Capítulo 27

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— ¿Los conoce? ¿A quiénes?— comenzaba a desesperarme. No estaba hablando de manera concreta y era obvio lo asustado que se encontraba.

— A los sujetos de aquella noche. Ellos se conocen y yo lo oí hablar, estaba preocupado y lo llamaron, y-yo no sé que hacer...

— Calmarte, Jimin. Debes calmarte ¿ok?— fijé mi mirada en él para que se controlara— cuentáme qué pasó, pero despacio.

Respiró hondo cerrando sus ojos llorosos.

— Mi padre. Cuando llegué a casa lo oí hablando por teléfono. Tenía la llamada en altavoz, creyó que estaba solo.

— ¿Y sabes con quién hablaba?

— No soy de entrometerme— rascó sus ojos para limpiar las lágrimas— pero al verlo tan angustiado decidí escuchar. Cuando él mencionó una deuda, era yo quién estaba preocupado.

— Tu padre con deudas... Y con esos sujetos. ¿Cuáles?

— Al seguir escuchando, entré en pánico. Reconocí la voz del hombre.

✠✠✠

Juro que les pagaré. Pero no se metan con mi familia. Y menos con mi trabajo.

¿No te sirvió nuestra advertencia anterior? Ya no tienes más tiempo, Choi.

Sí, si hay tiempo, si tengo. Pagaré cada centavo.

Te ayudé, pudiste pagarles a tus sucios socios. Ahora, es mi turno.


Por favor, denmé más días y no tardaré.

Sabes, Choi. Si que eres un mal padre. Yo no doy segundas oportunidades. Ya es tarde, y será tu hijo quién pague el precio. Así trabajamos nosotros. Debiste haberlo pensado dos veces antes de venir rogando a mi puerta por dinero.

¡Hola! ¿¡Hola!? ¡Mierda!


✠✠✠

— Entonces, aquellos sujetos que intentaron llevarte, tu padre les debe.

—Así es— tragó saliva— recuerdo que uno de ellos mencionó a mi padre. Ahora se unen los puntos— volvió a abrazarme y yo, creyendo que nada le ocurriría estando a mi lado, lo rodee aún más fuerte.

— ¿Por qué no me llamaste? ¿O a la policía? Ya no es seguro que estés solo por la calle, y menos en una noche como esta.

— No podía pensar bien. Aún trataba de asimilar lo que mi padre nos estuvo ocultando. Y no puedo llamar a la policía. Si mi madre se enterá con los oficiales en su puerta, no sé cómo reaccionará.

— Ok, ya no importa. Estás a salvo aquí conmigo. Prometo que no me iré a ningún lado. Pero por favor, no estés solo de ahora en más.

— No lo haré.

— Si yo no puedo, Hoseok te acompañará a tu casa— Jimin se separó de mí, sentado frente a mi cuerpo con sus piernas cruzadas— Quedáte junto a él o Namjoon, o Seokjin. Me cuesta decirlo pero si Jungkook puede cuidarte es de ayuda. También deberás avisarme siempre en dónde estás.

— ¿Quieres instalarme un chip rastreador también?— rió. Me alegraba haberle sacado una sonrisa tras todo lo que tuvo que escuchar.

— ¿Fue demasiado?— acintió divertido.

— Pero sé que lo haces con buenas intenciones.

— Lo hago porque te amo— me acomodé más cerca de él juntando nuestras manos— mira, te seré sincero, no hemos tenido los días más fáciles, llevamos ya un mes y pasamos por demasiados dramas— reímos apenados— pero estamos juntos, y juro... Enserio lo juro... Nunca he amado a nadie como te amo a tí. Eres tan especial, Jimin. En todo sentido. Y podría seguir hablando de todo lo que me haces sentir pero no terminaría jamás...

— Entonces no hables más— unió nuestros labios.

Pero este beso, era distinto a todos los otros que él me ha dado.
Era apasionado y me provocaba un escalosfrío que recorrió mi cuerpo completo. Ninguno de nosotros estaba decidido a parar. Deposité mis manos en su cadera mientras él escalaba todo mi pecho con sus dedos. Empezó a desabrochar mi camisa, despacio. A su vez, sentía mi suave tacto en la piel de su espalda, piel suave y cálida.

— ¿Seguro qué quieres hacerlo?— pregunté con mi respiración agitada. Él detuvó sus movimientos y me miró, con un extraño brillo en sus ojos que nunca había visto antes

— Yoongi... Yo también te amo. Eres él único que me hace olvidar de toda la mierda en mi vida— río irónico- te deseo como no tienes idea.

Ahora era yo que lo besaba para detener su habla. Él quería, yo quería. Él me amaba, yo lo amaba. Ambos nos deseabamos.

¿Qué más debía pasar? ¿Qué tenía que esperar? Pues nada.

Quité la remera que cubría su torso y Jimin terminó de desabrochar mi camisa. Con torsos desnudos, los besos comenzaron a elevar la temperatura de nuestros cuerpos, al punto de que ya no aguantaba más. El roze de entre pieles ya se habia convertido en una unión inseparable. Me recosté en la cama y Jimin dejó toda su anatomía sobre mí. Besaba mi cuello y yo bajaba lentamente sus pantalones.

La situación cambio cuando era yo quién se encontraba sobre él. Ambos estabamos completamente desnudos. Bajé por su abdomen dejando un delicado beso en cada zona del mismo, y logrando que Jimin lanzará unos suaves gemidos.

—H-hazlo— dijo con dificultad.

Con delicadeza, introducí mi miembro erecto dentro de él. Comencé despacio, provocando placer en ambos.

Nos dejabamos besos en cuello, labios y abdomen, mientras iniciaba a acelerar mis movimientos de cadera. Jimin había dejado de retener sus gemidos.

El calor entre nosotros incrementaba a medida que llegabamos al climax.

Sentía sus pequeñas manos sujetar con fuerza mis brazos mientras que yo rasguñaba las sabanas. El sudor bajaba por mi columna desde mi cuello.

Besé el hombro de Jimin, él gimió una última vez hasta que finalmente llegamos.

Me recosté a su lado y él se acurrucó en mí.

— Te amo.

— Te amo.

The 21ˢᵗ Of July 爱 pjm&myg ៸៸༴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora