo ofreciéndole las llaves, y obedeció en cuanto vio que cargaba a Maria en su hombro como quien lleva un saco de patatas-.

"Virgeeeeennn santaaa... ésta se me deslomaaa en un momento y no veas el plan..." quiso gritar Alba, pero visto lo visto, maniobró rápidamente para abrir la puerta y encender todas las luces. Natalia se introdujo en la vivienda con más soltura de la que ella esperaba, portando hasta el dormitorio principal, a una Maria que no dejaba de decir...

- Culoooo... culooooo...

Pues desde lo alto de aquella mujer, estaba claro que no veía más que aquel trasero que a Alba la traía loca. "Será hija putaaaa... la suerte que tiene la salida ésta de pillarse un pedo", pensó mientras Natalia la bajaba  de lo alto y la dejaba en la cama.

- jajaja... Pesas un huevo, ¿lo sabías? –dijo entre risas mientras la miraba -.
- ¡Tiaaaa wenaaaaa! –le ladraba Maria con una castaña que no se veía-.
- jajajaj... sí, sí, lo que tú digas –le decía ella muerta de risa-. ¡Ésta va a caer ya mismo!

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now