|Capitulo 59|

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Oh maldita sea, mi cuello. ¿Dormí sobre de una roca? No, probablemente hubiese dormido mucho más cómoda sobre una roca. 

Gruñí antes de abrir los ojos y sobé mi cuello para intentar calmar el dolor.  Tuve que refregar con fuerza mis ojos para creer lo que estaba viendo, porque de verdad pensé que ayer había soñado todo lo que pasó, en serio. 

El perfecto Luke Hemmings y su hermosa cara adormilada eran las excusas ideales para comenzar un domingo lleno de tarea y mejores amigas chillonas, de buen humor. Su rostro era, sin lugar a dudas, la cosa más hermosa que había visto jamás. Pero dormido... Superaba todas mis expectativas de la palabra 'perfección'.  Ojalá se quedara así para siempre sin decir una sola palabra, sin abrir la boca, sin ser un vampiro, sin morder a las personas cuando menos se lo esperan, sin cagarla cada vez que dice algo. Ojalá él fuera normal.  Me golpeé mentalmente por lo que estaba diciendo y desperté a mi cerebro de una sacudida. A mí, me gustaba Luke como era, y no cambiaría ni una sola cosa de él. ¿A veces me irritaban algunas de sus actitudes? Sí, pero a todo el mundo le irritan cosas de los demás. Obviamente yo irrito a todo el mundo, así que quejarme de Luke era ser una hipócrita cien veces más. 

Con cuidado, e intentando no despertarlo, saqué mi brazo el cual estaba dormido porque él lo había utilizado como almohada, un gesto que me derritió por completo. Agité con fuerza mi mano intentando despertarla mientras él seguía durmiendo. Con su cabello desarreglado y rebelde, y sus labios entre abiertos que me estaban haciendo doler el alma. No veía la hora para que abriera sus hermosos párpados y que dejara al descubierto sus ojos Azules y somnolientos. Eso sí sería la perfección, y yo, ya estaría oficialmente muerta. Ya me había hecho suspirar de tan sólo imaginármelo.  Me quedé mirándolo dormir al menos unos veinte minutos que parecieron tan sólo segundos. Luego, cuando decidí que ya parecía una estúpida acosadora y me asusté de que pudiera sentir mi mirada y se despertara, me paré y caminé al baño a buscar una aspirina, porque imaginé que cuando despertara, querría golpear su cabeza con un martillo. Definitivamente ayer había tomado mucho. Después, caminé a la cocina y serví un vaso de agua. Antes de volver a mi habitación, comprobé que Tris seguía durmiendo como un tronco. Lo dejé en mi mesita de luz y me quedé mirándolo dos minutos más. Hasta que mi teléfono comenzó a sonar con fuerza y maldición que no sabía en donde estaba. Corrí por toda mi habitación buscándolo por donde sea, pero no aparecía. Y tampoco quería perder la llamada, porque tal vez era algo importante, no lo sé estaba desesperada. 

Ayer por la noche... Apagué la música para que Luke pudiera dormir como un ángel y después... ¿lo dejé en...? 

Me apresuré a chequear la cama con mi vista porque no quería despertarlo y me sorprendí cuando vi mi hermoso teléfono en el trasero de Luke.
Dos preguntas rondaban por mi cabeza. Una no la voy a decir, porque tampoco quería contestarla. Y la otra era: ¿cómo mierda había llegado mi teléfono hasta allí?  Bueno, todos tenemos que hacer sacrificios de vez en cuando. 

- ¿Hola? - contesté después de haber pasado el mejor momento de mi vida.

Sí chicas, era durito y redondo.
Jodidamente hermoso, y esperaba que fuera mío para siempre.

- ¿____?- reconocí la voz de Calum al instante. - Tenía un mensaje tuyo que decía que te llame en cuanto me sintiera mejor. Y ya me siento mejor, así que... - Sonreí porque me lo imaginé haciendo las tareas de la escuela mientras hablaba conmigo por teléfono e intentaba quitar el suero que, supuse, todavía tenía conectado a su brazo. 

- Oh, hola Cal, ¿cómo estás? - susurré para no despertar a Luke y salí de la habitación, apoyándome en la puerta de mi cuarto .

- Bien, ¿por qué estamos susurrando? - reí, ahora con tono normal. 

Luke; lrh |Adaptacion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora