VII

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Habían pasado algunas semanas desde el que era, según su memoria y ese hormigueo en su estómago, uno de los mejores días de su vida. Si bien Chaeyoung no era precisamente una chica que le agradara, era hermosa y tenía unos labios tan suaves; además le encantaba ese lunar cerca de su boca que sólo demandaba atención. Mina sacudió su cabeza. No había podido sacarse de la cabeza a la vocalista y sus labios que parecía, estaban creados para unirse a los de ella. Suspiró. Si tan solo todo fuera color de rosa.

El examen para el internado estaba más cerca de lo que pensaba y con la chica metida todo el día en sus pensamientos, no podía concentrarse al 100 porciento. Y para su mala suerte, algunos de sus compañeros comenzaron a hacerle bromas por el supuesto romance. No se imaginaba por lo que la artista debía estar pasando. Había hablado con Sana sobre el estado de Dahyun y parecía ir excelente, sus resultados mostraban una pronta recuperación y, aunque no estaba al 100 y tenía que usar un bastón la mayoría del tiempo, se veía contenta. Eso le alegraba, ver a las chicas juntas y ayudándose a superar cualquier situación.

Le había pedido el número, o alguna forma de contacto, de la vocalista a su amiga, pero Sana se había negado. Y eso le molestaba. A pesar de que le explicó que no podía dar ese tipo de información, Mina estaba molesta. Se encerró esas últimas semanas en su habitación, o cualquier lugar alejado del ajetreo de los estresados estudiantes de la facultad.

Eran los últimos días del semestre y después, presentaría su examen de ingreso al internado. No estaba nerviosa, pero no podía evitar ser pesimista ante tremendo desafío. Salió del aula rápidamente, ignorando las miradas y los hirientes comentarios que la gente susurraba. Estaba harta de eso, de que todos tuvieran una opinión sobre su vida, sobre la vida de Chaeyoung.

- ¡Espera!- escuchó una voz detrás, no se detuvo, podrían estar hablándole a cualquier otra persona, o incluso peor, sería algún paparazzi buscando entrevistarla, ya había pasado las últimas semanas y eso la tenía estresada. -¡Mina espera!- se detuvo cuando reconoció la voz, se trataba de su amigo Wonho.

Sonrió cuando el agotado chico la alcanzó. Mina estaba por seguir su camino cuando su amigo la detuvo.

- E-Escuché que le pediste u-un número a S-Sana- habló entrecortado, recuperando su respiración. Mina lo observó extrañada, sabía a qué se refería pero no lo diría en voz alta. Asintió. - Yo no tengo su número, pero puedo llevarte a ella- Wonho sonrió, era un gran chico. Mina lo abrazó.

- Gracias Wonho, eres el mejor- él sólo río un poco.

- Pero deberás ayudarme a estudiar- el hizo la seña de thumbs up y Mina sonrió de lado, no sería fácil, pero valía la pena. La estudiante mantuvo su brazo en los hombros del chico mientras caminaban.

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- Vamos Wonho, observa la sintomatología y piensa- Mina masajeó su sien, se estaba estresando, su amigo tenía lista la parte téorica de la mayoría de las especialidades que requerían cirugía, pero en cuanto a las especialidades de clínica era un asco.

- Es fácil para ti Mina, tu amas la aburrición, serás una excelente psiquiatra algún día- Wonho suspiró y se recostó en el escritorio. Estaban en la habitación de Mina y no habían salido por casi un día entero. Mina se levantó de la silla junto al chico y se fue a la cocina.

- Creo que sólo tienes hambre- dijo con una sonrisa, ofreciéndole un tazón de zanahorias bebés a su amigo. - Vaya- y observó la hora. - Son las 7, ¿Quieres descansar un momento?- el chico asintió. Llamaron a Sana por videollamada y estuvieron muy contentos cuando la chica les dijo que iría a estudiar con ellos tan pronto dejara a Dahyun en su casa.

Break it Once, Fix it Twice | [Michaeng]Where stories live. Discover now