HALLEY

91 18 0
                                    

Lo había hecho. Lo había asesinado sin parpadear una vez. Un escalofrío recorrió mi espalda, si que haz cambiado Taehyung. Jimin me sostuvo en sus brazos y me sentía protegida a pesar de todas las armas que había en el lugar.

- Déjalo ir - hablo Hoseok bajando su arma. Mi corazón palpitaba a mil. Por un segundo pude ver la emoción en los ojos de Taehyung para asesinarlo. Yoongi aún así amenazó a Hoseok y a todos nosotros. Y no entendía como tenía los buenos testiculos para hacerlo sabiendo que con solo presionar el gatillo de uno de estos dos chicos estaría muerto.
- Espero que cuando nos encontremos, seas capaz de matarme... antes que yo - un nudo en mi garganta se formó. Mire hacia mi izquierda donde se encontraba Hoseok mirándolo fijo y serio. Este no es el Hoseok protector y amable que conocía. Era ese Hoseok lleno de tatuajes y peligroso que había vuelto. No sabía como actuar en ese momento, podía sentir mis piernas temblar. Y le daba gracias a Jimin mentalmente por tenerme sostenida porque si no hace tiempo estuviera en el piso. Me sentía débil, mareada. Quería vomitar.

El chico cuál fue advertido salió por la puerta de la casa antes de que Taehyung o Hoseok cambiaran de opinión y lo asesinaran en ese momento. Un alivio sentí en el pecho al verlo salir por más malo que fuera, ya no quería ver más muertes. Ese mismo alivio cuando Tae logró escaparse del agarre del chico y por más cruel que sea, un alivio cuando lo eliminó.

Después de haber resolvido todo con Yoongi, hablar con Hoseok de que me iría de la casa de Jimin y abrazar a Taehyung y decirle lo mucho que lo sentía, me encontraba sentada con la mirada azulejada de Jimin. No quería dejarlo, era la peor decisión. Necesitaba de alguien que lo cuidara, que entendiera porque hacía esta clase de cosas y seria difícil encontrar a alguien. Mina se había ido, y yo estaba por el mismo camino. Se lo había prometido a Hos. Y lo haría por el bien de todos, saldría de aquí, aunque me dolería más que el alma. Tenía que dejarlo...

- Tu mirada me asusta - hablo colocando su mano en mi rodilla. Aún estaba enojada por el hecho de que cuando dije que me largaría no dijo ni una palabra. Me hizo sentir sucia y despreciada, como solo un objeto de apoyo, un hueso para masticar. Intenté sonreírle pero se me hacía imposible hacerlo. Tragué duro y respiré hondo.
- Tengo que irme - hable sin más. Lo solté. El me miró y asintió.
- Adonde vamos? - preguntó y lo mire sería.
- No Jimin... te dejaré - aclare y sus ojos se abrieron. Tranquila. No llores. Respira. Pero en ese momento me di cuenta de que no reaccionaría bien.
- De que hablas Hall? - escupió serio. Podía notar lo enojado que estaba en ese momento.
- Jimin... es mejor para los do - fui cortada por su voz.
- Para los dos o para ti?! - se acercó a mi tanto, tanto que tenía... miedo.
- Jimin - suspire hondo. Tenía que calmarlo o todo se iría a la borda.
- Lo haces por el?! - hablo seco sus ojos azules claro tornándose a una tormenta. Lo mire estupefacta como podría esto en contra de Hoseok?
- No Jimin, lo hago por nosotros - dije enojada por como estaba hablando.
- No lo haces por nosotros, maldita seas Halley! - grito golpeando el mueble con tanta fuerza que me espante. Me puse de pie. Tenía miedo, escalofríos. - No me vas a dejar - dijo parándose y colocando ambas manos en mis hombros. Apretaba duro, sin quitar su mirada de mis ojos.

