Min Chaeyeong siempre soño con ser una idol como las que veía en televisión de pequeña.
Cuando logra firmar un contrato con una de las más grandes compañías su vida da un giro de 360°.
Ella solo es una adolescente que está viviendo su sueño, pero...
—Eres perfecta Chaeyeong, me preguntaba si me darías la dicha de ser mi novia—
—Claro que sí Kai, te amo—
—¡Chaeyeong!—
—Dime, amor—
—¡Despierta!—
—¿Ah?—
De repente sentí un almohadazo en mi cara.
—¡Despierta de una vez,no tenemos mucho tiempo!—
—¿Ah?¿Que pasó?— froté mis ojos.
—Pasa que en cuarenta minutos llegará la movilidad de la empresa,debemos apurarnos— me quitó las sábanas.
—Ah,yo me alisto en veinte minutos, seguiré durmiendo— me volví a tapar.
—Chaeyeong sabes que esta semana es de prueba— me reclamó.
—Sisi—
Y seguí durmiendo, la verdad no me demoro mucho alistándome. Con tal de estar limpia basta,no le veo el sentido a arreglarse demasiado si de cualquier manera sudaré en los ensayos.
Ya eran las seis y media así que empecé a alistarme. Me bañe en diez minutos y me vestí en cinco. Me puse algo cómodo para poder bailar pero también me fije de que se viera bien, o eso creo.
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Tenía quince minutos de sobra así que llamé a mi mamá. Estuve conversando con ella hasta que llegó la hora de irme. Al bajar y salir del edificio vimos una camioneta negra esperándonos del otro lado de la pista. Ambas nos acercamos y entramos.
—Buenos días oppa— le dijimos al unisono al chofer que vino a recogernos, se veía algo mayor, quizás estaba en sus cincuenta.
—Buenos días niñas, Mi nombre es Kim Bae y soy encargado de llevarlas a donde ustedes quieran—
—Un gusto conocerlo Bae oppa, somos Suni y Chaeyeong, cuide de nosotras por favor—
El camino en auto fue rápido,como dije antes solo estábamos a 10 minutos de la compañía. Al llegar ya estaba Dakho esperando por nosotras en la entrada. Nos despedimos del señor Bae y nos acercamos a la entrada.
—Buenos días— hicimos una reverencia cuando ya estabamos cerca de él.
—Buenos días chicas— nos saludó de la misma manera— síganme por favor— ambas caminamos detrás de él por todo el lugar hasta llegar a la sala de ensayos, que por cierto, estaba lleno de otras chicas de nuestra edad.
—¿Ellas también son trainees— le preguntó Suni.
—Si, todas aquí buscan lo mismo que ustedes. Tal vez lleguen a debutar con algunas de ellas, quién sabe—
