capítulo 2

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Me quedé en shock, no sabía si esto era una broma. Vaya que el señor Christopher Bang era rico. Tal vez si elegía un carro me cobraría después, ¿y si el cobro no era de dinero? Y sí intentaba ser mi sugar daddy.
Por Dios, Jisung, no pienses idioteces, aún ni conoces al hombre, concéntrate. Podría ser que lo hacía con todos los egresados como un posible regalo.

—¿Puedo elegir cualquiera?– pregunté aún confundió y él solo asintió, tal vez este señor sabría algo.– ¿Sabe para qué tengo que elegir uno?– me le quedé viendo, apuesto que mi cara le daba gracia, no entendía nada.

—No puedo decirle nada, el jóven Bang se lo dirá en su despacho.– ¿jóven? ¿Qué no ese era el jefe del Distrito?–. Cuando usted elija uno viene conmigo para el papeleo, después ira al despacho del jóven Bang.– dijo con una voz suave y mostrando una sonrisa, de esas que te recuerdan a los empleados de McDonald's, solo que más elegantes.

Solo asentí y me acerqué a los autos. A mis simples ojos los veía como carrosas de los mismos dioses, que claro, nunca podría pagar, pero ahora tenía una oportunidad, aunque todavía no estaba tan seguro de cómo tenía que adquirirlo completamente. Todos tenían las llaves puestas, casi listos para ser usados.

Finalmente me decidí por el deportivo rojo, se notaba que era nuevo y moderno. Me fije bien y era un Audi. Mi tío hubiera muerto por tener uno de estos, le encantaban los autos, supongo que me pegó el gusto.

Aún no estaba seguro, mi corazón latía rápido y me decía que probablemente no era lo correcto, sin embargo mi mente me decía otra cosa; “¡Ese! Anda, talvez no tengas una oportunidad así en años, no seas miedoso” y pues ganó mi mente, ya estaba a 5 pasos del señor de antes.

—Ya he decidido, quiero el audi deportivo rojo, por favor.– genial, sone como pidendo algo del mercado, igual que cuando iba de compras. ¿Cómo se me ocurre decirlo en ese tono? Esas bellezas merecían respeto.

—Bien, venga conmigo a firmar los papeles.–empezó a caminar hacia la Oficina y yo lo seguí.

Me dejó pasar primero y me señalo el asiento delante el escritorio. Sacó una carpeta color arena, dentro de está estaban divididos cada uno de los papeles de cada autos por protectores de hojas, tenía todo perfectamente ordenado.

Menos de 10 minutos y el contrato estaba casí listo, necesitaba la firma del señor Bang, quién tenía la última hoja, la hoja de la venta.

—Que tenga una buena noche, jóven Jisung.– hizo una reverencia y yo le dovolvi el gesto para seguir guardando los papeles en mi mochila.

Busqué mis malestas, no me había dado cuenta de cuando el chofer las habia puesto junto a los autos, todo por pensar estupideces. Tomé la llave de mi casi auto, abrí la cajuela y metí mis maletas, me devolvi y me adentre al auto. Era cómodo el asiento, olía a auto nuevo, con una leve fragancia, parecía ser de un perfume, no tomé importancia, tal vez así olían los autos nuevos.

Gracias al cielo sabía conducir, aunque aquel señor bien vestido dijo que no se necesitaba la credencial en el lugar, sólo saber manjer. Prendí el auto y entendí los luces delanteras, estaba oscuro y parecía estar en carretera, aunque sólo era un tramo.

—Así que... Han Jisung, eh–. Dijo una voz en los asientos traseros. Perdí un poco el control del auto debido al susto, adentrandome un poco en el pasto. Apuesto que las marcas de neumáticos se vería en la mañana. Agradecía tener los faroles delanteros prendidos, si no hubiera chocado con un cerca.

—¿Quién eres tú? ¿Cómo mierdas entraste al auto?–. Dije algo exaltado y con algo de miedo. Gire para ver a la persona, tenía una de sus piernas enzima de la otra, y sus brazos recorrían los cabeceros de cada lado, su rostro era algo angelical, ¿pero cómo alguien “angelical” se mete a los autos de las personas?

—Vaya nave que elegiste, llamaras mucho la atención en la mañana, ¿sabes?–. Soltó una risita burlona, ya me había dado miedo.– Kim Seungmin, vamos, sacanos de aquí, o llegarás tarde con Chris.

No me quedó de otra, él tenía razón. Tal vez él si sabría y me explicaría lo del auto.

—¿Saber por qué el Señor Ban-... –no me dejó de terminar la pregunta, ya se había puesto a hablar.

—El auto y tu estancia aquí la pagarás con lo que ganes en el primer año o el segundo, un 10% o 15%, depende de tu salario.– soltó como sí nada, como si fuera normal. Miré por el retrovisor, él también tenía los ojos en el, estaba algo sorprendido y él calmado, la vez del correo estaba tan emocionado que solo leí la bienvenida y firme. Gran error.– Para sobrevivir aquí tienes que tener una buena reputación, de ti depende vivir, –se encogió de hombro despreocupado.– a Chris le gusta que las personas de aquí destaquen sobre todo. Si no le funcionas, te desecha.

Ahora entendía porque era rico.

—¿Y cómo hace eso? ¿Me matará? ¿Reputación?

—Chris entra en el top de las 5 personas más ricas de Corea, controla lo que el quiera. Hace pruebas cada semana, y no sólo ven por la carrera que optaste, aquí te hacen multitaletos, entre más, mejor. Sí no pasas las pruebas lo hará, o puede que en las pruebas mueras. Y sí, la reputación es también lo que te mantiene aquí, tienes que tener el respeto de todos con base a las pruebas y talentos que poseas... Aunque lo dudo.– dijo susurando lo último, aunque si le logré entender, pero no contesté.– Hagas lo que hagas, meterte con quien te metas, lo que cuenta es tener la mejor reputación del Distrito.– respondió en órden mis preguntas, algo extensas las respuestas, pero al menos las entendía.

Sin darme cuenta ya estábamos en los primeros departamentos del Distrito. Los alumbrados dejaban ver como algunas personas miraban mi llegada, trage saliba al verlos, ahora con todo lo que había dicho Seungmin me sentía inseguro, pero no podría salir de esto, ya no había vuelta atrás.

—Lograste llamar la atención y aún no es de mañana, empiezas bien.

Mire las calles, me acordaba a Volver al futuro II, cuando Marty descubría su 1985 alterno por el almanaque que el Biff del futuro llevaba al del pasado; las calles tenebrosas y algo oscura, obviamente sin los carros cochados, marcas de una escena del crímen en el pavimento, sólo era aterrador, no debía de alarmarme.

—¿Ese es el edificio del señor Bang?.– miré al frente, parecía un edificio del Time Square en Nueva York, muy iluminado, al contrario de los departamentos.

—Seeee, su oficina es en el último piso, el penúltimo es su penthouse, los otros pisos son habitaciones de las personas más exitosas que han salido de aquí, vienen toda una semana para ver las pruebas de las siguientes generaciones,– se encogió de hombros mientras yo me estacionaba.– son los consentidos de Chirs, les deja hacer lo que quieran aquí, con todos nosotros.

Tenía miedo, miedo a morir.

R e p u t a t i o n ; Minsung.Where stories live. Discover now