- jajajaj... cariño, todo es cuestión de pedírselo –le dijo Alba y su amiga la asesinó con la mirada-.

- Hemos quedado esta noche, la quiero llevar al Dulcinea después de trabajar, ¿irás? –le preguntó Vicky a la pequeña-
- Aún no lo sé –le dijo y volvió a pensar en aquella nota que había dejado Natalia dónde mencionaba su cita nocturna-. ¡Es probable!

- ¿Cómo que es probable? ¿Tienes algo mejor que hacer a caso? –le preguntó Maria contenta de cambiar de tema-.

- ¡Estoy con Natali! Tengo que ver qué quiere hacer ella esta noche primero –dijo, y con ese "estoy", Maria entendía que trabajaba, aunque lo que no tenía muy claro era si para ella se trataba de trabajo o de placer-.

- ¡Esa si es una Diosa! ¡Me la tienes que presentar! –le dijo Vicky, y Maria volvió a mirarla perpleja, "¿pero qué coño le pasa a esta y sus hormonas últimamente?", pensó para sí -.

- Claro que sí, si vamos, te la presento –le dijo su amiga-.
- ¿Sigues quedándote a dormir con ella? – le preguntó Maria-.
- Sí, en su caso es necesario –dijo y trató de evitar mirar a su amiga, pero no le sirvió de nada-.

Maria se puso a su altura y se sentó en la mesa, acercándose por primera vez en toda la tarde a su amiga, pues había estado demasiado entretenida mirando a Vicky.

- Llevas varios días muy rarita y apenas te veo, ¿qué habéis estado haciendo? –le preguntó interrogándole-.
- Oh, sabes que eso no te lo voy a decir –le dijo ella con una media sonrisa, y trató de mirarla directamente-.

Maria se la quedó mirando tratando de indagar en la verdad. El silencio la puso nerviosa, así que lo rompió.

- ¿Qué, crees que tienes rayos X o algo? –atacó con la ironía-.

Maria no contestó, siguió mirándola. Alba se empezó a impacientar.

- Venga ya, no me mires así joder, que parecemos gilipollas mirándonos –le dijo y trató de apartar la vista-

Pero antes de que girara la cara en dirección a Vicky, Maria se la cogió con una mano.

- ¡¡¿La has besado?!! –le preguntó con los ojos saliéndose de sus órbitas-
- ¿Quéeeeeee??? –Alba no pudo evitar sobresaltarse "cómo... cómo....", no atinaba a entender como había dado en la diana-.

Su amiga le pasó el pulgar por los labios.

- ¡Dioossss, cómo no me he dado cuenta antes! Si tienes los morros destrozados... ¡Joder, Reche, te has estado morreando con esa tipaaaaaaaa?? ¿diiii coño, diiiii? –estaba fuera de sí, pues sabía mejor que nadie que significaría aquello para Alba-.

Ella quiso defenderse a toda costa, retiró de un manotazo la mano de la rubia de su cara y se puse de pie de un salto. Vicky miró la escena con asombro, pues ella nunca se enteraba de sus trabajos, aunque sabía que aquella regla para ambas era inquebrantable. Aun recordaba la bronca que Alba le había dado a Maria aquella vez en la que su amiga la rompió cayendo en los brazos de una cliente que no sólo la utilizó, sino que la dejó destrozada una vez supo que tenía poder sobre sus sentimientos. Desde entonces ellas dos siempre se protegían al respecto, para no tropezar en la misma piedra.

- joder, noooo... ¿pero qué coño te pasa? –le dijo tratando de encontrar un escape rápido-.
- A mi escapaditas no, eh... te lo advierto, ¿la has besado? ¿sí o no? –le preguntó la Mari de nuevo-.

Alba sabía que si confesaba no dejaría de asediarla, y no le apetecía nada explicarle una y otra vez, que aunque la hubiera besado no era importante porque sólo había sido fruto del calentón. "Todo está controlado... yo no voy a enamorarme de Natalia, no soy como tú" se dijo a sí misma, pero respondió no plantando cara.

Sex education. //Albalia.Where stories live. Discover now