- Me lastimas Jimin - Podía sentir mis lágrimas al borde de salir.
- Y tú me lastimas a mi diciendo que te irás con el! - escupió enfurecido nuevamente. En que momento había dicho que me iba con Hoseok?!
- Estás loco - dije. Y era la primera vez después de estar tanto tiempo juntos que le decía esto. Sus manos cayeron. Esas palabras habían tocado su interior, su alma.
- No te dejaré ir - hablo más calmado y me miró, pero aún se podía ver su enojo.
- Park- hable segura. No pensé que reaccionaría de esa manera, que todo se iría a la mierda.
- No digas nada Halley! - y la tormenta regresaba. Estaba enojado, decepcionado. - Es una orden - escupió y caminó hacia la puerta. Cerró con seguro y me miró a los ojos. Estaba demente. Ya el monstruo de su padre que habitaba dentro de el lo había deteriorado por completo. Este no era Jimin.

Caminó hacia donde mi, y extendió sus manos para que le diera las mias. Negué con la cabeza.
- No hagas esto - hablo serio. Insistió en que pasará mis manos. Mi cuerpo temblaba, era completamente otra persona. - Dame las putas manos Halley! - grito enojado. Me jaló hacia el y tomo mis manos apretándolas hacia detrás de mi. - Eres mia - escupió frío. - Mia y de nadie más- era como la vez que me secuestro. Todo se repetía.
- Jimin no hagas esto - sollocé, era lo único que me quedaba.
- Lo siento Halley, pero te irás con el y me dejarás aquí solo - dijo y sin más pude sentir como una inyección cruzaba mi piel.

..

La chica abrió sus ojos. Había soñado con pajaritos y sus amigos de infancia. Creía que estaba en un mejor sitio pero al darse cuenta del olor y de la luz brillante que daba justo a sus ojos. Se dio cuenta. Cuenta de que estaba acostada, amarrada, pies y manos. Una cinta en su boca y un collarín. Gritaba pero era imposible, intentaba zafarse pero...

- No hay salida Hall - rio el chico. Al escucharlo busco con su mirada pero no lo encontraban.
- Si tan solo no hubieses dicho que te querías ir- habló. Sus pasos se escuchaban más y más cerca. - Yo te amo Halley... pero no me dejas mas remedio - ella intentaba hablarle. Intentaba decirle que ya no se iría que se quedaría con el. Pero era imposible entenderla.
- Tengo que castigarte amor - Al ver más cerca la sombra del chico su respiración era honda y cada vez más rápida.

Y ahí lo vio.
Como no quería verlo.

La venda rojo vino colocada en sus ojos. Su pecho subía y bajaba a velocidad máxima. No era el. Si no su padre. Ella aún así gritaba, sus lágrimas cayendo hacia el lado y su cuerpo intentando zafarse. 
- Ya deja de gritar - habló con una media sonreía en su rostro.  - Me desespera - terminó abofeteando su cara. Y ella se tranquilizó. El se acercó a su rostro y quitó el bozal de su boca.
- J..Jimin - tragó para poder hablar. - Este no eres tú Jimin - hablo otra vez sin dejarlo hablar. - Yo te amo, nunca te dejaría - sollozaba, mintiéndose a ella misma. Dándose cuenta que en estos momentos no lo amaba si no que le temía.
- Callate - escupió. En su mano un cuchillo.
- Jimin porfavor! - grito, aún intentaba zafarse por más imposible que fuera. Y es más... quien no lo haría?
- Ibas a dejarme solo - el rencor en su garganta se notaba. - Después de todo lo que hice por ti - sollozó. - Eres una decepción Hall - su respiración era lenta. Ella lo miraba atento. Como era que cambiaba de esa manera? Como el chico no tenía control de su propio cuerpo? Era increíblemente escalofriante.

- Jimin - lloró ella mirando como el sostenía su herramienta de asesinar. - No lo hagas - pedía y pedía. Se daba cuenta de que si le hubiera hecho caso a sus amigos no estuviera al punto de morir. Pensaba en todos esos momentos que le advirtieron, que la intentaron salvar. Pero el amor... ciega?
Y se lamentaba una y otra vez. Por su culpa sus amigos estaban en peligro, Jungkook estaba muerto y todo iba a caerse por la borda. Y todo por su culpa, todo por enamorarse de un sicópata. Por creerle que cambiaría, por creer en el.
Todo por Park Jimin...



- Te amo Hall - fue lo ultimo que su cuerpo escuchó.

EUPHØRIAWhere stories live. Discover now